"LA VERDAD"

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18 de Noviembre de 2017.
Cinco días antes del "suicidio" de Alex.

Eran las 11:32 a.m. y hacía un día estupendo. El sol brillaba y yo estaba en el ordenador echando solicitudes en varias universidades de Artes.
Nick se levantaba de la cama. Estábamos con algo de resaca del día anterior. Ya sabéis, las fiestas en la piscina de Brian. Son más guays cuando vamos el Insti entero.

- Buenos días cariño - me dijo.
- Buenos días - me levanté y le besé. - ¿Qué tal has dormido?
- Bien, contigo cerca siempre duermo bien.

Nos reímos. Nick se fijó en el ordenador y vio lo que estaba haciendo.

- ¿Y esas solicitudes?
- Me gustaría entrar en alguna universidad de Artes. - le aclaraba - Ya sabes que trabajar en la tele me encantaría. - le dije entusiasmado.
- Hay otras formas más fáciles de llegar a la fama, Alex.

No le hice mucho caso. Se metió en internet, no sé ni lo que buscaba. Me puse los pantalones y la camiseta y empecé a atarme los cordones de los tenis.

- Wow - dijo mirando la pantalla del ordenador. Seguidamente me miró - ¿Y si te hicieras famoso con tu muerte?
- ¿Qué? - pregunté extrañado - No voy a morir para ser famoso. No tiene sentido Nick.
- Podríamos simular una muerte, la gente creería que morirías pero tú te esconderías aquí en mi casa hasta que fueses lo bastante famoso.

Me quedé pensando en la idea. Era muy descabellada pero podría funcionar.

- ¿Has pensado algo? ¿Cómo podríamos hacerlo? - le pregunté.
- Déjalo en mis manos cariño - me dio un beso e hizo que me marchara de su habitación para que trabajara en el plan.

Los próximos cinco días, Nick estuvo pasando de mi. No me hablaba ni me decía de quedar.
La noche de antes, me acuerdo que apagué las luces y encendió una vela blanca y dos negras. Quería pedirle al diablo que cumpliera mi sueño. No pasó nada. Ya sabéis, eso son tonterías.

La noche de "mi suicidio" Nick me escribió.

( - Cariño, nos vemos en el acantilado a las 11:00 p.m., está todo listo.)

No sabía lo que había hecho, no puedo decir que no me asustara. Sí. Algo de miedo tenía. Pero tenía claro que Nick no me haría nada.
Cogí el coche y fui al acantilado.

Nick estaba allí, esperándome. Tenía una persona a sus pies. Muerta.

- Nick, ¿qué coño es esto? - le pregunté.
- ¡El plan de suicidio Alex! - me dijo entusiasmado. - Es perfecto. Coges a este tío, lo metes en tu coche y lo tiramos por el acantilado. Al ser tu coche todos creerán que eres tú el de dentro.
- Estás loco, Nick. - le dije asustado. - ¿Quién es ese? - No paraba de temblar.

Hizo un gesto burlón con las manos.

- Es mi primo de Australia. Vive sólo desde que sus padres tuvieron un accidente y es muy pesado. Lo odio. Todos los años, en acción de gracia, me deja en ridículo delante de mi familia. ¿Te lo puedes creer? Quería quitármelo de encima.

Me asusté pero me daba miedo llevarle la contraria por si hacía lo mismo conmigo.

- Está bien, Nick. Hagámoslo.

Nick me pidió que lo metiera en el coche.

- Yo voy mientras a poner aquí una cámara. Hay que grabarlo para que la gente vea que fue un suicidio y el vídeo se haga viral.

Miré a Nick, las lágrimas se me caían. No era él. Era satanás.
Y me persiguió hasta matarme.

Alex Jean: Falso Suicidio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora