UNA OFERTA TENTADORA

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CAPITULO IX 

UNA OFERTA TENTADORA



La tensión y confusión comenzaba a establecerse en el vestíbulo, y mientras unos vampiros retrocedían para no verse inmiscuidos, otros se adelantaban.

El vampiro de nombre Shin, que había iniciado todo, estaba enfurecido y dispuesto a atacar; y al igual que los demás que se acercaban poco a poco a Zero; sus ojos brillaban de un intenso color carmesí.

El poder que mostró se parecía al de Akatsuki, pero sus llamas eran de color verde. Levantó un poco ambos brazos y en sus palmas hizo aparecer dos bolas de ese fuego y las lanzó hacia él.

Pero ni él llegó a sacar su arma ni el golpe se dio, pues en lo que fue una fracción de segundo, esas bolas de fuego desaparecieron y el joven vampiro salió disparado varios metros hacia atrás y cayó bruscamente de espaldas contra el suelo. Aturdido intentó incorporarse, pero sólo se quedó sentado sobre el piso.

Zero por su parte, sólo se quedó con la mano en el pecho y giró su rostro sorprendido. Naomi tenía los ojos color carmesí y estaba parada altivamente en lo alto de las escaleras. Ya no traía puesta la capucha y tenía otra vez aquella expresión fría que no había visto en ella desde que la conoció. Claramente estaba molesta pero no lo miraba a él o a Aidou, sino al vampiro que estaba sobre el piso.

− ¡Cómo te atreves! - le dijo en un tono frio que hizo retroceder a casi todos los espectadores, incluidos aquellos que se habían dejado llevar por su instinto ante la sangre del joven cazador.

Naomi bajó las escaleras y pasó al lado de Zero, dirigiéndose a aquel vampiro que se veía claramente asustado. Zero sintió un escalofrió recorrer su espalda.

Todos los vampiros del consejo también habían salido fuera de la sala debido al escándalo; pero se quedaron parados, algunos en lo alto y otros en las escaleras; mirando la escena. Parecían tan temerosos como los jóvenes.

− Yo n...

− ¡Guarda silencio, niño!- Ordenó. La voz del vampiro se cortó en seco, dando así una demostración del poder de control de un sangrepura. - Tus padres te debieron haber enseñado que nunca debes meterte con un sangrepura ¿no es así?... pues lo has hecho –. Al decir esto levantó su mano al frente y abrió sus dedos como si sostuviera algo invisible. Con lágrimas en los ojos, el joven noble comenzó a elevarse sobre el piso mientras sostenía su cuello intentando desesperadamente quitarse el agarre invisible que sentía - Te atreviste a tocar algo que me pertenece y por eso...

− ¡Cross-sama! - Un vampiro mayor se adelantó desesperado, - ¡Él es mi hijo, por favor perdónelo, se lo suplico!

Ella miró al hombre de reojo, y el vampiro tragó saliva.

− ¿Por qué tendría que hacerlo?, se atrevió a tocar a Zero, y eso no se lo permito ni siquiera a un sangrepura.

Zero se estremeció ante tal declaración y la miró desconcertado. No la había visto así, ni siquiera cuando se enfrentó a Kuran y... ¿lo hacía por él?, no tenía sentido, además él no era un objeto. ¿Qué pretendía con todo esto?

El padre de aquel joven vampiro no respondió al cuestionamiento hecho por Naomi. Zero percibió que estaba aterrado, pues después de todo ¿Qué vampiro se atrevía a oponerse a un sangrepura?

Ella sin más lo ignoró y sonriendo cruelmente elevó más al vampiro por el aire y no sólo a él, sino también a todos los otros que habían estado dispuestos a atacar al cazador.

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