「capíтυlo 19」

7.5K 1.4K 312
                                    

Después de que el encapuchado se fuera, YoonGi volvió al interior de la casa y empezó a caminar de un lado a otro en la sala.

¿Cómo podía evitar que le hicieran daño a Jimin? Él estaba consciente de que lo querían para utilizarlo. Exprimir todo lo que tuviera para alimentar el mal que albergaba esa familia suya.

Caminó de un lado a otro y entonces pensó en el porqué Madre no vino por Jimin antes, si sabía bien donde estaba. Por qué no quisieron acercarse hasta...

Sus ojos se abrieron de sobremanera y detuvo sus pasos repentinamente.

“Toda bestia, tiene un domador

Recordó aquellas palabras que dijo Madre antes de irse. Su corazón se oprimió al darse cuenta de lo que posiblemente trató de decir, del porqué lo enviaron ahí precisamente a él. Sus ojos se llenaron de lágrimas, él no podía entregar a Jimin, no podía.

Subió las escaleras despacio y entró a la habitación donde el peli gris aún permanecía dormido.

Lo miró con tanta adoración que cualquiera se habría dado cuenta del amor que sentía, pero desgraciadamente las cosas no siempre eran sencillas.

—Perdóname mi amor, pero no puedo dejar que te lastimen— susurró y dejó un beso en la frente del menor.

Tomó una hoja, tinta y pluma para dejar una nota junto a él. Removió entre sus cosas y encontró un periódico que guardaba dentro de su maleta, como recordatorio de lo que fue y de lo que hizo. Algo que lo atormentaba y le obligaba a no volver a eso... Pero, quizá por Jimin, qhora si tenía una razón de hacerlo.

Tomó las cosas que necesitaba, como dinero, y después se acercó a depositar un beso en los suaves labios del menor.

—De verdad lo siento. Espero que puedas comprender. Espero que seas muy fuerte, y espero que el haberme ido sirva de algo.

Jimin se removió en el colchón y YoonGi se alejó rápidamente, no quería despertarlo.

Las lágrimas continuaron descendiendo por sus mejillas, y con el corazón rompiéndose, salió de la habitación y después de la casa.

Tenía que irse, o de lo contrario iban a usarlo para hacerle daño a la persona que más amó, amaba y amaría en toda su vida.

Miró la casa a sus espaldas y soltó un pequeño sollozo, pues estrañaria estar ahí, pero sobre todo extrañaría al joven enmascarado.

La noche era fría y realmente oscura, mientras que sus pasos hacían eco en las solitarias calles de Francia.

—¿Qué crees que haces? — habló una voz a sus espaldas. YoonGi giró de inmediato y se percató de que Taehyung estaba parado detrás de él con aquella capucha cubriendo su cara.

—¿A caso Madre te envío a vigilarme?

—Tú no puedes irte — respondió ignorando la pregunta del peli negro—. No puedes.

—Puedo y voy a hacerlo, ¿Crees que no sé lo que planean?

—No sé de qué...

—¡Ella lo sabe! ¿No? — gritó Jeon — Todos saben que yo puedo absorber su ira y su dolor, pero intuyo que ella sabe también lo que siento por él ¡Tú se lo dijiste!... Y aún así preguntaste si lo miré... ¿Para qué fingir demencia? Sólo para que yo lo convenciera, ¿Cierto?

—Si — respondió fríamente —. Se todo y madre también, creímos que absorber esos sentimientos no sería suficiente. Madre sabía que tú no serías capaz de mantenerte mucho tiempo alejado de él... Porque ustedes tienen esa... esa estúpida conexión... Si él se enamoraba de ti, sería mucho más sencillo manipularlo... Toda bestia, tiene un domador.

—¿Por qué ahora? — preguntó sintiendo las lágrimas fluir.

—Tú sabes porque lo necesitamos ahora, mucho más que nunca. Eres consciente de que lo vigilamos constantemente, él no sabe controlar su poder y es peligroso pero...

—Madre está muriendo.

Taehyung dejó escapar un suspiro y avanzó un paso.

—Si, y ya te lo dije YoonGi, de cualquier manera lo vamos a obtener.

—No pensaban darle oportunidad ¿Cierto? Planean matarlo de cualquier forma.

—Él fue un accidente, un error que no debió nacer y lo sabes... Nosotros somos tu familia.

—¡No! Ustedes me abandonaron por siete años, ¡Siete años!... Estuve completamente solo, haciendo cosas que no debí hacer ¡Por su culpa!... ¿Realmente me consideras tu hermano? — Taehyung se quedó en silencio — No puedo creer que fui tan estúpido para volver con ustedes.

—Nosotros no te obligamos a hacerlo. Ahora puedes dar media vuelta y volver a esa casa o puedes hacernos las cosas difíciles... Pero escúchame bien... Hagas lo que hagas, vamos a obtener al chico y vamos a terminar aquello que no pudimos terminar esa noche.

—Les deseo suerte cazando a la bestia...

Sin más, se dió la vuelta para avanzar, pero un brazo lo sujetó del cuello repentinamente.

—Sabía que debimos matarte a ti también — le susurró al oído y entonces YoonGi abrió la boca liberando un alarido y el dolor en su costado le invadió cuando sintió el filo de un cuchillo enterrarse—. Pudiste hacerlo fácil Yoon — susurró Taehyung enterrando más el afilado objeto—. Pudiste dejarlo morir... Él ni siquiera te recuerda.

—Él es lo único que le ha dado... Sentido a mi vida— murmuró entre dientes.

—Oh, es tan triste... La historia trágica de amor donde uno de los protagonistas... Muere.

Y entonces hundió el cuchillo hasta donde más pudo, haciendo al peli negro gritar del dolor. Taehyung soltó a YoonGi y éste cayó en seco contra el suelo, apretó la herida pero la sangre brotaba de ahí rápidamente.

—Son... Unos malditos...

—Somos lo que necesitamos ser para permanecer en donde estamos —limpió el cuchillo en su capucha y le señaló con el dedo—¿Qué se siente saber que no podrás hacer nada para ayudarlo?— sonrió—Oh, mi querido asesino, no llores — habló poniéndose en cuclillas frente a él, acercando el cuchillo y haciendo un corte en su mejilla—. Muy pronto tu amante estará junto a ti... ¡En el infierno!

Las manos de Taehyung elevaron el cuchillo y después bajaron rápidamente, pero las manos se YoonGi lograron detener sus muñecas, empezado con un forcejeo.

—Madre ocupará pronto su lugar — dijo Taehyung acercando cada vez más la punta del cuchillo al abdomen del peli negro.

—N-No los dejaré — respondió entre jadeos, tratando con todas sus fuerzas de alejar el objeto afilado, pero la presión que ejercía el encapuchado era mayor, y además la pérdida de sangre lo hacía sentir débil.

—No hay nada que puedas hacer... Tú ya ablandaste al niño, será más fácil convencerlo.

—Para cuando ustedes lleguen... Él me va a odiar por haberlo dejado — jadeó sintiendo la punta del cuchillo enterrarse lentamente—. Él los va a matar si se acercan — sonrió con sorna logrando que el otro joven ardiera en coraje.

—¡Te mataré!

вajo la мáѕcara || уσσимιиDonde viven las historias. Descúbrelo ahora