La Traición

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Capítulo 2

Harry

No podía creer que Ron se enojara con él. No, no podía creer que Hermoine no le creyera. Eran sus amigos, ¿no? Debía buscarlos y explicarles que él no puso su nombre en el cáliz. No tenía cómo hacerlo.

Recorrió los pasillos, hoy en día más habitados que otros años, gracias a las dos escuelas que estaban invitadas por el torneo de los tres magos. Ahora cuatro. Alguien quería que entrara al torneo. La pregunta era ¿quién? Lo obvio era Voldemort, pero no se le ocurría cómo. Dumbledore siempre lo puso a prueba cada año... menos el anterior... No, también el anterior, cuando lo mandó con Hermoine a salvar al hipogrifo Buckbeack y a Sirius. Así que no era descabellado que él hubiera puesto su nombre. Y después queda su "inestimable" profesor de pociones, el murciélago de las mazmorras, pero ¿por qué lo haría?

Recorría los pasillos. Todos volvían a susurrar a "sus espaldas" y señalarlo con el dedo. Él no quería participar. ¡Por Merlín! Él sería felíz si por una vez podría hacerse invisible.

Al fin, en el cuarto piso, donde no había tanta gente, escuchó la voz de Ginny. Hacía días que también se comportaba extraña. Como esperando algo.

-... las órdenes de Dumbledore. -escuchó decir a Hermione en un salón.

¿Las órdenes de Dumbledore? ¿Cuáles órdenes?

-Pero no puedo dejarlo solo cuando ustedes le dan la espalda. Perdería todo lo que conseguí en todo este tiempo. -dijo Ginny.

-Te entendemos, hermanita, pero Dumbledore dijo que nos mantuviéramos apartados todos para que sintiera la presión. Lo necesita para cumplir la profecía. ¿Crees que yo quiero abandonarlo? -dijo Ron. Harry no entendía nada. -Si pierdo el puesto de "mejor amigo" pierdo fama. Es un juego peligroso.

-Pero tú perderías la fama, yo perdería su fortuna. -declaró Ginny.

-Querida cuñada, no te olvides que esa fortuna es para repartirse entre todos.

-Ni lo sueñes. Yo no voy a darle nada a los desagradecidos de mis hermanos mayores. Mamá y yo somos las que hemos planeado todo esto. Soy yo la que se tiene que dejar tocar por el cuatro ojos para quedar embarazada y asi reclamar su fortuna.

-Pero yo soy el que tiene que aguantarlo en todo momento. -dijo Ron. -Y soy tu hermano favorito.

-Ya. Dejen de pelear. Tenemos que ver la forma de mantenernos alejados pero vigilado. -razonó Hermoine.

Harry se sentía enfermo. Tenía que salir de ahí de inmediato. Había comenzado a alejarse cuando escuchó que alguien lo llamaba. Volteó con lentitud, para ver a las tres personas que se suponían eran sus amigos. Y ellos vieron el error que cometieron.

Harry comenzó a correr. Debía salir de allí. Debía escapar. Un rayo rojo pasó rozando su cabeza cuando logró llegar a las escaleras. Rogaba a Merlín que no se movieran. Otro rayo pasó cerca. No volteó a ver quién lo atacaba.

Llegó a la planta baja y corría cuado se encontró con Ron corriendo hacia él de frente. Había utilizado alguno de los pasajes.

-¡Congela! -lanzó su amigo.

Harry logró sortear el hechizo y desviar su camino... hacia afuera. Otro rayo pasó por encima de él.

-¡Petrificus totalus! -gritó Hermoine.

-¡Confundus! -le siguió Ginny.

Intentando evitar los maleficios y hechizos, Harry corrió al bosque prohibido. No quería lanzar maleficios contra sus amigos. Es decir, ya sabe que no lo son, pero si por él fuera... ¡Morgana! Él jamás atacaría a nadie.

-¡Incendio! -gritó Ron.

Harry vio como el rayo dio contra el árbol que tenía frente a él. Lo que no vio en su huida fue como una rama cae e incendia su túnica. Para cuando siente las llamas lamerle la espalda, el fuego ya había prendido en la mayoría de sus prendas. Se quitó la túnica y se tiró al suelo, rodando, intentando apagar el fuego que le quemaba la piel. Pero el fuego no se extinguía y el suelo se inclinó peligrosamente. Estaba cayendo por una especie de barranco. Se detuvo encima de un charco de agua podrida... completamente inconciente.




Bien, el segundo. Espero que noten que esto es un AU, es decir, que tomo los personajes de J.K.R. para crear una idea alternativa. Espero sus votos y comentarios, y que compartan.

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