Oráculo

Cita a medianoche

Capítulo 7

Tom

Aún se maldecía por su ceguera. Estaba tan enfocado en eliminar a los muggles que no había considerado las consecuencias de sus actos. ¡¡Y que el extraño ese le dijera lo obvio...!!

Acababa de salir de una reunión con el profesor Slughorn, ya casi medianoche. Esperaba el momento perfecto para hablar de un tema muy importante, pero ninguno de los discípulos elegidos le permitió un momento de privacidad.

Se dirigió a la sala común slytherin... y se encontró con todos sus aliados. Avery, Lestranger, Mulciber, Malfoy, Walburga Black y su prometido Orión Black. Sus caballeros. Temidos. Temibles. Con caras de poco amigos. Sabía que Abraxas no se quedaría callado.

-Deberían estar en sus respectivas camas. -dijo como si nada.

La única mujer del grupo, y la más temible, se acercó con los brazos cruzados.

-Exigimos una entrevista con el Oráculo. -ordenó como la sangrepura que era.

"¿Pero de qué demonios habla?" pensó Tom.

-¿Oráculo? -miró inquisitivamente a Abraxas.

-Les conté lo que ocurrió y llegamos a sospechar qué es eso.

Tom quería golpearse. "Por supuesto". Un ser que conocía todo de tí y podía ver tu futuro. Sabía su nombre, su condición, dónde vivía y lo que pretendía.

-Solo hay un problema. -dijo, enviado su magia para cerciorarse que nadie escuchaba.No por nada llegó a donde estaba. -Dumbledore. Esta noche está de sereno...

Un "plop" estalló justo en medio de la sala, asustándolos un poco. Casi perdiendo sus máscaras.

-Mi pequeño amito me mandó a que los llevara a la cámara, ya que siente que tienen dudas.

"¿Amito?"

Todos se miraron y asintieron al mismo tiempo. Tom quería más que ninguno sacarse esas dudas.

La elfina espero a que se tomaran las manos, tomó la de Tom y con un chasquido los transportó hasta la cámara, donde una mesa redonda con mantel blanco y porcelana china, los esperaba con un té aromático y bocadillos livianos en medio del gran salón de piedra. "¿En serio?"

Como sangrepuras y herederos que eran, mantuvieron sus máscara y tomaron asiento. Todos eran perfectos en sus modales, ocultando sus pensamientos, rápidos en el análisis de situaciones y posibles soluciones y consecuencias. La neblina verdosa los rodeaba.

-Sean bienvenidos. Por favor, mi lady, si tiene la bondad de ser mi anfitriona...

Walburga comenzó a servir el té, mientras todos esperaban.

-¿Quién comienza? -preguntó el extraño, su voz acariciándolos, aterciopelada.

-¿Cómo debemos llamarte? -preguntó Avery.

Pasó un minuto completo.

-Harry. -como si nada. O como si bromeara con ellos.

Todos se miraron extrañados. ¿Qué clase de nombre es ese para un Oráculo?

-Bien... Harry. Al parecer, tienes cierta información sobre nosotros. -declaró Tom.

-Los Caballeros de Walpurgia. -todos contuvieron el aire. -Original, sí...

-Mencionaste que nuestros ideales son tontos. -acotó defensivamente Abraxas.

-¿Por qué lady Walburga se casaría con su primo? -preguntó la voz incorpórea, sonando más dura, fría.

-Para matener la sangre pura... -contestó con seguridad la joven.

-Sangre pura. Si Madre Magia quisiera que así fuera, no repartiría sus dones a algunos muggles elegidos... como Tom.

-¡Mi madre era una gran bruja! -declaró Tom, no tanto para defender a su madre como para alegar su ascendencia, su derecho a la magia.

-Y tu padre un hombre de nombre, con fortuna y prestigio en el otro mundo... Eso si aún... no lo has matado... como a tus abuelos paternos... y a tu tío materno...No lo has hecho todavía...¿no? -su voz era sugestiva, sumergiéndolo en pensamientos que tenía pendiente.

Un silencio sepulcral se instaló en la cámara. La neblina se fue retirado por la boca de Salazar.z

-¡Tarea para la casa! -gritó como chiquillo, alterando a los jóvenes. -Quiero que averigüen lo que es la endogamia y sus consecuencias. Ely...

La elfina apareció y los devolvió a la sala. ¡Con mesa y todo!

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