Ella
Septiembre. Una navidad, un verano, una primavera y un poquito antes.
Siempre pensé que en mi próxima vida podía hacer todo lo que no había hecho en esta y quería hacer. Hasta que me di cuenta que posiblemente no había segunda vida o por lo menos este era un hecho que yo aún no podía reconocer. En esta vida tenía toda una lista de lo que quería hacer en la próxima.
En mi segunda vida iba a manejar por la ciudad sin miedo a los accidentes.
En mi segunda vida me iba a dedicar a pintar de colores el mundo.
En mi segunda vida me iba a tirar de un avión sin miedo a que el paracaídas no abriera y yo cayera sin fin.
En mi segunda vida iba a tomar clases de canto para hacer sonar mi voz en la regadera de la única forma que me gustara a mi.
En mi segunda vida iba a hacer un millón de cosas más que en esta no había hecho por temor al "Que dirán".
En mi segunda vida iba a ser la persona más arriesgada sobre la faz de la tierra.
La lista podía seguir sin detenerse pero siempre me imaginaba el tiempo como si tuviera su control en mis manos y esto fuera una clase de videojuego donde movía controles para avanzar o saltar una escena triste de mi vida que no necesitara vivir, pero al mismo tiempo cuando me daba cuenta que entre mis dedos se escapaban estas ideas comenzaba a pensar que pasaría si nuestra vida ya estuviera escrita tiempo atrás, con tinta negra sacada de un tintero y escrito con una bellísima pluma de algún pavo real con el clásico azul verdoso, en algún pergamino en la biblioteca de Dios o ser existente creador.
Simplemente no podía evitar pensar si todo lo que hicimos y lo que hiciéramos ya estuviera dicho y exclamado. Si las personas que conociéramos o fuéramos a conocer estuviera predestinadas y que para la historia de nuestra vida, nuestra historia, nada fuera un error, solamente algo que ya iba a ser, algo que ya iba a suceder. No estaba segura si la idea de pensar así me asustaba, me torturaba o las dos al mismo tiempo. Una ola de calma me invadido, iba a dejar de pensar sobre eso en tan solo segundos, necesitaba dejar de torturarme, pero este mar de pronto se alejo de mi orilla de paz y otra vez los malos pensamientos vinieron a mi de pronto y de prisa, con nuevas ideas revolucionando mis cabeza.
Respire volviendo a mi, a la habitación fría y azul, olvidaba mencionar que eso era lo que hacía yo, podía describir los momentos con perfectos colores y texturas, los momentos tranquilos eran azules, pero podía variar en toda la gama de azul, desde un azul cielo que me daba tranquilidad, pasando por un azul grisáceo que me daba tristeza, hasta un azul naval que me podía dejar en la oscuridad; continuando con un amarillo de la felicidad y un anaranjado atardecer de confusión; un rojo vivo de pasión hasta una tonada rojo vino de amor. Me encantaba la forma en la que cuando cerraba mis ojos y no veía solamente la oscuridad, me imaginaba los colores de la situación, como cuando realizas una pintura y necesitas una tonalidad, mezclas un poco de amarillo sol con un poco de azul cielo y te daba la naturaleza completa en diferentes tonos de verde.
Cuando mi mente volvió al lugar, levante rápidamente la mirada, estábamos en un lugar lleno de gente y ahí estabas en frente de mi.
Siempre podía haber un millón de personas pero yo solo te miraba a ti, tenías ese efecto en mi.
El primer momento cuando te miré se podía describir como amarillo vivo con una mezcla de blanco fresco, llegaste y reviviste todo el lugar. Rápidamente intente memorizar tu rostro por si era una ilusión fugaz hecha de niebla que desaparecería en cuanto yo pronunciara una sola palabra tratando de alcanzarte en este mar de peces.
Eras un nuevo lienzo y yo el pintor que no soportan la ganas de admirarte; dibujé tu rostro con el pincel de mi mente, no quería olvidar tu mirada llena de vida, nunca había visto unos ojos tan alegres con ese redondo chocolate alrededor de tu mirada, ese lunar perfectamente circular como una gota de pintura que se derramo sobre el lienzo pero al mismo tiempo era muy delicada y pequeña sobre tu mejilla, tus mejillas se veían rojas como el atardecer cuando esta a punto de guardar al sol, tenías unos labios delicados tal cual flor en primavera y tu cabello se ondulaba justo en la punta final tal cual ola de mi lugar favorito del planeta, el mar.
Habías llegado como un momento tan único en mi vida, como algo que es imposible de captar por una cámara, merecías ser apreciado por todos los ojos de este lugar, pero yo solo quería guardarte en la memoria de mi corazón y ser un poco egoísta al no compartirte con nadie más. Era como si hubieras llegado a ponerle pausa a mi vida, a todo lo que estaba haciendo y me estuvieras diciendo que me detuviera a apreciar la vista de este momento.
Estabas un poco tímido y asustado mirando a todo tu alrededor. No estabas cruzando ni una palabra con nadie en el lugar y tampoco te veías interesado en hacerlo. Paseabas tu mirada en cada esquina del lugar, rodabas los ojos con un poco de desesperación y no te quedabas quieto, no te veías como la persona que carga con una gran confianza dentro de si misma, pero había algo en ti, no estaba segura si dentro o fuera de ti, pero había algo que no me dejaba de hacer pensar en querer saberlo todo sobre ti.
¿Quién eras?
¿Cómo te llamabas?
¿Qué hacías aquí?
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Hola de nuevo!! Por favor coméntenme que les parece, comentarios negativos y positivos todos bienvenidos:))
Dividi este capitulo en 2 partes porque estaba un poco largo
-BB
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La Vida Que Nos Tocó Vivir // Wattys2019
RomanceSerían millones las veces que intentaríamos volver en el tiempo para cambiar algún error o evento que cambio el curso de nuestras vidas. - No te vayas por favor - me dijo con la voz un poco rota Lamentablemente yo no podía ir atrás y él no lo iba...