—S-señorita Laura, ¿qué hace aquí?— mierda, había tartamudeado, eso no era bueno, tenía que mantener la compostura.
El detective sacó sus llaves del bolsillo y se acercó a la puerta para abrirla, ésta se apartó para que pudiera hacerlo.
Introdujo la llave en la cerradura, la giró y la abrió dando paso a la mujer primero. Tenía que ser amable a pesar de que ella era una serpiente venenosa.
Entró y cerró la puerta tras de sí, se quitó la chaqueta, la dejó colgada en el ropero que estaba en el lado derecho de la entrada y se remangó la camisa.
Esa tarde hacia mucho calor, 38 grados exactamente, los dos estaban sudando a chorros. Mientras Mike iba a por bebidas frías Laura se encargaba de abrir ventanas y puertas a ver si el frío los refrescaba.
Una vez terminada la tarea se sentó a esperar al detective.
—Aquí tiene— le ofreció un vaso de coca cola con hielo dentro.
—Muchas gracias— agradeció ella cogiendo el vaso y tomando un sorbo.
Mike hizo lo mismo, sentándose enfrente de ella tomó un sorbo también, el frío líquido les bajaba por la garganta, se sentía tan bien, era cómo estar en la gloria.
Pero esa sensación no duró mucho, se les acabó de inmediato.
Aún con el calor que hacía tenían que dejar las bebidas de lado y seguir trabajando.Por un lado tenían "el caso" entre manos y por el otro Mike tenía que hacer lo que pactó con el policía.
Mucho trabajo en un caluroso día de verano. Daban ganas de tirar todo por la borda e ir a la playa solo por un instante, pero el trabajo era trabajo y no se abandona por nada.
Atento a todo conversaba él con ella, sobre la pista que tenían e intentaba sacarle información nueva sobre su "vida" y también intentaba conseguir lo pactado anteriormente con su amigo.
Pero por más que quería conseguir algún pelo suyo le era imposible y tampoco podría arrancárselo, se daría cuenta, obvio, ¿y qué le diría si eso pasaba?
<<Perdona por arrancarte un pelo, pero lo necesito para averiguar quién eres en realidad>>Ni de coña, ni aunque su vida dependiera de ese pelo se lo arrancaría. Tenía que haber otra forma.
Tendría ese pelo sea cómo sea sin levantar sospechas claro, eso es lo más importante aquí.Mientras la conversación fluía sobre qué hacer ahora para encontrar la siguiente prueba unas orejas de color marrón grisáceo se asomaban por la puerta.
Entraba él con toda la seguridad meneando su colita hasta postrarse por completo delante de ellos.
Se lamió su patita derecha, se enrolló a sí mismo y se quedó con las orejas en alto escuchando de lo que hablaban la mujer y el detective.
Ellos lo miraron con sorpresa, uno esbozó una media sonrisa y la otra lo miraba con despecho. Para ella era un animal despreciable.
El animal gatuno seguía tumbado en el suelo sin dar importancia a los dos que lo observaban.
Los dos se miraron y siguieron con lo que estaban haciendo antes de que entrara el minino.
De pronto, Mike se excusó para ir al baño, de ahí hacer sus necesidades y de paso mojarse un poco la cabeza con agua fría.
La mujer al ver al hombre salirse de la habitación en dónde estaban aprovechó para acercarse al gato.
—Tú sabes dónde está, ¿verdad?— decía mientras lo acariciaba—. Si me lo dices te daré una recompensa.
El gato seguía acurrucado en el suelo sin hacerle caso, cómo lo odiaba. No le gustaba ese animal, era arrogante y hacía lo que le venía en gana.
Laura desesperada sacó de su bolso una lata de atún, que previamente compró por si el animal se aparecía ahí. Y tuvo suerte de que fuera hoy, pero aunque lo hubiera comprado hace tiempo y estuviera caducada se la daría igual, con tal de quitárselo encima.
La abrió y se la acercó, el gatito inseguro se acercó a la lata, la miró fijamente y después cambió su mirada a la mujer.
