V

119 14 3
                                    


Esas tres palabras me dejaron helada.

¿Cómo podría bailar frente a él? ¡Ni siquiera soy capaz de verlo a los ojos!

Voy a arruinar todo

Ágatha me va a matar.

Tengo que salir de aquí.

Gracias, subconsciente. Te estabas tardando.

—¿Te quedarás ahí parada? Ofrecí mucho dinero por ti, hazlo valer—Dijo groseramente mostrando su impaciencia.

Claro, ¿cómo lo pude olvidar? Seguro es uno de estos idiotas con millones de dinero que sólo gastan por gastar.

Sólo que esta vez el idiota parece un ángel.

Concéntrate.

—Yo...—No sabía qué decir—Verá, señor...

¡Di algo, pronto!

Moví mis manos con nerviosismo y dirigí mi vista hacia él, encontrándome con sus ojos fijos en mí.

Moví mis manos con nerviosismo y dirigí mi vista hacia él, encontrándome con sus ojos fijos en mí

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—No puedo.

Mi yo interna se golpeó fuertemente la frente con la palma de su mano, reiteradas veces.

Está bien, pude inventar algo mejor.

Se mostró desconcertado, casi ofendido.

—¿No puedes?—Se oía enojado.

Apagó su cigarrillo contra la mesa que tenía cerca.

—No...—Divagué viéndolo. —Creerá que es mentira pero, al salir del escenario me caí al piso y me lastimé parte de...

Me detuve al ver como él se levantaba de la cama lentamente.

Diablos, es muy alto.

Mordí mi labio inconscientemente, me estaba poniendo nerviosa. 

Usaba un pantalón negro pegado, el cual agradecí que tuviera, por un momento creí que estaba desnudo.

—¿Sí?—No me creía nada, lo sé.

Se estaba acercando hacia mí con pasos sigilosos, deteniéndose frente a mí. Me estaba poniendo nerviosa y mucho.

Es atractivo, muy atractivo.

—Sí...—Bajé la mirada. No me atrevía sostenerla y menos si estaba tan cerca.

Ladronas.|Benedict Cumberbatch| (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora