Capitulo 21

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Se abrieron las puertas del elevador y pude ver un largo pasillo y comenzamos a caminar, mi tía me llevaba de la mano como si fuera una niña pequeña y en cierto punto se detuvo, aquí esta la oficina del Doctor.
Yo toque la puerta y esperamos a que abrieran la puerta. Un hombre alto de piel blanca y lentes se asomo por ella.

- Usted es la señora rivas ¿No es así?, Pasen y tomen asiento, nos señalo unas sillas frente a su escritorio

- Bien, tu tía me contaba tu situación Ozziel, me gustaría escucharlo de ti.

Me puse tan nerviosa y con el calor que hay en Veracruz me ponía peor.
- Bi..bie...bien, este....
Mi voz no salía, mi tía me tomo de la mano y me tranquilice.

- Tomate tu tiempo, se cruzo de manos el Doctor.

- Bien, desde que era un niño pequeño siempre soñaba con tener el pelo largo y poder usar unos bellos vestidos y... No puedo porque nací en el cuerpo de un hombre, -ya las lagrimas se asomaban en mis ojos-

- Escuchó, dijo en voz baja el doctor para dejarme continuar.

- Y yo se que no soy un chico, no logro encajar en uno y no me gusta, me solté a llorar.

- Muy bien, por eso estamos aquí ¿Verdad señora Rivas?, Se dirigió a mi tia

- Mira, ¿Cual es tu nombre disculpa? Me dijo

- Ozziel, dije entre sollozos

- Mira Ozziel, esta clínica ayuda a personas como tu, nos encargamos de poder asignarles un cambio a su vida en la cual ustedes puedan llevar una vida como quieren hacerlo, ser libres de su identidad y poder expresarla. Te voy a hacer otras preguntas y veremos que podemos hacer ¿Te parece? Me estiro la mano

Yo tome su mano y asentí.

Comenzó a hacerme preguntas sobre mi infancia y como había sido esta, sobre mi familia y muchas cosas mas.
Al terminar de hablar me dijo que esperara unos minutos afuera en unas sillas fuera de la oficina. Estuve sentada como 20 minutos y ya estaba aburrida.
Escuche un ruido de la puerta y de ella salio mi tia.

- ¿Que te dijo?,  Dije parandome de la silla

- Me dio una nota y tenemos que ir ahora con un doctor dos pisos abajo.

- Oh vaya, dije sin ganas

Tomamos el elevador de nuevo y llegamos al Tercer piso, y entramos a otra oficina. Otro doctor me saludo y mi tia le entrego la nota. Me dijo que me sentara en camilla y me dijo que me iba a inyectar.
Odio las inyecciones y no se porque me van a inyectar. Mi tía me tomo de las manos y me dijo que me tranquilizara, el doctor le decía a mi tía todo lo que me iban a inyectar y que en total iban a ser 4 inyecciones, dos en cada pierna.

La primera aguja entro y yo era un mar de lagrimas, no aguantaba ardía mucho. Pasadas las cuatro inyecciones mi rostro estaba empapado y mi tia solo se reía cruelmente de mi sufrimiento. Me paro de donde estaba acostada mientras el doctor le decía a mi tia que tenía que volver cada dos meses y que me iba a sentir un poco adolorida dentro de dos días.

Salimos de la clínica y yo seguía llorando.
- ¡Ay ya basta de llorar niña! Dijo riéndose.

- Solo porque a ti no te inyectaron, le saque la lengua

- ¿Quien es la que quiere esto? Dijo defendiéndose

- Yo, dije con cara triste

- Entonces no te quejes chillona, me empujó levemente.

Ya eran las 6 de la tarde y me llevo a comprar un helado para que me calmara, mientras ella compraba sus cosas del trabajo yo veía maquillaje y me compró algunas cosas. Volvimos a casa y el viaje fue un desastre porque yo no me podía sentar bien pero agradecí infinitamente a mi tía en el viaje.

Sigo infinitamente agradecida con mi tia por siempre apoyarme y estar cuando la necesito.💜

Mi vida, el amor y mucho RosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora