Sexta pista

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Está demás decir que el hombre desconfiado estaba.
Todas esas preguntas que tenía y no podía responderlas porque si preguntaba sabía que no conseguiría lo que quería.
Por eso era mejor descubrirlo solo.

Llegaron al despacho, ya estaba anocheciendo, pero Laura no parecía querer irse de ahí, y cómo podría hacerlo si alguien la buscaba para asesinarla.

Por esa razón usó cómo excusa el caso que tenían entre manos para quedarse. Ni loca salía de ahí sola,  acompañada tampoco servía de mucho, se imaginaba que él estaba armado y si uno de ellos salía herido solo sería un estorbo más para ella.

Quedarse ahí era una muy buena idea y la única que tenía por ahora.
Pero aún tenía la duda de lo del restaurante, el detective tenía su móvil, podría haber visto el mensaje y sospechar de ella, en ese momento se destruiría todo y entonces ellos ganarían.

Ni de coña permitiría eso, sobre todo porque es su misión, esa es la razón por la que fue encomendada a estar atada a Mike. Por eso el vivir es tan importante. El seguir con Mike y ser tan precavida era tan importante.

Por ello había que darse prisa antes de que pasase la desgracia, ayudar pero sin sacar sospechas era difícil y sobre todo si salía su lado. Y por las pruebas que le ponía parecía que no iba a ser fácil esconderlo.

Los dos se sentaron en la pequeña mesa que estaba a un lado en su despacho, Mike preparó café y de nuevo hicieron lo de siempre; abrir la prueba, leer, pensar y actuar.

"Bajo la luz de la luna, reflejado lo veréis, en el callejón sin salida lo tendréis"

Era lo que ponía en el papel, está vez si lo tendrían complicado y sobre todo porque un asesino los perseguía, no podían salir ni tampoco quedarse dentro, entre la espada y la pared estaban.

Laura se levantó de dónde estaba sentada y andaba dando vueltas "pensando" en lo que debía significar aquello, pero en realidad lo único que quería era saber si aún seguía afuera.

Se acercó a la ventana disimuladamente, y sin levantar más sospechas apartó un poco las cortinas azules y miró.

Primero derecha, luego izquierda, no había nadie, por un momento suspiró de alivio, pero en la oscura calle se notaba que alguien estaba ahí. Alguien estaba parado en una esquina, todo encapuchado y mirando hacia su dirección.

La mujer se tensó y cerró rápidamente las cortinas. Mike, que observó todo le preguntó mirándole a los ojos lo que le sucedía a lo que ella un poco nerviosa contestó que no pasaba nada.

Claro está que el detective no se lo creyó, por lo nerviosa que estaba y se podía hacer una idea del porqué se comportaba así. Lo que leyó es lo que les pasaba a ambos.

El silencio reinó un par de segundos, el detective la seguía mirando, cuándo de pronto el sonido de unos zarpazos en la puerta los interrumpieron.

Mike reconocía el sonido, abrió la puerta, ahí estaba su gato, lo dejó entrar y cerró la puerta detrás de sí.

El minino se puso en medio de los dos y empezó a maullar señalando la puerta.

Los dos estaban extrañados, no sabían lo que quería decir.

Entonces, el móvil de Laura vibró en sus manos, lo vio y era un mensaje en dónde solo ponía.

Síguelo, te dará la respuesta.

Observó al gato y vio que miraba a la puerta mientras maúllaba, le dio una idea de lo que quería decir.

Mike, al verlo maullar tanto se preguntó a sí mismo la razón, e hizo lo mismo que Laura, fijarse en la dirección en dónde el gato maúllaba y a la que ahora se dirigía.

Les quería decir que tenían que salir afuera, seguramente por la pista, pero, ¿sería buena idea?

En un instante los dos se miraron y decidieron hacerle caso al animal y lo siguieron.

Laura rezaba internamente para que nada sucediera con el asesino.

Y Mike, pues estaba intrigado de a dónde los llevaba el felino.

Cuándo por fin estuvieron en la calle el minino empezó a correr y le siguieron los dos, una vez corriendo Laura miró atrás para ver si él los seguía, vio que su sombra los seguía, pero de un momento a otro se paró y dio media vuelta, Laura interpretó eso cómo que había desistido.

En parte eso la alivió, pero también le aterraba, que haya desistido tan fácilmente, sobre todo estando ellos dentro de su alcance la preocupaba mucho, pero intentó despejar su mente y seguir al animal y al detective que tenía delante.

Siguiendo con el recorrido que tenían llegaron a una parte de esa calle en dónde casi no había luz, la única que tenían era la luna y ahí cayeron en la cuenta; o por lo menos Mike, de que el minino los llevó hasta la pista.

Continuará.....

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