*Antes del comienzo*
~Ashton~
Llevaba tres minutos parado frente a la puerta ¿La razón por la qué seguía aquí? Tenía miedo de girar el pomo y encontrarme con unos ojos vacíos; carentes de expresiones, de sentimientos ¿La razón por la cuál no me iba aún? Tenía miedo de no llegar a superarlo jamás. Aunque sin importar lo que hiciera, cuantas veces la tubiera en frente, cuanto tiempo, años, meses y días pasaran; no lograba mirarle fijamente. No a ella. No todavía.
Las luces y los diferentes tipos de músicas que retumbaban en todo el club, gritaban normalidad. Las personas bailaban, tomaban, hablaban como si se les fuera la vida en ello, no les importaba lo que sucedía en su entorno, no les importaba lo que sucedía con la vida de los demás. Simple y sencillamente pasaban su noche de una manera despreocupada. Pero esto no es ni de cerca a lo que estoy acostumbrado a vivir.
Sin embargo ¿Qué más da? Por más que le busco el sentido a la vida, nisiquiera se por donde empezar, nisiquiera se donde está.
En el momento en el que aquel pensamiento cruzó por mi mente, dejé caer mi mano y di un paso hacia atrás para alejarme, no estaba preparado para enfrentarla, al menos no esta noche... quizás nunca.
La puerta se abrió lentamente, mas bien era algo así como una invitación a que diera un paso dentro.
-Tengo un nuevo trabajo para tí-entré escrutando todas y cada una de las partes de la habitación. Pero para mi suerte, o no tanta, allí dentro solo se encontraban aquel hombre al que no soporto siquiera escuchar hablar, y uno de sus tantos matones, el cual me entregó un montón de papeles que se encontraban dentro de una carpeta transparente, permitíendome darle así, un breve vistazo a su contenido.
Mientras Marcus encendía la pantalla de su MacBook Pro me indicó que tomara asiento frente a su escritorio, por lo que me imaginé que ésta sería una larga conversación... Sin embargo me negué a hacerlo. Entre más pronto saliera de este asfixiante lugar, menos tiempo tendría que seguir sometiéndome a esta tortura... No creo que mis ojos y mis tímpanos soporten un minuto más dentro del club. Aunque debería estar agradecido ya que gracias a este "gran lugar" puedo tener todo el dinero que se me plazca, sin mencionar que todo lo que pida aquí dentro, es total y absolutamente gratis. Incluyendo a las chicas...
Ante este último pensamiento se me escapó una sonrisa maliciosa...
-¿Qué será esta vez?-pregunté después de estar unos minutos en silencio. Ninguno de los dos hombres que tenía frente a mí dijo nada. Cansado de siempre andar con tantos misterios, comencé a hablar, haber si alguno de ellos se animaba a decir algo también.
-¿Qué es esto?-dije enseñándole el sobre que ahora se encontraba entre mis manos.
-Un sobre ¿qué no es obvio? Me preocupa lo que les están enseñando hoy en día en esos colegios-dijo sarcástico, como de costumbre.
-Creéme que les enseñan mejores cosas de las que tú me has enseñado a mí-estoy acostumbrado a que las cosas sean directas, claras, precisas y concisas. No sé que otra palabra pueda llegar a utlizar para ser un poco más específico que esto, pero así es como funcionan las cosas conmigo. Así es como funciono yo.
-Tan directo como siempre mi querido Ashton-puse una cara de fastidio, este hombre podía llegar a colmar mi paciencia rápidamente, aunque él parecía no notarlo.
-Bien necesito que...-cuando comenzó a soltar la sopa, la puerta del despacho se abrió bruscamente interrumpiendo su aburrida pero necesaria explicación. Una silueta oscura llenó el espacio que unos segundos atrás estuvo vacío y el ruido del club irrumpió en toda la habitación, al igual que aquel tipo.