—Será toda tuya si me ayudas— sonreía incómoda, pero al final obtuvo lo que quería—. Muy bien, cómetelo todo y enséñame dónde está.
Cuándo Mike terminó de hacer sus necesidades y de mojarse un poco salió del cuarto de baño para ir a dónde estaba la mujer.
Pero no pensó que se encontraría oyendo algo tan interesante cómo confuso.
Laura le estaba hablando al animal, mejor dicho le estaba sobornando con atún, sí, sobornando.
Y le pedía cosas que no entendía, pero si se esforzaba un poco en recordar podría deducir que se trataba de la conversación que tuvo Laura con su interlocutor.
De que el animal les podría ayudar, pero, ¿ayudar en qué?, ¿en el caso? Imposible, era un simple gato que no sabía nada, a menos que....
¡¡Genial, hasta el animal al que adoptó lo traiciona!!
El detective salió de su escondite disimulando no haber oído nada y preguntándole a Laura lo que hacía a lo cual ella respondió que cómo el animal tenía hambre le dio de comer omitiendo varias cosas y maquillando la verdad.
De pronto, el gato salió corriendo en alguna dirección, los dos se sorprendieron por lo que hizo, pero rápidamente le siguieron.
Uno por lo que escuchó y la otra porque se lo había pedido, literalmente.
Corrieron varios kilómetros detrás de él hasta llegar a un descampado, allí había un árbol enorme que cubría la mitad de ello.
El gato paró enfrente de él y lo escaló, los dos esperaron debajo de una de sus enormes ramas para respirar aire y también tener un poco de sombra.
Al rato el gato bajó con algo en la boca, era la siguiente prueba, pero al momento de bajar saltó a una rama que estaba casi rota y el animal casi se cae si no fuera porque Laura fue a socorrerlo.
<<Si este dichoso animal iba a morir que lo haga después de terminar todo esto>> se dijo a sus adentros la mujer llegando a coger a tiempo al minino impidiéndole que caiga y se lastime.
Mike se asombró por aquello, tenía el corazón en la garganta del susto, pero por suerte no había pasado nada malo.
Dejó al gato en el suelo y seguidamente cogió lo que tenía en su boca.
Al momento en que iba a hablar vio que Mike se le acercaba peligrosamente, ella se extrañó ya que el hombre estaba muy cerca de ella, pero que muy cerca de ella.
Sus respiraciones se podían escuchar al mismo ritmo, uno lento pero agradable.
El hombre levantó su mano acercándola a lo que iba a ser su mejilla, ella quiso apartarse, pero él se acercaba cada vez más.
Incómodidad y nerviosismo se notaban en el aire, pero él aun no se apartaba, ni un solo centímetro.
Hasta que su mano derecha estuvo justamente al lado de su oreja, de allí sacó una pequeña rama de árbol que de seguro se le cayó en el pelo cuando recogió al animal.
—Tenía esto en el pelo— el hombre le enseñó lo que sacó con una sonrisa—. Seguramente por culpa de la caída.
—A-ah, muchas gracias— agradeció la mujer soltando el aire acumulado que tenía adentro. Agradecía a Dios de que no era otra cosa.
—¿Nos vamos? Ya tenemos lo que buscábamos y hace calor para quedarse aquí— dijo Mike cogiendo al gato en sus brazos y volviendo sobre sus pasos.
—Tiene razón, vámonos— le siguió ella.
Pero en lo que no se fijó Laura es que Mike también tomó un pelillo sin que ella se diera cuenta.
<<¡¡Misión cumplida!!>> dijo en sus adentros el hombre. Ahora solo faltaba dárselo a Rafael y él haría su mitad del trabajo.
Continuará.....
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El caso
Mystery / ThrillerUn caso que jamás tuvo que aceptar; quién iba a decir que con tan sólo ejercer su trabajo iba a meterse en algo tan grave como eso. Pistas anónimas que le ayudarán a llegar al fondo de todo, ¿o tal vez le enredarán más? Si tan solo hubiera escuchad...