Cuarta pista

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Al siguiente día los dos se encontraron en el despacho del detective.

Se saludaron y quisieron empezar con la siguiente prueba, pero en ese mismo instante se oyeron maullidos provenientes de la puerta.

El detective antes de abrirla se dirigió a su escritorio y del cajón que tenía a su derecha sacó una lata de atun, fue hacia la cocina y puso el atún en él y se dirigió hacia la puerta para abrirla.

Ahí delante de ellos estaba un gato de raza siberiana maullando y arañando la puerta. El animal vio al hombre y se acercó a él, se le enredó entre sus piernas y siguió maullando.

-Ya, ya, aquí tienes- decía Mike dejándole el plato que previamente había preparado para él.
El minino gustosamente aceptó la ofrenda.

La mujer observaba todo, le parecía conocido ese animal, lo había visto en alguna parte antes, pero no se acordaba, se mordía el labio inferior intentado hacer memoria.

-Señor detective, ¿es su gato?- preguntó inocentemente.

-Me puede llamar por mi nombre, no hay problema y no, es solo que un día me lo encontré aquí desmayado y muerto de hambre así que decidí darle de comer, y ahora casi todos los días viene- le explicó el hombre agachado y acariciando al animal que comía-. Al final le cogí cariño y al parecer él a mí, por eso le puse un nombre y lo acogí.

-Vaya, ¿y cuándo fue ese encuentro fortuito?-siguió interrogando la joven.

-Hace cosa de 2 meses, ¿por qué? ¿Hay algún problema?- consultó mientras se giraba en su dirección.

-No, nada, solo preguntaba- le respondió la mujer con una expresión pensativa en su cara, ese gato le parecía muy familiar, lo había visto muchas veces, pero no sabía dónde.
Duró un par de segundos pensando en ello hasta que dio con la respuesta. Su cara era toda sorpresa, no podía ser cierto.

<<¿Ese gato no es de...?, ¿Lo lleva 2 meses vigilando? No sabía que iba a llegar tan lejos para utilizarlo>> pensó Laura, se quedó mirando al detective y al dichoso gato con una expresión muy dura, como lo odiaba, desde el primer momento en que lo vio no le cayó bien.

Mike miró de reojo a la mujer y se dio cuenta de que ésta lo observaba de una manera muy rara, pero no solo a él, también al animal. Se levantó del suelo y se giró hacia ella preguntándole.

-¿Pasa algo señorita? Su cara muestra una expresión rara, ¿es qué acaso conoce al gatito?
¿O será por el balazo qué recibió? Me hubiera gustado llevarla al hospital- comentó preocupado el hombre.

-Tranquilo, estoy bien, además solo fue un rasguño, ya está casi curado- suavizó su expresión y sonrió falsamente, tenía que tener mucho cuidado, muchas cosas estaban en juego, sobre todo su vida-. Con respecto al gato, no, no es eso, es solo que me parece familiar.

-Oh, vaya, si es solo eso. Bueno, vamos a abrir la siguiente pista, ya me está matando la curiosidad para saber qué será lo siguiente.

El detective cerró la puerta sin antes dejar entrar al animal, después fue junto con Laura para ver de qué se trataba la siguiente prueba.

-Veamos..... aquí dice " Pequeño, pero juguetón, lindo, pero gruñón, es por todos amado, pero también odiado" bueno, mentes a trabajar.

Cómo siempre hubo un par de minutos de silencio, pensando, analizando, y buscando la respuesta, pero esta vez duraron muy poco.

-Creo que esta vez sé dónde está- la mujer se acercó a las piernas del hombre en dónde estaba el animal, lo intentó coger, pero al instante se zafó de sus manos y empezó a maullar en señal de reproche-.Ven aquí gatito, vamos ven, no te haré nada, no tengas miedo.

El minino corrió a los brazos del detective, a refugiarse en él, no le gustaba mucho aquella mujer y se podía notar a leguas.

-Señorita, ¿qué está haciendo?- preguntó el hombre confuso sujetando al minino en sus brazos.

-Conseguir la siguiente pista, sé que este gato la tiene, estoy segura- sus ojos contenían una seguridad inmensa, pero no solo sus ojos sino también su voz, hablaba con una seguridad increíble, como si ella sabía desde el principio donde estaba lo que buscaban.

-Pero, ¿cómo lo sabe?

-Solo lo sé-contestó secamente la mujer acercándose nuevamente al gato, específicamente al collar que llevaba puesto. Se lo quitó con esfuerzo ya que el gato se retorcía entre los brazos del hombre.

Le dio la vuelta al collar y... ¡Bingo!
Tenía lo que quería, en la parte trasera del objeto había una pequeña ranura en dónde se asomaba un papelito.

-Aquí estás- sonrió mientras sacaba el trozo de papel de esa ranura.- Aquí tiene la siguiente pista.

-Increíble, ¿cómo lo sabía?-le cuestionó Mike aún con el animal en brazos -. Espere un minuto, ¿cómo llegó eso ahí?, Que yo recuerde al comprar el collar no había ninguna ranura ni agujero.

-Fácil, la pista decía " pequeño pero juguetón, lindo, pero gruñón, es por todos amado, pero también odiado", así que o era un niño o un gato, ya que no me gustan ninguno de los dos pensé en ellos, y al final era el gato que usted tenía. Qué coincidencia más grande, ¿no?-rió incómodamente, esperaba que podía creerse esa mentira y que no preguntara más, no sabría cómo explicarle que era evidente que era el molesto animal que tenía la pista, cortesía del verdadero dueño-. Y sobre lo del collar, puede que usted no lo haya visto bien, hay veces que el ser humano pasa pequeños detalles por alto.

-Sí, puede que tenga razón- Mike dejó el minino en el suelo no tan convencido de la respuesta de la mujer, el collar lo había comprado él mismo y al hacerlo se cercioró de qué no estuviera roto o suelto para que no se le cayera a su gatito. Algo andaba mal, lo sentía, sentía que algo no iba bien con todo eso.
Y pronto averiguará que tenía razón, muy pronto sabrá que se involucró con alguien en el que no tenía que haber puesto su confianza.

Continuará....

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