Epílogo🌹

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Un mes transcurrió luego de lo sucedido en aquella casa, y en ese momento, Jungkook volvía a mirar el papel que sostenía en su mano.

La dirección era correcta, sin embargo, le parecía extraño que no hubiera absolutamente nada. El pueblo más cercano a aquella zona había quedado atrás desde hacía un buen rato.

Un bosque enrome y espeso era lo que le rodeaba, y pronto no pudo seguir más por la carretera, así que bajó de la camioneta de su padre, estacionandola muy bien y se adentró entre los árboles, siguiendo las instrucciones de aquel trozo de papel.

Con el entrecejo fruncido, siguió y siguió casi por una hora, hasta que al fin, luego de aquella travesía, encontró una zona libre de árboles con pasto creciente y un lago. Más adelante había una casa elegante y bonita pero, muy maltratada.

Se acercó con cautela, y al llegar a la puerta, no necesitó tocar, pues enseguida fue abierta y ahí pudo ver a YoonGi de pie con una sonrisa.

—Veo que no te perdiste.

—Bueno, sin todas éstas indicaciones, seguramente no habría llegado... Pero, ¿Por qué me citaste aquí?

YoonGi bajó la mirada y se hizo a un lado.

—Entra.

El chico de cabellos castaños se adentró a la casa y miró el interior. Era bonito, aunque las paredes necesitaban pintura y los muebles ser sustituidos lo antes posible.

—La compré hace poco, hice un buen trato con el dueño.

—Es linda.

—Si— detuvo sus palabras por unos segundos— ¡Isabella!— gritó, y en ese momento escuchó pasos bajando por las escaleras.

Una niña apareció ante ellos, y Jungkook de inmediato le dirigió la mirada. Era hermosa y tenía algunas facciones de su padre, como las mejillas y los labios.

—Hola pequeña— le saludó hincandose para quedar a su altura— Mi nombre es Jungkook.

—Uhh... Hola— respondió tímida y se acercó lentamente.

—Es hermosa.

—Lo es...— YoonGi tocó el hombro de la niña y ésta le miró— ¿Por qué no vas a poner los platos en la mesa? Así Jungkook se quedará a comer.

La niña feliz asintió y corrió hacia el comedor para sacar los platos de la vitrina. En realidad no tenían visitas, y el que ahora hubiera una tercera persona sentada con ellos en el comedor, era fascinante.

—¿Suga?

—Te cité aquí... Porque hay algo que debo pedirte.

—¿Y de qué se trata?

—Te diré cuando acabemos de comer.

Durante todo el rato, Jungkook estuvo jugando alegremente con Isabella, haciéndola reír y dándole incluso de comer. El ambiente había resultado de lo más cómodo.

—¿Y qué era eso que debías pedirme?— preguntó Jungkook mirando al cielo a través de la ventana. La pequeña ya se había ido a dormir y YoonGi servía dos vasos de licor.

—Kook...Yo no puedo quedarme.

El menor le miró con el ceño fruncido.

—¿A qué te refieres?

—Yo no soy bueno para ella... Yo no puedo cuidarla. Es por eso que te pedí que vinieras.

—¿Ah?...

—Quiero que te quedes con ella...

—¿Q-Qué?

—Necesita a alguien bueno, pero aún hay gente de la familia que siguen vivos y tengo miedo de que la lastimen.

вajo la мáѕcara || уσσимιиDonde viven las historias. Descúbrelo ahora