Después de huir de casa de mi amado Harry, hable con mamá, me había entregado las llaves de su departamento de soltera y dinero para sobrevivir al menos dos meses mientras conseguía trabajo, le había prohibido rotundamente decirle a alguien en donde me encontraba y aún más a Harry, no podía decirle siquiera que me había visto ese día. Pase alrededor de dos horas en el tren camino hacia mi nueva vida, era en un pequeño poblado a las afueras de la ciudad, nada lujoso y un poco conservador, aquí estaría bien por algunos meses hasta que encontrara a donde ir por mi cuenta. Cada segundo de los días que habían pasado no podía dejar de pensar en Harry, en como se pudo haber sentido después de dejarlo, en lo mucho que se pregunta en donde me encuentro, si estoy bien y cuanto me extraña, tenía ganas de volver porque en las noches sentía que me asfixiaba, lloraba tanto que no notaba que ya había amanecido, lo necesitaba pero yo solo obstaculizo y complico su vida, estará mejor sin mí.
Sin embargo mi vida parecía no perder el caos en cualquier lugar, tres semanas después de parecer estar un poco mejor me encontraba tratando de controlar el ataque de pánico que estaba a punto de tener. Esto solo me pasa a mí. Sentía como mi respiración se trancaba seguidamente y como mi pecho dolía, no podía parar de llorar ¿Por qué soy tan imbécil? Mis piernas se desvanecían cada vez más, me desmayaría en cualquier momento. Ni siquiera tenía a quien llamar para pedir ayuda o siquiera para contarle lo que me sucedía, esto estaba muy mal. Volví a leer el papel que confirmaba toda la tormenta que se avecinaba y coloque una mano en mi cabeza, por un momento pensé que explotaría, tal vez si llamaba a Harry él sabría qué hacer, pero no, no podía porque me había ido sin explicación, él seguramente ya no quiere verme jamás, pensar eso me hizo sentir aun peor, termine cayendo al piso y llorando muchísimo. En el momento en que pensé que todo iba a tomar lugar sucede esto, no es justo, aunque considerando mi edad tal vez podría morir en los siguientes meses, nada es seguro pero bueno si no moría igual podría intentar lanzarme del último piso del edificio, quizás sería mucho más sencillo, aunque sería un poco egoísta de mi parte cargar con esto unos meses y luego desaparecer pero definitivamente no estaba lista para esto y lo más probable es que no estuviese hecha para esto, no estaba hecha para ser mamá, con 17 años no es lo que espero para empezar una nueva vida, no tenía un empleo ni una casa ni un esposo ni nada, no tenía absolutamente nada excepto tristeza.
Pasaban los días y aun sentía miedo de lo que pasaría, no tenía idea de que hacer me sentí tan confundida y temerosa que desde aquel día deje de salir pero mis necesidades y las del feto me pedían a gritos que fuese al súper mercado a comprar comida, ya no quedaba nada en el refrigerador y no tenía ningún número para ordenar comida. En contra de mi voluntad me coloque una sudadera inmensa que no recordaba muy bien si le pertenecía a Liam o a Harry, me pare frente al espejo y si antes odiaba mi cuerpo ahora no sé ni que sentía por él. Al caminar fuera del departamento sentí las miradas de algunas personas que se encontraban por ahí y que seguramente me estaban juzgando, seguí avanzando con la cabeza gacha hasta llegar al súper que era muy pequeño en diferencia con los de la ciudad, tome una canasta de metal y con rapidez trate de encontrar todo lo que era necesario pero justo cuando llegue al pasillo de dulces, enloquecí quería todo, vi donas y las quise todas, las de chocolate, azúcar, chispas y todas las que estaban, así mismo con las galletas y los cereales y también con los chocolates que al escogerlos quise helado asé que fui y tome cuatro y una nutella, observe todo lo que había tomado y sentí remordimiento por unos segundos pero había algo en mí que necesitaba de todo eso por lo que decidí comprar todo igualmente. Formados delante de mí para pagar se encontraba una señora con un pequeño de unos cuatro años o menos, el niño comenzó a llorar y a gritar, al parecer quería que su madre le comprara un dulce o algo, gritaba muchísimo y se tiró al piso haciendo todo un escándalo, la mujer trato de recogerlo pero él se negó y hasta lanzo a pegarle y en ese momento fue donde relacione todo lo que se me venía encima, estaba ahí parada perpleja por la escena del niño solo por un dulce y sentí como la calma que tuve por una hora volvía, volví a sentir tanto miedo que quise llorar, respire profundo y trate de mirar hacia otro lado porque si seguía mirando tiraría todo al piso y me largaría corriendo. Cuando por fin salí de ahí, observe a mi alrededor, no había notado que justo al lado del súper había una pizzería y sin pensarlo dos veces entre y ordene una grande, al llegar al departamento me senté en el sillón y comencé a comer toda la pizza que pude que fue casi toda, luego abrí una gaseosa y la bebí y procedí con algunas galletas y chocolates, cuando me sentí satisfecha recordé que había helado y corrí y me lo comí en seguida. Tenía que encontrar un trabajo pronto porque si seguía así me quedaría sin dinero en menos de una semana.

ESTÁS LEYENDO
At My Best
Fiksi PenggemarJamás quise dejarlo pero cuando lo hice sabía que era lo mejor para él y después de todo nunca pensé que tendría que volver a buscarlo.