OLIVIA
No recuerdo en que momento me cubrí de sangre, por todos mis brazos, por toda mi ropa.
Las paredes blancas.
Las luces que cegaban a la vista.
El suelo de cuadros.
La prisa que cargaba en mi.
— Necesito que me diga su nombre.
— Olivia.
— Ahora necesito el nombre del accidentado.
— ¡Ya le dije que no lo sé!
— Necesito que esté tranquila si no tengo que llamar a seguridad.
— No se su nombre.
— ¿Entonces usted no era conocida del accidentado?
— Si, si lo conocía.
— Entonces... ¿Cómo no sabe su nombre?
Estar en el hospital estaba lejos de ser la mejor experiencia para cualquiera, tanto para la persona que espera informes del accidentado, como para que que sufrió el accidente. Para ponerle una cereza al pastel, estar esperando solo para imaginar que son las peores noticias del mundo.
Cargar con la culpa de lo que sucedió tampoco me estaba ayudando mucho, si tan solo hubiera dejado todo como estaba, si no hubiera buscado mi zapato y me hubiera dado prisa como tú para ir a nadar contigo. No hubieras tenido que esperarme, hubiera estado junto a ti y probablemente hubiera evitado que te cayeras. Y ahora estaríamos en una situación completamente diferente.
Todas las ideas se me van de la mente cuando recordaba lo que había vivido aquella tarde...
Una sonrisa, unos ojos maravillados ante lo que tenían enfrente, una sensación de haber hecho todo bien y luego un accidente que cambiara el futuro. Todo me tenía bastante mal.
- Señorita no puedo hacer nada por usted, si no es familiar.
Lo que si estaba segura es que me quedaría hasta el final. No importaba si fuera bueno o malo, iba a estar para ti. Aunque la señorita me sacara de mis casillas, necesitaba saber más información sobre ti.
- ¿Pero a usted qué le pasa? Si yo he llegado con él.
- Le agradecemos que haya llamado a emergencias, pero no puedo hacer nada más por usted.
- ¡No puede ser!
- Necesita tranquilizarse, ya le dije que voy a llamar a seguridad.
- Usted no va a llamar a nadie, primero me va a decir como esta él.
- No damos información a personas que no son familiares.
- Pero va con lo mismo, yo estaba con él, no soy su familiar, pero soy su novia.
- Mire señorita, me parece muy sospechoso que estuviera con él, al momento del accidente, casi parece que usted es culpable y más con ese nerviosismo... ¿No será que usted...?
- ¡Pero como se atreve! Usted no sabe cuanto lo quiero, no podría atreverme a lastimarlo nunca. Lo único que le pido es que me diga su estado.
- Mejor de su declaración para la policía que ya viene.
Un par de hombres caminaban hacía mi, con gorras negras y una chamarra muy gruesa, en la que estaba escrito "Policía"
- Buenas tardes señorita, ¿Quién es a quien tenemos que entrevistar? - dijo uno de los hombres.
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La Vida Que Nos Tocó Vivir // Wattys2019
RomanceSerían millones las veces que intentaríamos volver en el tiempo para cambiar algún error o evento que cambio el curso de nuestras vidas. - No te vayas por favor - me dijo con la voz un poco rota Lamentablemente yo no podía ir atrás y él no lo iba...