IV
EL JUEGO INICIA
Yuuki aguardaba sentada en un sofá. Con las manos sobre sus rodillas, las oprimía ligeramente con sus dedos mientras observaba el gran florero con rosas rojas que adornaban la mesa del recibidor.
Volvía a tener el pelo largo como a Kaname le gustaba, y en ese momento llevaba un vestido color vino y unas zapatillas delicadas a juego. A pesar de parecer tranquila, no podía simplemente sacarse una idea de la cabeza. ¿Por qué no fue tras él?... ¿acaso fueron sus últimas palabras las que la detuvieron?
"Eres muy gentil... demasiado... ¿pero sabes?, a veces esa gentileza... también duele demasiado."
Hacía un mes que había vuelto con él, luego de verlo nuevamente a los ojos, después de todos los meses que estuvieron separados, supo que no podía darle la espalda; él la cuidó durante mucho tiempo, la salvó, la protegió y llegó a realizar actos imperdonables sólo por su bien... él se ensucio sólo por ella. Lo quería y no iba a dejar que siguiera solo. Sin embargo, tampoco quería que nadie más muriera o saliera lastimado.
¿Por qué no había ido tras él?, en otras ocasiones quizá lo hubiese hecho, ¿fueron sus palabras?, ¿O fue el hecho que Kaname le recordó que ella aceptó volver con él y con ello aceptó apoyarlo?; en verdad no lo sabía, pero ahí estaba ahora, hacía ya varias horas que él se había marchado y ya era más de medianoche. Lo único que le quedaba era seguir aguardando hasta su regreso.
Como si lo hubiese invocado, de pronto sintió su presencia y se puso de pie inmediatamente esperando verlo entrar. Él abrió la puerta de manera brusca...
- Kaname... gracias a dios...
Ella suspirando por el alivio de verlo llegar, fue a su encuentro; pero se detuvo a medio camino. El sangrepura tenía una expresión sombría en el rostro, y no la miró, sino que se dirigió directamente a su despacho.
− ¿Kaname?...
− Ahora no Yuuki.
La princesa sintió una punzada en el pecho, el tono de su voz era agresivo... nunca, en todos los años que lo conocía, le había hablado de esa manera.
− ¿Qué ha sucedido?... ¿estás bien?
Frente a la entrada del despacho se encontraba Seiren, quien al verlo acercarse se llevó una mano al pecho e hizo una reverencia.
− Seiren... no quiero que nadie me moleste... no quiero que nadie entre...
− Kaname...
− ¡Dije que ahora no!...
Kaname entró y cerró de un portazo. Yuuki quiso entrar, pero Seiren se interpuso entre ella y la puerta.
− Lo siento Yuuki-sama.
− Pero... él...
− ¿Sucede algo? – una voz atrajo la atención de ambas.
− ¡Ichijou-senpai! – Yuuki fue hacia el noble -Kaname ha llegado extraño, no me ha dicho nada y se ha encerrado en su despacho.
− ¿Seiren?
− Él ha pedido que nadie le moleste ni entre a su despacho...
Ichijou que conocía a Kaname, comprendió que algo grave debió haber sucedido para que hiciera eso, pero también sabía que cuando adoptaba esa actitud, había que respetarla sin importar que.
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SUEÑO CARMESÍ
FanfictionLas segundas oportunidades existen, aunque no siempre son como quisiéramos que fueran o duran lo suficiente, lo importante es sin duda aprovecharlas y disfrutarlas al máximo el tiempo que podamos; sin embargo, para alguien que puede vivir eternament...