Capítulo 5/Parte 1 "El Jardín De Flores"

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Tiempos felices, personas felices.

ELLA

De vuelta a casa todo había sido conversaciones con palabras entre risas.

Cuando estábamos juntos la explosión de nuestra maravillosa conexión era encantadora, no lo decía porque se tratara de nosotros o porque te quisiera, simplemente era algo que se daba de maneras que yo no alcanzaba a explicar con palabras, como tu habías dicho la noche anterior...

"Cuando sientes algo de una manera tan profunda, no encuentras palabras porque no las hay para describirlo, ahí es cuando sabes que es amor"

Entonces me hiciste comprender que sí no encuentras alguna forma o manera para explicar lo que es el amor, lo debías explicar con tus acciones, porque no exilia mejor manera para hacerlo.

Entre toda la revolución que estaba sucediendo después de conocerte, en mi mente y en mi estomago, tenía un pensamiento muy claro... Cuando encuentras a alguien de una manera poco común, cuando esa persona es así de simple y conectas de tal manera, creo que todo se da perfectamente para esa situación, solo dejas de preocuparte por todo y tu vida fluye como un río, sin que tuviera que tomar el control de todo, como estaba acostumbrada a hacer, tú me liberabas de toda la presión que existiera o sintiera sobre mis hombros.

Eras como un dulce poema de amor. Al tener la imagen de ti en mi mente y voltearte a ver con la luz del atardecer iluminando tu rostro, mientras manejabas el auto.

- ¿Por qué me miras tanto? Tienes que dejar de hacerlo porque me voy a distraer.

- No, no chico, sigue concentrándote en tu camino.

Ambos reímos y tu seguiste mirando al frente, mientras el sol se estaba guardando en el horizonte.

Había un lugar del que no quería escapar.

Había un lugar donde quería estar.

Había un lugar en medio de la sombra.

Había un lugar en medio del sol.

Había un lugar cerca de tu corazón.

En el que quería estar sin razón.

Nuestros días eran poemas, que se escribían conforme el tiempo avanzaba, tan dulces como tú. Eran días maravillosos donde no había razón para pedir nada más que nuestras propias compañías, si estabas ahí junto a mi, no había razón para huir.

Yo ya no tenía temor de mi futuro, ni telarañas de miedo rodeando mi cabeza.


ÉL

Ahora estaba aquí de pie frente al vitral de la florería, preguntando si llevarte flores era lo que debía. Contaba con menos de una hora para conducir a la playa y verte, pero claro que tenia que llegar con algo que clase de chico sería si no te llevara unas flores.

Cuando finalmente respondí a esa interrogante, surgió una nueva "¿Qué clase de flores preferirías?" Volví mi mirada a la vitrina donde se encontraban bastantes tipos de flores; por un lado se encontraban unos tulipanes rojos, por el otro lado estaban unos cuantos claveles, un poco escondidas estaban un par de violetas, miré a mi derecha para encontrarme con unos jazmines, su clásico olor se podía sentir hasta afuera de la tienda.

Y así es como acabe con el ramo más inusual que me pude haber inventado, conduciendo a la playa para ver a la chica más bonita y sincera que jamás había conocido.

Cuando llegué salude a todos mis conocidos, siendo el nuevo era un poco extraño, las personas de aquí no eran nada parecidas a las de mi otra ciudad era como si el cielo me hubiera succionado de mi lugar perfecto y me hubiera escupido en otro planeta con personas totalmente diferentes a mi. La terrible nostalgia de este suceso siempre me quitaba los ánimos de hacer cualquier cosa, solo quería regresar a mi pasado y volver a sentirme completo, lamentablemente eso no sucedería ni en mil años de buena suerte. Cuando volví a la realidad me di cuenta que no necesitaba volver para ser feliz, porque ahora te tenía a ti, aunque sonara como la persona más cliché del lugar. Tú no eras mi ancla, porque eso seria como decir que estaba aquí a la fuerza, tú eras más como la isla a la cual podía ir siempre que me sintiera perdido y confundido en este mar de desesperación.

Donde estabas tú, yo estaba bien, aunque nos conociéramos hace tan pocas semanas.

Caminé un poco más cerca de la fogata, buscándote por todos lados, pero no lograba encontrarte. Cuando me di cuenta que no estabas por ninguna parte lo peor vino a mi mente... supuso que no habías querido venir y que te habías arrepentido de último momento, hasta que unas manos tocaron mis hombros causándome sobresalto.

- No te encontraba por ninguna parte.

La Vida Que Nos Tocó Vivir // Wattys2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora