Vida Nueva

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- ¡No me jodas Aimi!- gritó Sergio nada más entrar por la puerta.
-¿Qué pasa?- pregunté sobresaltada. Me tendió una revista donde aparecía una foto mía con Bannel, de hacía ya seis meses y otra en la que salía con Harald donde parecía que nos íbamos a besar. Miré a Sergio, pues sin duda me había cabreado enormemente. -No sabía que ahora nos dedicáramos a leer revistas de cotilleo- respondí tirando a la basura la revista.
-Sergio guarda eso, suficiente tiene Aimi con lo que pasó con Bannel gracias a otras publicaciones - me respaldó Emeli
-¿Qué pasó?
-¿Aún no lo sabes?- me miró Eme titubeante - ¿ tú o yo?
-Le dejé plantado en el aeropuerto- respondí intentando olvidar la discusión que tuvimos ese día. - me dijo que era una irresponsable, que solamente estaba jugando con sus sentimientos.
-Y que eras una niñata...- me recordó
-¿Hacía falta eso?
-Pero eso no fué lo peor- Eme parecía divertida- sino que...
-Eme callate ya- interrumpí.
-¿Qué pasó?- insistió Sergio.
-Pasó, que a los pocos días, empezaron a salir fotos de ella y Harald en redes sociales...
-¿Qué hacías tu con el?
-Me fué a recoger al aeropuerto.
-¡Espera un momento...!- Eme no sabía eso- ¿¡Me estás diciendo que si que te presentaste... !?
-Si, les vi... pero me di la vuelta- ante esta revelación los dos se quedaron en silencio mirándome con cara de sorpresa- por eso la foto de la revista, donde se me veía con Harald, dando la impresión de que nos ibamos juntos de viaje.
-Niña, tu estás muy mal- soltó Sergio- ¿Por qué no me llamaste a mi o alguna de las demás?- preguntó Sergio
-Sentí que en ese momento solo el me podía enteder.
-Tu ya no es que seas tonta, no... tu eres gilipollas.
-Sin faltar Eme.
-Esque tiene razón- Sara había entrado a nuestro estudio nuevo e iba con su hija que ya tenía una semana, nada más verlas, cogí en brazos a la criaturita, era pepona, pero con unos ojos tan brillantes y sinceros que daban ganas de abrazarla más, tenía el pelo ondulado como su madre, de su padre había heredado más bien poco, pero como solo tenía una semana, tampoco íbamos a pedir más. - ¿Nos vamos ya?- preguntó.
-Si- respondí, hoy era día de ecografía y sin duda todo el mundo quería saber que iba a tener menos yo. Miré el móvil- nos está esperando en la puerta- respondí.
-¿Quién?-peguntaron todos al ver mi sonrisa, lo que provocó que todos salieran a mirar
-No me lo puedo creer Aimi...- dijo Sara al ver el coche de Harald
-Estoy empezando a pensar que el es el padre- secundó Sergio.
-No seáis tontos, solo nos va a acompañar.
-Sergio, te vienes con nosotras a ver si así la maldita prensa no tergiversa la situación.- dijo saludando a Harald que nos esperaba en el coche- le estoy empezando a coger manía a este tío- le susurró a Sergio a pesar de que la oí.
-Buenos días Aimi- me saludó nada más sentarme en el lado del copiloto.
-¿Qué cabo de ver?- preguntó Sara al ver que nos dimos un pico.
-¿Qué pasa?- preguntó Harald.
-Nada, conduce- respondió bruscamente
Cuando llegamos a la clínica, nos sentamos en la sala a esperar, sin duda había un silencio incómodo, solamente miradas fulminantes de Sara hacia Harald, quien me tenía sujeta la mano.
-Aimi- me llamó el obstetra, todos entramos, me hizo varias preguntas y luego me hizo bajarme un poco los pantalones y subirme la camisa, me puso el gel y luego empezó a revisar que el bebé estuviese bien.
-Doctor, nos gustaría saber que va a ser- dijo Sergio.
-¿Vosotros que pensáis?
-Niño- dijimos a la vez.
-Lo siento- me dijo con una sonrisa entre dientes- es una niña- todos nos miramos entre nosotros.
-¿En serio?- pregunté
-Mira- me mostró acercando un poco la imagen.
-Vaya- miré a Sara sorprendida y ella a mi

Una niña... voy a tener una niña... sin duda era algo que aún no me podía creer, me toqué la tripa suavemente. Una niña... Bannel y yo... ¡Una niña con el imbécil de Bannel!¡Con ese cara dura! ¡Dios, no! ¡No puede ser! ¿Por qué con el? Ese imbécil, que me dijo que me olvidara de el.... ese imbécil que dijo que era una niñata que no sabía lo que quería ¿Qué sabría el ? Gilipollas. Yo ya tenía mis veintiséis años, claro que sabía lo que quería. Encima me dejó sola ¡A mi! a la futura madre de su hija! ¿Para qué, para ligarse a todas las mujeres guapísimas y ricas de Hollywood las cuales podían tener un montonazo de hijos y verse como un fideo y frescas nada más dar a luz? Hijo de puta, como me la había liado. El supo lo que hacía en cada momento, desde el principio hasta el final, solo me había utilizado para desfogarse, lo que provocó esta situación.
-Aimi... Aimi- oí una tenue voz-¿ Me escuchas?- por fin volví a la realidad- te estoy preguntando si ya tienes preparado el vestido- dijo haciendo comillas.
-Se lo encargué a Sergio- respondí
-Cieroto, he hecho varios retoques, pero para el día del desfile moriréis de lo precioso que es- sonrió Sergio
-¿Cual de nuestras modelos lo llevará?- preguntó Maca a su hermano.
-Una que ama muchísimo Aimi.
-¿¡No me digas que has contratado a Naomi Campbell !?- pregunté con falsa sorpresa.
-Si, bueno- se rio- tendríamos que cerrar el negocio- tengo a una modelo igualmente icreíble.
-¿Cual?- preguntó Maca sorprendida.
-Ya lo veréis, no os vais a arrepentir.
-Queda un mes para que vayamos al concurso.
-Y un mes para la boda.
-¿Qué boda?- pregunté yo.
-Me retiré de la preparación de la boda
-¿Por qué?- preguntó Sara, pero al momento reaccionó- no me lo puedo creer. Decidiste abandonar el día que te llamó.
-Si.
-Aimi eres idiota.
-¿Qué te ha dado con insultarme?- le pregunté al mosqueada.
-Esque has perdido el norte Aimi, todo lo estás haciendo mal.
-¿Qué dices?
-¿Qué haces saliendo oficialmente con Harald, estando prometida con Bannel?
- Ya no lo estoy- anuncié.
-¿¡Cómo!?- todos pusieron el grito en el cielo, yo les enseñé mi mano, donde podían ver que no llevaba el anillo de compromiso.
Nadie quiso comentar nada, prefirieron callarse para no empezar a discutir, con lo que todos seguimos haciendo nuestras tareas para ocupar el silencio tenso que había en ese momento.
-¿A qué hora venían todos los modelos?
-A las siete.
-Muy tarde, cambiala a las cinco.
-Aimi... tenemos que terminar, los pedidos para el largometraje.
-Es verdad- recordé
-Me encargaré yo- anunció Eme, yo asentí- así podemos hacer las dos cosas.
-Muy bien, así me gusta solucionando los problemas- dicho esto me levanté y me fuí. Cogí el coche y me dirigí hacia el restaurante donde había quedado con Harald, que según ponía en el mensaje, quería darme una sorpresa.

No Puede SerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora