「capíтυlo 35」

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Había pasado ya un tiempo, las heridas ya eran lo de menos, así como la lluvia que caía fuertemente aquella noche, misma en la que YoonGi caminaba acompañado por Jungkook hacia un bar poco conocido en la ciudad.

Al entrar, lo primero que sus ojos captaron fue a varios hombres ebrios peleando, y la música siendo tocada por un conjunto resonaba en todo el lugar.

—Buenas noches jóvenes, ¿En qué les ayudo?— preguntó una mujer robusta que usaba vestido rosa escotado y amplió que le cubría hasta los tobillos.

—Estoy buscando a Annette.

—Oh... En un momento la llamo, pero tomen asiento por favor.

Los dos asintieron y arrastraron unas sillas en una mesa vacía para poder sentarse, aunque antes de eso, se quitaron sus mojados abrigos para colocarlo en el respaldo.

—¿Por qué estamos aquí?

—Pues, la chica a la que busco conoce a las personas que se lo llevaron... Antes de que fuera con los Ferrec, ellos me trajeron aquí a beber un par de veces.

—Oh... ¿Y crees que ella sepa dónde está Jimin?

—No lo sé. Pero las opciones se me están acabando, Jungkook.

De pronto una chica pelirroja apareció por el lugar con una ropa muy similar a la de la otra mujer, solo que esta era mucho más delgada.

—¿Qué buscas aquí?— preguntó seria mientras colocaba una mano en su cintura y levantaba una ceja.

—Tengo que hablar contigo.

—¿Para qué? Si estás buscando sexo otra vez, sólo para calmar tus penas, no cuentes con eso. La última vez te largaste sin decir ni siquiera adiós.

—No es por eso— frunció los labios y suspiró— Lo lamento, ¿Bien? Debía hacer otras cosas.

La chica negó con su cabeza y se cruzó de brazos, aunque su expresión aún reflejaba molestia.

—Está bien, pero que sea rápido porque debo trabajar.

—Si, será rápido.

El peli negro se puso de pie y arrastró a la chica lejos donde nadie pudiera escuchar.

—¿Qué sabes de Taehyung?— preguntó inmediatamente, aunque tratando de no sonar desesperado.

—Pues, nada en realidad. Sólo vino hace como mes y medio.

—¿A qué vino?

—En realidad no sé, tenía asuntos que arreglar con el señor Orson. Ya sabes que mi jefe siempre ha tenido tratos con él y su familia.

—Si, lo sé...

—¿Qué pasa con él?

—Es que me urge encontrarlo, necesito darle información.

La chica frunció los labios y negó con la cabeza, como si estuviera dudando en decir o no algún dato importante.

—Te diré ésto solamente porque fuiste un buen amante el poco tiempo que duró— suspiró—. Me pareció escuchar que ellos están viviendo aquí en París con un hombre llamado Agati Kyllian, nunca había escuchado su nombre antes, pero no sé qué tan común sea.

—No importa. Con eso es suficiente— el peli negro sonrió y dejó un beso el frente de la pelirroja— Gracias Annette, en verdad has sido de gran ayuda. Te debo una.

—Ya, largo de aquí— respondió ella con una media sonrisa.

—Nos vemos.

Sin más, caminó hasta donde se encontraba Jungkook y le dió un par de golpecitos en la espalda.

—Vamos.

El menor asintió sin apartar la mirada de un pequeño niño no mayor de tres años que bebía jugo. Pronto vio a la misma chica pelirroja cargarlo en brazos y besar su mejilla, provocando una risa al pequeño.

De un momento a otro, lo miró y Jungkook sonrió para después salir de aquel bar, pero en su mente seguía la imagen de aquel niño que tenía tanto parecido con el hombre que caminaba enfrente de él.

Los mismos ojos, los mismos labios, el mismo color de cabello y piel, incluso su nariz y orejas eran muy similares.

—Señor Jeróme— habló Jungkook captando la atención del mayor, que parecía tener prisa— ¿Tiene familia? — preguntó— Hijos o algo así...

El peli negro lo miró de reojo y negó con la cabeza.

—No, Jimin es mi única familia y pronto su hija también lo será.

Jungkook frunció los labios y asintió, aunque él podría jurar que ese pequeño niño era el vivo retrato de YoonGi.

[...]

Un hombre caminaba con prisa por los pasillos de la gran mansión donde miembros de la "familia" se ocultaban.

—¡Seokjin!— exclamó con la respiración agitada y se sujetó del marco de la puerta.

—¿Y ahora qué?— gruñó arrojando a Taehyung, quien lo miró con el ceño fruncido y la respiración agitada.

—¡Min YoonGi está vivo!

—¡¿Qué?!

—Imposible.— habló ésta vez Taehyung.

—El señor Orson dijo que lo vió hace dos días en el bar.

—No puede ser... ¡Maldita sea!

Taehyung y Seokjin salieron de la habitación donde se encontraban y caminaron escaleras abajo hacia el sótano donde permanecía aún dormido el chico de cabello gris.

—Debemos deshacernos de él inmediatamente.

—¿Y la niña?— cuestionó Taehyung.

—Aún es pequeña, deja que la esposa de Kyllian la cuide hasta que la necesitemos más adelante.

—Bien... ¿Y cómo nos deshacemos de él?

—No sé. Tal vez podemos hacerle creer a Jungkook que murió.

—¿Cómo?

—Lanzandolo a un río o algo así.

—¿Piensas que lo va a creer?

—No... Pero no se me ocurre otra cosa.

—Él lo estará buscando, y si nos encuentra seguramente nos matará.

—Sólo hagamos lo que digo.

Taehyung se negó a tal idea, pero al final acabó aceptando.

Estaban tan concentrados buscando una manera de matarlo, que sin darse cuenta lo estaban logrando, pues tanto él como su demonio se debilitaban más cada día, ya que la sustancia que constantemente le suministraban contenía en parte somníferos, en parte sedantes, pero el ingrediente más peligroso era el veneno. Su condición era deplorable, sin agua, sin alimentos, sin aire, ni luz solar, ni siquiera el demonio dentro de él podía vivir en tales condiciones, además debía ser tomando en cuenta que Jimin era mitad humano.

Estaba tan mal, que sin ser notado, una herida que le habían hecho semanas atrás en el brazo, aún no sanaba por completo.

вajo la мáѕcara || уσσимιиDonde viven las historias. Descúbrelo ahora