Capítulo Cinco

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Capítulo Cinco

JORDAN

-Lo que no entiendo es... ¿le pediste salir luego de coquetearle o solo lo dejaste al aire?- pregunta Kevin, apoyado en la mesa de la cocina.

-¿Cómo que al aire?

-¿Cómo que cómo?- rueda los ojos-, ¿le pediste salir o no?

-¡Pues no sé! yo creo que me exprese de forma clara dejándole mi número de teléfono en un papel metido en el bolsillo de su pantalón.

-¡¿En un papel?! ¡Jordan! ¿Y aun tienes la cara para venir a decirme que no pudiste haber sido más claro?

-Es en serio, ¡no pude haber sido más claro! Digo, ¿para qué más voy a dejarle una hoja con mi número? ¿Para qué se limpie el culo cuando ya no tenga papel?

-Bueno, cuando lo explicas así suena claro, ¡pero no si no sabe que estás interesado en él?

-¡¿Bromeas?! Casi tuvimos relaciones sobre la mesa de la cocina, ¡más claro no pude haber sido!

-Eso no es claridad, ¡solo lo oscureciste! Pensará que solo lo querías para pasar el rato.

-¡Pensará eso de mí! Que no me ha llamado ni para pedirme la hora.

-¿Al menos especificaste en la trozo de papel que le dejaste que eras tú?

-Eh... ¿cómo dices?

-No puedes estar hablando en serio.

Para este punto de la conversación, mi hermano ya debe haber abierto un hoyo en el suelo por tantas vueltas que ha dado.

-¿Qué es lo que tratas de decirme? ¡Habla claro!- imploro, gruñendo contra las palmas de mis manos.

-Según tus palabras; casi tienen relaciones sobre la mesa de tu cocina, le dejaste un papel con un montón de garabatos sin sentido porque no especificaste que eran tus datos, ¡y lo peor! Es que ni siquiera tuviste la decencia de decirle que querías volver a verlo.

-¡Lo conocí borracho en un bar! Fredy no puede venir a pedirme decencia luego de eso.

Kevin detiene su andar en medio de la cocina, se gira y toma asiento frente a mí, posando su barbilla sobre la palma de su mano. Mirándome atentamente.

-¿Qué?- inquiero, enarcando una ceja.

-¿Sabes? Nunca me has hablado de este chico.

-¿Bromeas? Todo lo que he hecho desde tu llegada a Miami es hablar de Fredy.

-No, siempre ponías pronombres. Que si él, que si el guapo, que si el bombón nalgón... ¡nunca me dijiste que su nombre es Fredy! no sé su apellido y tampoco de qué trabaja. Literalmente lo único que sé es que es gay, no sabe beber, lo conociste en un bar y tiene una hermana que es ingeniera en computación. Fácilmente pudo engañarte para robarte la identidad o algo así, ¡todo lo que te dijo pudo ser falso? ¿Acaso has revisado tus estados de cuenta últimamente?

-Pues... no. Pero estoy seguro de que no me robo nada. ¡Jaquee su teléfono! Vi sus registros de internet, además, ¿en serio crees que, después de todo lo que te conté, es algo más que un pobre hombre que no tiene con quien ir a beber?

-Bueno... ¡felicidades! Es probablemente la cosa número cinco que sabes sobre Fredy.

-Además de que es sensual.

-¡Genial! Hasta puede trabajar de stripper.

-Y solo quizás por eso debería pasarme por unos cuantos clubs, solo para asegurarme, tú sabes.

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