Capítulo XII
En este juego que inició, tú eres...
—Adelante, Kiryū-sama
—Buenas noches.
—Buenas noches, mi lady bajará enseguida. ¿Gusta tomar algo?
—Así estoy bien, gracias.
Zero recorrió con la vista el vestíbulo y no pudo verlas. Una opresión en su pecho le hizo sentir que quizá ella las había desechado.
La joven doncella, quien después de dedicarle una amable sonrisa, se disponía a marchar, al ver la actitud del cazador se detuvo.
—¿Sucede algo Kiryū-sama?
—Eh... —Zero ligeramente sobresaltado y algo nervioso, negó con la cabeza —No, nada importante, es solo que... —dudo un instante; sin embargo, la joven continuaba mirándolo expectante y a la vez desconcertada, por lo que él con un sonrojo apenas perceptible giró su rostro hacia otro lado y continuó con un tono de voz ronco —Envié flores esta tarde... no sé si fueron recibidas.
—¡Oh... esas hermosas camelias!
Ante la declaración, Zero giró su rostro nuevamente hacia ella. La joven continuaba sonriendo.
—Por supuesto, mi señora las recibió —dijo mientras recordaba.
—Mi señora, ¿puedo pasar?
—Adelante.
—Ha llegado esto para usted.
La sangre pura que estaba sentada frente al espejo, dirigió su vista hacia la puerta y sus ojos se posaron en las flores que la doncella llevaba consigo.
—¡Camelias!... —dijo con sorpresa y levantándose de su silla se dirigió hacia la joven —Pero ¿quién?... ¿Kaname?
—No mi señora... las ha enviado Kiryū-sama.
—¿Zero...? —pregunto entre sorprendida y desconcertada.
—Si, fue él... aquí está la tarjeta.
La sangre pura sonrió y tomó las flores.
—Son hermosas.
—Ya lo creo, si le parece bien, las colocaré en el recibidor.
—No, las quiero aquí, solo trae en que conservarlas.
—Está bien, vuelvo enseguida, con su permiso.
La joven antes de salir de la habitación miró como la sangre pura se sentaba en el chaise acariciando una de las flores. Sonrió y se alejó.
—Quizá no debería decirlo, pero a mi parecer le encantaron, cuando mi ama las vio, sonrió y su mirada se iluminó y me pidió que las dejara en su habitación.
—Ya veo, gracias.
—De nada, con su permiso.
La joven se retiró dejándolo en el vestíbulo. Entonces él sonrió. Le han gustado; pensó. Y sintió como una ola de energía recorría su cuerpo de pies a cabeza. Era absurdo claro, ni siquiera sabía el motivo, pero después de que Naomi lo dejase en las caballerizas esta mañana, él no había podido concentrarse completamente de nuevo y así había pasado casi toda la mañana hasta que llego a casa del director.
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SUEÑO CARMESÍ
Fiksi PenggemarLas segundas oportunidades existen, aunque no siempre son como quisiéramos que fueran o duran lo suficiente, lo importante es sin duda aprovecharlas y disfrutarlas al máximo el tiempo que podamos; sin embargo, para alguien que puede vivir eternament...