Oráculo

Dudas

Capítulo 3

Tom

Estaba desconcertado. Nadie había dicho que el guardián fuera una persona. Él había asumido que era un basilisco porque era una bestia ancestral y la más relacionada con Slytherin. Pero ahora mismo estaba intrigado con que una persona, si es que fuera una de carne y hueso, habitara una cámara que había sido cerrada desde casi la fundación del colegio.

Preguntó discretamente, investigó todo lo que pudo sin levantar sospechas, en especial del profesor de transformaciones, incluso le preguntó a sus seguidores si conocían la leyenda. Ni siquiera Malfoy tenía noticias de dicha cámara.

Pero no podía quedarse con la intriga. Tenía que volver y enfrentar al ser que habitaba en la cámara slytherin.

Y otra vez se encontraba allí, frente a la puerta de la cámara, las serpientes deslizándose con demasiada parsimonia. Al fin, al terminar de abrirse la puerta, pudo ver la figura encapuchada frente a la cara de Salazar Slytherin, al parecer escribiendo con el palo que tenía en la mano. ¿Sería un báculo?

-Ya has vuelto. Lo siento, la respuesta es la misma. No hay basilisco.

-¿Quién eres? -preguntó con su tono de mando.

-Vaya, tan mandón desde tan joven. -dijo el encapuchado, continuando escribiendo en el suelo de piedra.

-¡Responde!

-¿Por qué? ¿Porque eres el heredero? Gran cosa. -bufó el encapuchado.

Tom sacó su varita listo para atacar, cuando esta fue expulsada de su mano para parar en las del individuo.

-Veo que no te han enseñado el arte del duelo. -dijo el encapuchado. -Al menos, en mis tiempos, uno se enfrentaba de frente.

-¡Devuélveme mi varita!

-¿O qué, Tom? ¿Me vas a pegar como hacen los muggles?

Tom se quedó por un segundo trastornado.

-¿Cómo sabes mi nombre?

-Oh, cómo lo sé es un secreto. Yo sé muuuuchas cosas. -terminó de escribir y le lanzó su varita. -Ahora, quédate quieto y no intentes nada. Este hechizo es muy serio para que me lo eches a perder.

El encapuchado se posicionó sobre lo escrito y con su báculo golpeó el suelo de piedra. De inmediato, una ráfaga de viento salió del suelo, casi empujando a Tom. Este vio como runas iluminadas se levantaban del suelo y giraban como en un torbellino. Una a una iba tomando altura y tamaño hasta ocupar todo el recinto para luego traspasar las paredes de piedra. Y así como se levantó, el viento cesó.

El encapuchado se sostenía del báculo con pesadez.

-¿Qué has hecho?

-He levantado las protecciones... al menos de la casa de Slytherin. Eso creo. -se dio media vuelta y la boca del rostro de Salazar se abrió. -Te aconsejo que distraigas a Myrtle de esos baños si no quieres que te descubran. Ella, creo, que tiene problemas de estima. -caminó hacia la boca. -Necesita un buen amigo...

-Espera. ¿Eres... Salazar Slytherin?

La carcajada resonó por todo el lugar. Sin embargo, no era fría o escalofriante, maniática ni retorcida. Era una risa limpia y clara que te invitaba a compartir.

-Gracias. Hacía mucho tiempo que no reía así. -parecía que se secaba las lágrimas. -Y con respecto a quién soy... No, no soy Slytherin.

Y así, la boca de Salazar ocultó al encapuchado... dejándo a Tom más intrigado que antes.

Y aquí el tercero. ¿Van hilando? No pienso explicar... No ahora... Después... Sí, definitivamente, después.