Capítulo Tres
FREDY
-Entonces, lo que dices es que te emborrachaste y despertaste en la casa de un tipo raro... ¡¿y lo primero que hiciste fue hacerle insinuaciones sexuales, Fredy?!- exclama Michael, pinchándome con la toalla al salir de la ducha para luego atársela a la cintura.
-¿Qué pude haber hecho? ¡Es toda tu culpa!
-¡¿Mi culpa?! No, cariño. No me vas a culpar por esto.
-¿Qué no te puedo culpar? ¿Cómo es que tienes la decencia de decirme eso?
-¿La decencia? ¿Y yo porque?
-¡Tú eres quien me provoca en el trabajo y luego me deja con las ganas!
-¡¿Cómo?! ¡Fredy! No seas ridículo, eres mi mejor amigo, y lo más importante es que ¡no soy gay!
-¿Por qué eso es lo más importante? ¿Acaso te avergüenzas de que yo sea gay?
-¡Pelea de amantes!- exclama uno de los muchachos y todos en el vestidor lo acompañan con carcajadas.
-¡Si no quieren horas dobles será mejor que se metan en sus asuntos! El que sea gay no me quita las ganas ni el poder de patearles el culo cuando quiera- exclamo, haciéndolos callar. Giro y veo a Michael quien me observa con el ceño fruncido-, ¿qué?
-¿Cómo puedes creer que me avergüenzo de que seas gay?
-Acabas de quedarte callado ante esa estúpida insinuación. ¿Por qué no me defendiste? Un hombre que está seguro de su sexualidad no hubiese dudado en callarlos de una. Pero tú callaste y eso a mí me hace dudar. Así que dime, Michael, ¿acaso te avergüenzas de que sea gay?
Michael se sonroja y presiona los puños con impotencia.
-Sabes que no me gusta tener estas discusiones en público.
-¿Por qué? ¿Por qué mierda es que te importa tanto lo que piensen los demás?
-¡No es así!
-¡Si es por eso no te quedas callado! Pero cuando te pregunto algo importante para mí ahí si no dices media palabra.
-No voy a discutir esto contigo ahora, Fredy- sentencia, colocándose la camisa y yo, sintiéndome estúpido pero sin poder hacer nada para evitarlo, mis ojos se empañan.
-¿Qué te parece si mejor no lo hacemos nunca? Soy hombre, Michael, pero no soy de piedra. Y lo que acabas de hacer me dolió. Así que lo mejor será que te consigas otro sub teniente.
-¿Qué dices?- murmura, mirándome con atención-, no estarás insinuando.
-Me cambiaré de turno. Así no tienes que pasar vergüenza cada vez que te miro o hablo.
-¡Que dices...!
-¡Ya basta! No me importa nada de lo que tengas que decir.
-Sabes que no me importa que mierdas es lo que te guste, las mujeres, los hombres, ¡los animales! No me interesa nada de eso- dice una vez que estamos vestidos y el vestidor está vacío.
Sonrío sin ganas y lo miro.
-Hubiera sido lindo que pensarás eso hace quince minutos- me encojo de hombros y salgo.
Adiós, amigo.
JORDAN
-Se va a solucionar- le tiendo el chocolate caliente una vez que lo vierto en la taza.
-¡No! no comprendo que fue lo que paso, ¡estábamos bien! Y ahora no tengo a nadie con quien bromear cuando estamos dormidos, ¡y lo peor es que tengo que compartir colchón con un tipo al que te apestan los pies.
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DETECTIVE
Teen FictionSolo sabes distinguir el bien del mal cuando le has dado una probada a los dos lados. Saga Bravo- III. Prohibida cualquier copia o adaptación.