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El partido que teníamos que ganar, lo ganamos. 2 - 1 contra Nigeria. Sobre la hora, pero no importaba, todos los nervios y tristeza se habían esfumado, aunque sea por unos días.

Salí de donde estaba y me fui derecho para los vestuarios a felicitarlos a todos. Por lo que vi, estaban euforicos y no era para menos: de estar prácticamente afuera a pasar y tener una vida más para lo que viene.

—¡Felicitaciones Giovito!—le dije a Giovani, el primero que me cruce. Lo abracé y el me respondió. —Si Sampaoli no te pone en el partido que viene, muere.

—Espero Mimi. Me muero de ganas.—me dijo. Nos separamos, y lo vi. Estaba feliz, se notaba, pero el no jugar, lo ponía mal.

—Vas a ver que si—sonreí.

Me alejé de el cuando vi a Cristian. Mi sonrisa se ensanchó y corrí a abrazarlo. Sentí que lloraba en mis hombros, lo cual me sorprendió pero entendía. Era mucha la presión que ellos tenían en conjunto y esto era como un descargo, a su vez, lleno de felicidad

—No puedo más. ¡Estoy tan feliz!—soltó.

—Te felicito, negro. Te amo, te amo, te amo.—dije.

—Gracias por acompañarme, Emi.—sonrió.

—En realidad no vine a acompañarte a vos... —solté en chiste. Cuando quise completar la frase, el me interrumpió.

—¿Lo viniste a ver a Licha, no?—rió.

—Mejor me voy yendo.

—Ah, ¿pensaste que me habia olvidado? Después me contas todo eh—dicho esto, lo llamaron, así que se fue. Con Meza, creo.

—¿No me pensabas felicitar?—era Dybala.

—Pensaba, pero me acordé lo mal que me caes, así que preferí no hacerlo—me sinceré. Este pibe se estaba volviendo imbancable. Ya le habia dicho varias veces que no quería nada, no solo por el hecho de que Oriana es mi amiga, sino que tampoco estaba interesada.

—¿Estas segura?

—Muy.

—Que loco. Igual, me pareces hermosa.

—Me alegro. —dije y me giré para irme.

—Esperá—soltó. Me agarró del brazo y me giró.

—Paulo, en serio, dejá de joder. Me caías bien y podemos ser amigos, pero ya te aclare que no quiero nada con vos—no podía ser tan insistente.

No dijo nada y me dió un beso muy cerca de los labios.

—Nos vemos—dijo y se fue sonriendo.

Ahora sí, me giré dispuesta a irme. Atrás mío, un poco más alejado, vi a Lisandro, quien parecía haber observado toda la situación.

Suspiré. Puede que ahora se este imaginando cualquier cosa.

Fui hasta el y lo agarré del brazo, para alejarlo un poco. No eramos nada, pero estaba pensando seriamente en volver a serlo, por lo que no quería que haya confusiones o algo así.

—Licha, no quiero que pienses que...

—No pensé nada—me miró serio.

—Escuchame, por favor. No volvamos a lo mismo.

—Emi, te digo en serio...No pensé nada, porque sé que no pasa nada. Cristian me contó lo denso que es Paulo con vos y además...te vi la cara—rió.

Sonreí y no dije más nada, podría quedarme así un rato largo.

—Mañana vuelvo a Buenos Aires—comentó.

—¿Ya empezas la pretemporada?—pregunté. El asintió

—Perdón que los interrumpa, pero te tenía que saludar.. —apareció Santiago y me abrazó. —Y nosotros ya nos tenemos que ir a preparar las valijas.

—Bueno, vamos yendo.

—¿Ya volvieron, no?—nos preguntó a Lisandro y a mi. Yo lo miré y sonreí.

—No—respondí.

—¿Mi hermano todavía no activó?—repreguntó—Bueno, te lo digo yo: está muerto por vos, cada vez que te ve se le cae la baba —viré los ojos, era un exagerado —No te miento Emilia, no me mires así. Te ama un montón y más vale que lo perdones, porque ya no me lo banco más.

Sonreí y miré a Lisandro, quien se habia puesto rojo y se reía de los nervios.

—Pensalo Emi. No lo dejes pasar, sabes que a pesar de lo boludo que es, vale la pena —Santi me dió un sonoro beso en la meijilla y se fue.

—Bueno...—dije y mire a mi ex novio quien había dicho lo mismo, al mismo tiempo.

—Yo me tengo que ir, ¿si?—comentó con las manos en los bolsillos—Cuidate mucho Emi, cualquier cosa me llamas. Te amo, no te olvides de eso y te voy a esperar todo el tiempo del mundo—me dió un beso en la frente y un corto abrazo, el cual correspondí y se fue.

Me estaba volviendo loca.

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Una pregunta MUY IMPORTANTE: ¿Quieren que vuelvan YA o que pase algo en el medio?

Rivales | Licha MagallanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora