CAPITULO VII
LAS PIEZAS QUE ME PERTENECEN
El fuego en la chimenea crepitaba amenizando de vez en cuando el silencioso y elegante lugar. Era de noche y el viento soplaba con fuerza afuera arrastrando los copos de nieve a su paso y estrellándolos contra los cristales de las ventanas.
Zero se encontraba recargado sobre el alféizar de la ventana con los brazos cruzados y desde hacía rato miraba con hastío hacia los jardines cubiertos de nieve, aparentemente pensando en algo. El fuego de la chimenea hacia que en su pelo plateado se reflejaran brillos dorados y le daba a sus ojos amatistas un toque de luminosidad nostálgico.
Pese a lo que parecía a primera vista, el cazador no se encontraba solo, Naomi estaba sentada en un elegante Chesterfield rojo cerca de la chimenea, leyendo el contenido de un sobre que sostenía en una mano; parecía absorta en él y su rostro no reflejaba expresión alguna que dejara al cazador hacerse una idea de lo que estaba pensando, hasta que...
—Hmmp
—¿Qué es tan gracioso? —preguntó reticente.
Naomi hizo a un lado la carta. El joven la miraba, pero no directamente sino a través de su reflejo de los cristales.
—Nada, sólo recordé algo mientras leía.
Él continúo observándola unos segundos, luego desvió la mirada restándole importancia al asunto. Si bien era cierto que la había escuchado, sólo había preguntado por la inercia de hacer algo debido a que no encontraba un maldito motivo del porque estar aquí haciéndole "compañía" a la sangre pura.
Pero lo peor para él en ese momento no era el hecho de estar ahí, sino más bien el que aún había una pregunta en el aire que, pese a su personalidad, se hallaba reacio a expresar a la sangre pura; hecho que incluso le desconcertaba aún más. Por una u otra razón tampoco había podido hablar al respecto con el director desde hacía tres semanas, primero por su arresto y luego porque sólo lo había visto un momento cuando se dio a conocer la resolución de la asociación.
Sabía que Cross ahora sólo se ocupaba de los asuntos concernientes a la academia; entre ellos, los preparativos para reabrirla. Sin embargo y para su sorpresa, el hombre simplemente había desaparecido de ésta, alegando que tenía algunos asuntos que resolver y asegurándole que hablarían a su regreso. Por tanto, aquella pregunta aún le daba vueltas en la cabeza; ¿Era verdad lo que la sangre pura le había dicho sobre que su sangre había sido usada para despertarla o sólo se había estado burlando de él? Esto lo inquietaba demasiado, dado que sabía que lo que ella afirmaba no podía ser posible.
Como fuese, lo más extraño, pese a lo insistente que estuvo cuando se conocieron, es que ella parecía haber olvidado el asunto, así como si nada. ¿No fue por eso que le salvó la vida?, ¿Por qué ahora parecía como si eso no le importara?
Zero recordaba continuamente esa tarde en la azotea de una de las torres de la academia, había estado pensando en eso justamente cuando de la nada ella apareció allí. Él se sorprendió al verla y aquello que estaba pensando pasó a segundo plano, pese a que era ella el centro de dichos pensamientos. Luego, cuando la sangre pura se marchó de la azotea y el volvió a caer en la cuenta, simplemente se sorprendió de que ella no mencionara el asunto. Quizá era mentira... se decía a sí mismo pues estaba seguro que el director había tenido algo que ver; lo más probable es que había hecho algo para que ella creyera que su sangre la había despertado y lo salvara; sin embargo, quizá ahora sabía la verdad y por eso no había vuelto a tocar el tema, esa vez ni todos estos días siguientes. Bueno, al menos eso era lo que él quería creer ya que era lo más lógico.
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SUEÑO CARMESÍ
FanfictionLas segundas oportunidades existen, aunque no siempre son como quisiéramos que fueran o duran lo suficiente, lo importante es sin duda aprovecharlas y disfrutarlas al máximo el tiempo que podamos; sin embargo, para alguien que puede vivir eternament...