Capítulo 8
Harry
El diario de Salazar había sido muy interesante, pero no era el único. La biblioteca tenía un montón de información, algunas cuestionables. Y es que la magia no estaba dividida en blanca o negra, de luz u oscura. ¡Y era tan liberador dejar fluir la magia que tenía en su interior!
Ahora mismo estaba probando un hechizo para encontrar un báculo mágico. Según Salazar, debía ser de la longitud exacta a tu poder, con el grosor de tu puño. Muy similar a una varita, es la madera la que te elige.
Ya no temía al bosque prohíbido. Aunque apenas y sí veía algo, sentía todo el bosque tan vivo que compartía su magia con él. También podía sentir el poder de las protecciones de Helga, ya débiles. Debía buscar la información para levantarlas y en lo posible hacerlas más fuertes. Había encontrado las de Rowena, pero solo era para los muros del castillo.
Un retumbo en el suelo le avisó que pronto tendría compañía. Ya estaba acostumbrado a encontrarselos en sus incursiones. Era como si salieran a su encuentro al sentir su magia.
-Buenos días, Harry. -escuchó una voz que identificó de inmediato, además de su firma.
-Buenos días tengas tú también, Bane. ¿Cómo está Dagar?
-Ese potrillo cada día más osado.
Harry sonrió bajo su capucha. Había logrado conjurar algo de ropa. Ely no podía a menos que un amo se la entregara. Y no iba a pedir un pedazo de tela a algún profesor. Salazar no tenía ni una túnica guardada.
Harry esperó con paciencia. Sabía que los centauros siempre hablaban sin importar la pregunta que les hiciera. Recordaba que siempre miraban al cielo sin importar con quién estuvieran. Rayaba lo obsesivo.
-Desde que has llegado, no hemos podido leer las estrellas.
-Lo siento. -se disculpó con sinceridad.
-Todo es cambio, lo sabemos...
-Pero les molesta no anticiparse. -declaró Harry. -No puedo decirles nada. Sé que estoy interviniendo al estar aquí, contigo... hablando.
Otra vez un silencio. Para nada incómodo, solo... demasiado largo.
-La bruja nos aseguró nuestro bienestar...
-¡No vengo a alterar su vida! -gritó Harry enfadado. Luego se calmó, sacudiendo su cabeza. -Solo aparecí aquí...
Silencio. Cada uno pensando en sus problemas.
-¿Helga les enseñó sobre las protecciones del lugar? -preguntó Harry más intrigado.
-No. Decía que eran inquebrantables.
Pero Harry las podía sentir muy débilmente.
-Debo volver para buscar información. -se giró hacia el centauro que solo se veía como una figura equina. -Necesito que la próxima vez que nos encontremos, me permitan realizar hechizos de protección.
-Debo hablarlo con nuestro jefe de clan. - el centauro corcoveó sobre el suelo del bosque. -¿Es que acaso hay un peligro?
-No. Pero las protecciones que dejó la bruja se han debilitado. No sé si fue reciente o por el paso del tiempo. Además, sería mi manera de presentar mis respetos y gratitud por su ayuda.
-Hablaré por tí. -eso era demasiado pedir.
-Gracias.
Harry dio la vuelta y escuchó como el centauro se perdía por el bosque. Caminó un tramo hasta que sintió una fuerza que lo llamaba.
-Accio báculo.
Si sus ojos hubieran estado en condiciones, hubiera visto que el báculo estaba esperándolo erguido en un claro del bosque. La hierba lo cubría a la vista de todo, no era más que un tronco trunco quemado por un rayo. Negro, nudoso, de la misma altura que él.
Sonrió cuando su magia se unió a la madera. Acarició con reverencia, sintiendo la textura, midiéndolo, oliendo las resinas y la magia dentro de él.
-Gracias. -reverenció al bosque.
Algo corto, pero preciso. Espero que les esté gustando.

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Oráculo
FanfictionTom encuentra la Cámara de los Secretos de Salazar Slytherin. Harry descubre la verdad que se oculta tras la profecía. ... Entonces... nace el Oráculo... Este es un fanfic escrito por mí. Denle una oportunidad. Es un Alternative Universe.