CAPITULO VIII
MOVIÉNDOSE A TRAVÉS DEL TERRENO
Deslizó un dedo por el cuello de su camisa, por alguna extraña razón se sentía incómodo llevando esa ropa, de hecho, durante su estancia en la academia como estudiante, nunca le gustó usar la corbata; quizá por eso ahora estaba seguro de que no debió haberle hecho caso al director y ponerse ese traje; después de todo ¿qué más daba?, no tenía por qué fingir algo que no era. Además, seguía cansado, anoche había vuelto a tener la misma pesadilla; él se encontraba atacando y defendiéndose en medio de una batalla en un lugar desconocido; peleando con alguien cuyo rostro no podía ver; usando un arma que no era su Bloody Rose, sino una katana; moviéndose en un terreno iluminado por la luna, sin poder reconocer a nadie y sólo estando seguro que eran cazadores y vampiros por el brillo carmesí en los ojos de estos últimos. Peleaba y a la vez buscaba a alguien, al menos esa era la sensación. De pronto, de la nada un golpe en su pecho, el sonido de un grito a lo lejos y luego su ropa tiñéndose de rojo rápidamente. Después de esto, no había nada más, se despertaba de golpe agitado y sudoroso. Con ésta ya eran tres noches soñando lo mismo y no sabía la razón.
Suspiró dejando a un lado sus pensamientos y miró a su alrededor; en verdad este lugar no le agradaba, a pesar del tiempo transcurrido desde la última vez que fue habitado, aún conservaba muy sutilmente las esencias de otros vampiros, entre ellos la de Kuran y Shizuka, y eso ya de por si era desagradable.
De pronto, algo atrajo su atención y posó sus ojos en un delicado florero de cristal que albergaba unos hermosos y exóticos lirios rojos; quizá cortesía de algún vampiro o familia noble de vampiros, pensó.
− Tsk... - volvió a acomodarse la corbata y desvió su mirada de aquellas flores; verlas, extrañamente lo molestaba.
¿Por qué rayos tardara tanto?
− Kiryuu... ya estás aquí. – El cazador reaccionó de golpe ante la voz y se giró. A su espalda, en el umbral de uno de los pasillos, se encontraba Aidou, quien le sonreía despreocupadamente. El vampiro también llevaba puesto un elegante traje y una capa larga de color negro. - Llegaste temprano.
− No es como si nos hubieran dado una hora exacta – el cazador respondió lacónicamente.
− Si, tienes razón. Veo que tienes problemas.
− ¿Eh?
− Con tu...- dijo el vampiro señalando con su dedo su propia corbata. Zero lo miró con el ceño fruncido, sin decir nada - Bueno, es porque no estás acostumbrado, quizá si lo hubieses intentado mientras tenías que hacerlo con el uniforme escolar, ahora no estarías tan incómodo. Aunque la verdad es que dudo que alguien tan simple como tu pueda usarla.
− Hmmp - Zero iba agregar un comentario mordaz, pero de pronto recordó que no le había agradecido al vampiro su anterior ayuda - ¿Aidou-senpai? – el otro lo miró seriamente - No había tenido la oportunidad de darte las gracias por tu ayuda.
− ¿Qué? – el otro se sorprendió - Oh... Por eso... No tienes que...
− Claro que sí, te arriesgaste demasiado sin ninguna necesidad.
− No te preocupes, está bien – Aidou sonrió y siendo consciente del calor en sus mejillas, se giró hacia otro lado.
Zero lo miró y sonrió con un gesto de exasperación. Justo cuando iba a replicarle, pudo oír las voces de Naomi y el director que se acercaban por el pasillo del piso superior hacia las escaleras. Zero se giró y aguardó expectante.
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SUEÑO CARMESÍ
FanficLas segundas oportunidades existen, aunque no siempre son como quisiéramos que fueran o duran lo suficiente, lo importante es sin duda aprovecharlas y disfrutarlas al máximo el tiempo que podamos; sin embargo, para alguien que puede vivir eternament...