Capitulo 1-(Parte 1)

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No es como si importara, o como si fuera a durar, pero les contare mi nombre,mis esperanzas, mi historia, así al menos sabre que no estoy solo, que ya no sere el unico...

Mi nombre es Engel, y alguna vez fui humano. 

Cuando la realidad aun existía, cuando no se habían librado las batallas que destruirían lo que había por venir, yo vivía en paz.

"En donde?" se preguntaran, bueno, en el planeta del cual les hablé hace poco, se que puede haber algo de confusión acerca de este, así que déjenme explicarles.

Días después de que las capsulas cayeron, todos aquellos que salieron de estas tomaron el conocimiento que fue celosamente escondido dentro de estas y lo emplearon para construir maquinas y edificios que los pudieran proteger de lo que fuera a pasar. Por supuesto, su conocimiento sobre la destrucción de sus planetas estaba muy desactualizado, lo único que sabían de estos era que habían sido invadidos.

Y así, en una sola generación, con el conocimiento en conjunto de las razas, se logro construir una sociedad tal y como la anterior, solo que esta vez sin violencia, y esta vez, no colapsaría por la ignorancia de las personas.

Por alguna razon, jamas vi que en ese planeta se usara un sistema de calendario muy complicado,solo eran números, sin nombres, exactamente las mismas mediciones temporales de la tierra, pero los días y meses no tenían nombre.

Yo nací el año 120 D.L. (Después de la Llegada), en el mes #10, el dia 3ro.

Fue un dia con un clima nublado, segun me había contado alguien a quien alguna vez conocí, esa persona me dijo que ese día la temperatura era fresca, que había niebla por todas partes y que un olor a tierra húmeda llenaba todo en lo que pudiera entrar (eso explicaría mi gusto por días así). La verdad jamas supe en que hora nací, pero estoy seguro que fue de noche, y que fue un día en que se veía La Luna.

La Luna? se estarán preguntando, si, La Luna, la luna que yo conocí era muy parecida a la que ustedes tienen, solo que esta era mas grande, y cada mes había un evento que le llaman "Luna Azul", han de saber a que me refiero. No ahondare en el tema, el punto es que todas las noches eran hermosas.

Recuerdo que cuando era pequeño solía jugar cerca de un lago, un lago al que le llamaron Crystal, si, por su agua cristalina y muy clara, pero también porque en el fondo de ese lago se encontraron minerales con características alucinantes, todos con forma de cuarzos o cristales geométricos prácticamente perfectos,

Recuerdo que allí jugaba con una amiga mía, una chica llamada Addie y su hermana Hilfe.

Solíamos jugar en ese lago todos los días, no importaba si el clima era muy caluroso o si estaba nevando, siempre nos reunimos en ese lugar para platicar y jugar. También recuerdo que en ese lugar cerca de la orilla del lago, habíamos empezado a construir una pequeña casa, que en algún futuro se volvería una cabaña y el hogar donde pasaría la mayor parte de mis noches.

En esos tiempos los arboles de tejo y de vellano abundaban en el bosque, así que no era muy complicado conseguir buena madera para la casa. Recuerdo que cuando era la época de tala solíamos ir con la familia de Hilfe y pedir prestadas las hachas mas afiladas que encontraramos. Después de empacar las hachas y un poco de comida en nuestras mochilas, nos dirigimos a la montaña mas cercana y talabamos los arboles mas pequeños que encontraramos, lo cual era difícil, pues la mayoría de los arboles eran mucho mas grandes que nosotros y sus troncos eran muy anchos. Cuando ya habiamos talado la suficiente madera, desayunabamos y jugábamos un par de horas antes de tomar la madera y llevarla al lago.

Algo que me gustaba mucho de la pequeña casa que teníamos en ese lago es que lo adultos no nos molestaban, y que a excepción de un par de pájaros y venados, nada se movía a nuestro alrededor. 

Ya por las noches, si es que no podíamos volver a casa por que era muy tarde, calentabamos un poco de cocoa y nos acurrucabamos en el único cuarto que habiamos terminado, usando nuestras mochilas como almohadas, acostandonos abrazados para conservar el calor.

Y así pasaron los años, crecimos y nos volvimos un poco mas distantes por culpa de nuestra nueva forma de ver el mundo. El dia 136/10/03, ya terminada la preparatoria, el dia de mi cumpleaños 16o, mi amiga de la infancia, Addie, me propuso hacer algo que no hacíamos desde hace tiempo: ir a la cabaña.

Acepte su propuesta y empaque algo de comida para quedarme alla: galletas, un emparedado y un galón de cocoa con leche y azúcar para beber antes de dormir; Antes de salir de mi casa tome el viejo rifle que mi abuelo me había regalado y me guarde en un pequeño bolso toda la munición que pude. No vestíamos ropa que resaltara mucho, ambos vestíamos con pantalones de mezclilla, una camiseta holgada, ella con una suéter muy suave que le gustaba, yo con una chaqueta de caza, ella vestía zapatos para estar en casa, y yo botas.

Por ahí de las 5 de la tarde, justo después de haber empacado, tomamos nuestras bicicletas y nos dirigimos hacia un frondoso bosque a las afueras de la ciudad, dentro del cual, muy escondido, estaba el lago donde habíamos pasado la mayor parte de nuestra infancia.

Al llegar, atamos las bicicletas a un viejo árbol que usábamos como poste y entramos a la (ya entonces terminada) cabaña que habíamos empezado a construir 4 años antes.


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