Rehabilitación

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Capítulo 6

Harry

Estaba seguro de haber matado al basilisco hacía un par de años. Tal vez, no contaba con que tuviera pareja. Porque desde que el... no, la basilisco lo encontró, se ha comportado como mamá basilisco.

No podía contar los días que había pasado allí. Solo sabía que la basilisco, al no poder hacer nada por él, salió a buscar ayuda. Y le trajo a Ely.

Ely era una elfina de Hogwart. Luego de pedirle ayuda y que no llamara a ningún mago, ella le explicó como la loca serpiente la secuestró de las cocinas del colegio para encontrarse en su nido con un niño muuuuuy lastimado.

Ella rogaba para que lo dejara llamar aunque más no sea a la enfermera del colegio, pero Harry le había dicho que le hacía responsable de su estado a Dumbledore. Por supuesto, la pequeña no le creyó al principio.

La elfina no tenía mucho conocimiento de curación, entonces la basilisco le habló de los centauros del bosque. Harry no creía que pudieran conseguir ayuda en ellos, pero al parecer lo lograron... teniendo en cuenta que la elfina iba acompañada de un basilisco...

Ely le dijo que ya debía probar salir del nido de la basilisco. A regañadientes, la serpiente lo permitió. Lo primero que descubrió es que estaba en un lugar muy parecido a la casa slyhterin. Sillones de cuero, piso de madera lustrada, alfombras suaves... lo que pudo apreciar con su precaria vista.

Las secuelas que le habían quedado de su "accidente" fue no solo las costras que la elfina se esmeraba en curar todos los días, dos veces al día, con unas cataplasmas de hierbas hediondas que le habían proporcionado los centauros, también la limitación visual. Del ojo izquierdo no veía absolutamente nada. Y del derecho apenas sombras.

A un costado del nido, había una gran chimenea con un caldero tamaño familiar a un lado. El fuego ardía proporcionando calor al nido. Parecía que el fuego nunca se apagaba.

Con el pasar del tiempo, Harry descubrió que ese era el refugio de Salazar Slytherin. No solo tenía una sala, también una biblioteca y un laboratorio para realizar pociones.

La elfina había pedido permiso para que otros elfos estuvieran informados y la ayudaran. Pero Harry no creía conveniente. Sabía que los elfos le debían obediencia. Por eso su convalecencia fue algo larga.

-Si pudiera leer... podría buscar algún libro de sanación. Estoy seguro que Salazar tendría alguno.

La elfina tomó la mano del joven amo que ya tenía cariño. Harry sintió que se la calentaba hasta casi la molestia.

-¿Qué haces, Ely?

La elfina tomó un libro cualquiera y lo abrió. Luego colocó la mano en la hoja. Al instante, Harry pudo sentir las letras con la punta de los dedos.

-Wow. Esto es... -frunció el ceño. Continuó "leyendo". -interesante.

Ya tenía con qué combatir el tedio. Luego de algunas semanas, se animó a salir de la sala. Para probar una técnica que había leído. Lentamente dejó salir su magia. Esta se movió por todo el lugar. Era una sensación como... tocar con la piel. Lo sentía por todo el cuerpo. Encontró varios pasajes, todos cubiertos excepto dos. El que da a una escalera y por el que había entrado.

-"¿Qué es lo que quieres hacer hoy, cría? "-preguntó la basilisco.

-"Quisiera sentir el sol. Voy a salir. Ya han pasado varias semanas. No creo que me sigan buscando."

La caminata duró mediodía. No creía que fuera tan largo. Pero era entendible. Según el diario de Salazar, la Cámara era la última frontera contra los muggles que invadieran Hogwarts. El basilisco los detendría mientras los magos huirían por los diferentes pasajes. Cada uno de los fundadores habían colaborado. Godric con soldados apostados en la entrada, Helga con los hechizos protectores en el bosque y el lago y Rowena con la arquitectura del colegio mismo. Estaba orgullosa de las escaleras móviles y las puertas que desaparecían.

Y es que el libro que le entregó Ely, no era otra cosa que el diario de Salazar. En él, el gran mago contaba sus aventuras con su gran amigo Godric, como se reunieron con las otras brujas con la idea de construir un colegio para todos los magos del mundo. Un lugar seguro. Lo habían conseguido. Pero la amenaza siempre estaba ahí.

Cuando al fin salió al bosque, era de noche. El aire estaba fresco, no frío. Podía sentir el verano en su piel. ¿Verano? ¿Cuánto había pasado? Estaban en Octubre cuando...

-"¿Sabes qué fecha estamos, Amina?"

-"No tengo la menor idea, cría."

-Ely. -llamó.

Con un "plop" apareció la elfina.

-Ely está para servirlo, pequeño amito. ¿Cómo...?

-No me digas pequeño, Ely. Dime... ¿qué fecha es hoy?

-Veintidos de Abril de 1942.

-¡¡¡1942!!!



Sorpresa. Ahora ya lo saben... ¿Votos? ¿Comentarios? ¿Alienígenas que estén leyendo esto en algún rincón cósmico?

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