now and forever [cameron dallas y tú]

Capítulo 8

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Gracias por votar y comentar, de verdad, no saben cuánto les agradezco. TENGO LAS MEJORES LECTORAS 💘💘✨

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Dos semanas, dos semanas han pasado desde ese día en el que fuimos a la playa y ganamos el partido de voleibol. Han habido varios días parecidos a ese.

Todavía no sé qué es la sorpresa que me dijo Brenda ya que cada vez que le pregunto dice que ya va a estar y que ocurrió un problema y esa es la razón por la que aún no han podido dármela.

Alejo los recuerdos y toco la puerta.

—_____—sonríe Cam.

—Hola —le doy un beso en la mejilla y me hace pasar.

—¿Cómo estás?

—Bien, gracias. ¿Tú? —suspiro sentándome en el sofá.

—Bien —responde y se sienta conmigo.

Abro la boca para hablar pero él me interrumpe.

—Los chicos llegarán en un rato más.

Asiento lentamente.

—¿Por qué llegarán más tarde?

—Porque yo les dije.

—Oh, entonces tú querías que estuviéramos solos —sonrío.

Él ríe.

—Era mi secreto —hace un puchero—. Estás hermosa hoy.

—¿Hoy? —arqueo las cejas.

—Siempre.

—Lo sé —expreso con superioridad y reímos.

—Qué egocéntrica.

—Es amor.

—Como digas. ¿Quieres comer algo? Tengo muchísma hambre.

—Uh, hubieras dicho antes —me levanto y voy a la cocina.

Examino el refrigerador y me doy vuelta para ir al mueble pero me encuentro con esos hermosos ojos color miel.

—¿Qué vas a preparar? —se acerca cada vez más.

Mis manos tocan el borde del mueble mientras observo sus ojos.

—No lo sé, ¿qué quieres tú?

Por favor, alguien que me diga cómo sobrevivir teniéndolo tan cerca.

—Lo que quieras, ya sabes que me encanta todo lo que haces —se relame los labios.

Nuestros cuerpos se rozan y ahora él también tiene las manos en el borde del mueble.

—¿Qué tal... pasta? —arqueo ligeramente las cejas.

Su mano se desliza por mi cintura.

—Perfecto.

La distancia se acorta y nuestras frentes rozan.

Miro sus labios y luego sus ojos. Cierro los ojos por un par de segundos y rápidamente me doy la vuelta.

—Pasta entonces —afirmo y saco lo que voy a necesitar.

Suspira frustrado y suelto una risita.

—¿Te ayudo en algo? —pregunta poniéndose al lado mío y mirando las cosas.

—Hmm... no, no hay que hacer mucho así que no.