ÉL
Te coloqué una venda en los ojos, tus labios estaban un poco temblorosos mientras caminábamos entre las ramas de los arboles.
- No tienes razón para tener miedo, yo te guío.
Aunque lo dudaste un poco, pude notar como te comenzaste a relajar y soltaste un poco tus puños que estaba poniendo blancos por la presión que les causabas. Justo cuando llegamos, tomé la venda y tiré de ella para soltarla.
- ¡Sorpresa, Arabella!
Tu cara era única, estaba tan llena de felicidad y asombrada por todo. De nuevo supe que te había hecho feliz. Caminamos hasta la manta de cuadros rojos y blancos que había colocado sobre el césped. El lugar era simplemente indescriptible parecía que estaba creado para esta clase de cosas, era pequeño pero al mismo tiempo se sentía enorme, rodeado de árboles y con el espacio justo para la manta. A un lado se podía ver una pequeña cascada y un círculo amplio donde caía toda el agua de la cascada, la altura se veía perfecta para aventarse al agua justo desde donde estábamos. Como había dicho antes parecía estar hecho para eso. Además de la manta había colocado unas luces de colores entre los árboles cerca de nosotros, los focos que colgaban sobre nuestras cabezas no parecían iluminar mucho y eso parecía un poco malo ya que la tarde se había vuelto bastante nublada.
- ¿Cómo encontraste este lugar?
- ¿Te gusta?
- ¡Claro que sí! Me encanta.
- Hace poco iba manejando en esta carretera, de pronto el auto comenzó a fallar y tuve que detenerme, me metí un poco al bosque y pues luego me baje a caminar mientras trataba de encontrar señal para llamarle a una grúa, pero el celular me estaba fallando y por más que buscaba no había ni una línea de señal. Estaba tan concentrado buscándola que no me di cuenta cuando llegue aquí y en el siguiente paso que di casi me caigo al agua, ahí fue cuando vi mi alrededor y encontré el lugar. Mandé un mensaje a un amigo a ver si se enviaba cuando hubiera señal y me senté a descansar un rato pero luego me quedé totalmente dormido. Cuando comenzó a anochecer mi amigo llego y pues la grúa se llevó mi coche. Cuando llenaron los papeles de donde estaba el auto y así, anoté el kilometro en el que se encontraba este lugar. Estaba un poco asustado de que no lo encontrara y tú estuvieras toda inquieta porque nos perdiéramos, pero al final si lo encontré. Así que aquí esta, tu paraíso.
- Es sorprendente como te encontraste con el lugar, por pura coincidencia.
- No creo que haya sido coincidencia, creo que este lugar estaba destinado a que lo encontrara y trajera a una chica linda como tú.
- Probablemente... por cierto buena elección de pastel.
- Tu favorito.
En la manta se encontraba un pastel de manzana, el cual era tu favorito, un refresco de manzana espumoso y dos copas. Nos sentamos, podía asegurar que combinábamos perfectamente con el paisaje y que si alguien se pusiera a pintarnos quedaría encantado. Las luces se reflejaban en tu rostro haciendo ver morado, azul, verde, rojo, morado, azul, una y otra vez.
- No quiero que este momento acabe nunca.
- No hay razón para que termine. Arabella...
ELLA
Cuando la venda que tenía en mis ojos se desvaneció no me esperaba lo que vi, me habías prometido una sorpresa, pero nunca me espere que fuera algo así, realmente no se que era lo que esperaba exactamente. Luces navideñas sobre los arboles, un clásico mantel de picnic, mi pastel favorito y muchas cosas más. No olvidemos el lugar que era digno de una postal. No podía evitar sentir esa ola de felicidad que atravesaba mi cuerpo. La historia de como había encontrado el lugar también era digna de sorpresa.
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La Vida Que Nos Tocó Vivir // Wattys2019
RomanceSerían millones las veces que intentaríamos volver en el tiempo para cambiar algún error o evento que cambio el curso de nuestras vidas. - No te vayas por favor - me dijo con la voz un poco rota Lamentablemente yo no podía ir atrás y él no lo iba...