Capítulo 25

11 1 1
                                    

Al abrir los ojos él estaba mirándome como si yo hubiera sido quien lo beso, tenía una cara de asombro, vaya que si había sido algo muy extraño.

- Creo que deberíamos irnos ya, rompió el silencio mientras se daba la vuelta.

Lo seguí sin decir nada, ya era demasiado incómodo el silencio como para que dijera algo más.
Caminamos aproximadamente unos 10 minutos, estábamos a unas casas de llegar a la cancha cuando se detuvo de golpe.

- No vayas a decirle a nadie lo que paso, se veía algo molesto, su cuerpo estaba tenso y algo en su voz no sonaba bien.

- ¿Por qué le diría algo de esto a alguien? Ya tengo suficiente con ser yo misma, respondí cortante.

Se limitó a sonreir, una sonrisa fría, podía sentir aún más la incomodidad entre nosotros.







Llegamos a la cancha y todo estaba normal, seguían jugando hasta que oí una voz de lejos
- Hasta que llegan, parece que se fueron a besar, una risa de burla se escuchó en seguida

Comencé a ruborizarme, sentí como todos me miraban, no sabía que hacer, entre en pánico y todos lo notaron. Comenzaron a burlarse y estaba a punto de romper en llanto cuando Carlos los callo a todos.
Su voz era fuerte, su cuerpo mostraba seguridad y hasta yo sentí miedo.

- Vámonos, me jalo del brazo. ¿Por qué no hiciste nada? ¿Que te paso? Apretó su nariz con dos dedos y la arrugó

- Es que... Yo... Yo no sabía que decir.
Era verdad, no sabía que hacer, siempre e sido muy tímida y cuando comienzan a burlarse de mi entro en pánico.

- Lo se, pero pudiste ignorar sus comentarios e irte a sentar, seguía enojado, podía sentirlo en su voz.

- Prometo aprender a defenderme, hice puchero

- Se que lo harás, me abrazó y seguimos caminando.

El resto del camino fue silencioso hasta que llegamos a casa de mi tía.
Metí la llave a la cerradura y nos adentramos a casa, un olor llamó mi atención y me llegaba hasta la cocina, así es, mi tía horneada pay de zanahoria, uno de mis favoritos.

- ¿Ya llegaron hija? Dijo desde la cocina

- Ya tía, y con mucha hambre, dijo Carlos riendo.

- Dijo hija, me hablaba a mi tonto, moleste a Carlos.

- Yo tambien soy su hija, bromeó y soltó una risa.

- Ya sientense a comer y platiquenme que tal estuvo el juego.

Me sente al frente de mi tía y Carlos al lado mio, una pieza de pay servida en un plato frente a mi y una taza de café.

Carlos comenzó a contar como jugó y que es lo que había hecho, todo iba bien hasta que mi tía dijo...
- ¿Y a ti hija?

No se como ni porque lo dije, pero como si fuera agua se me fué
- Bese a Miguel, me sonroje al decirlo.

Los dos voltearon a verme, pensaron que era broma, pero yo no me reía, así que me tía supuso que era cierto.

- ¿Es enserio lo que dices? Dijo mi tía con asombro y tomando un sorbo de su café.

- Si... Di una pequeña mordida a mi pay

- Por eso estaban tan raros cuando llegaron juntos, dijo Carlos algo enojado

- Ozziel, ¿por qué rayos lo hiciste?, Sabes en todos los problemas que te puede meter ese chamaco, mi tía ya se veía un poco alterada.

- No nada más problemas, esta horrible, continuó Carlos.

- Ya lo se, pero todo fué tan rapidó, él me besó y me deje llevar

- Alto, alto, alto... ¿Él te besó?, Dijo Carlos boquiabierto.

- Si... Baje la mirada y tuve un leve sonrojo.

Esto fue tema de conversación por varias cenas, no podían superar que me gustara ni que nos hubiéramos besado. Realmente todo había sido muy raro, el niño del que menos pensaba besar, él me besó. Vaya que si era algo nuevo. No planeaba volver a ir con Carlos a jugar porque no quería verlo y que se tornara algo incomodo. Pero eso sí, yo ya estaba totalmente enamorada de él.

Mi vida, el amor y mucho RosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora