15 de Junio, 2020
A lo largo de mi vida, como todos, hice miles de planes respecto a mi futuro. Imaginandome recibida, trabajando de lo que amo y, quizás, en algún que otro plan, con pareja. Nunca me hubiese imaginado estar casandome a los 25 años, con Lisandro Magallan, padre de mis dos hijos: uno de un año y otro que viene en camino.
De verdad, no lo podía creer. Lisandro había venido a romper todos mis esquemas, alguna vez, impuestos. Y para mejor. Haciendome bien desde el día uno, a pesar de nuestros altibajos.
-¿Ya estás, amor? -cuestionó mi papá, entrando a verme. Me miré al espejo una ultima vez y me acomode el vestido y me acaricie la panza que apenas se notaba, para girarme y sonreír. Me estaba a punto de casar.
-Estoy pá.
-No puede ser que te estes por casar, Emilia -sonrió, con lagrimas en los ojos-. Y encima con un bostero.
Reí ante su ultimo comentario.
-No lo pude evitar.
-Sabes que eso no me interesa, hija -rió-. Sé lo feliz que estás, se te nota y eso es lo unico que quiero para vos. Son una familia hermosa. Además, no tengo nada que reprocharle a Licha, es un tipazo.
-Gracias pa, te amo, en serio.
-Yo también te amo, gorda -me besó la frente-. Vamos dale, que el novio se muere si no apareces.
Ambos fuimos hasta el auto y mi papá fue el encrgado de ponerlo en marcha para ir hasta la iglesia en la cual se celebraría nuestro casamiento. Ya lo habíamos hecho por civil pero, aún así, nos faltaba hacer una fiesta con nuestros amigos y familiares. Además, pasar por la iglesia, ya que, a la otra, que había sido en Holanda, solamente habían ido lo más cercanos y muchos se habían quedado afuera.
Siendo sincera yo no quería hacerlo por iglesia, no me parecía necesario, pero como la familia de Licha es bastante religiosa y a el le parecía importante, decidí acepatar y hacerlo.
-Emi -habló mi papá-, ya llegamos.
-¿Ya? -cuestionó y los nervios que, pensé controlar, ahor empezaban a aflorar en mi y no sabia bien que hacer.
Mi papá asintió y me ayudó a bajar del auto. Agarre mi vestido, el cual no era para nada grande o extravagante, pero si algo largo.
-¡Ay papá! ¡Me muero! Ya estoy por llorar -reí ante mi actitud.
-Calmate Memi -dijo y me agarro de la mano, poniendonos en frente de la puerta de la iglesia.
La puerta se abrió de a poco y yo pude tener visión a todo lo que había dentro. Al principio mi mirada se poso en mi hijo y mis hermanos, los cuales son los encargados de llevar los anillos. Upa, ya lloro, que sensible Emilia, la puta madre.
Empecé a caminar y mis ojos, inevitablemente, se fueron hasta Lisandro quien me esperaba sonriente, como solo el sabe y algo emocionado. Esta tan lindo que me da todavía más ganas de llorar. No puedo estar con este hombre, loco.
-Ya sabes Lisandro -habló mi papá, cuando llegsmos al lado de mi, ya, esposo-, me parece que no tengo que decirte más nada: cuidala como hasta ahora.
El sonrió y asintió. Tomé la mano de Lisandro, el cusl no dejaba de mirarme y yo me volvía loca. Y eso que ya estabamos casados y re juntos, pero la emoción era demasiada.
-Estas hermosa, mi amor -sonrió y me beso la frente.
-Te amo -susurré.
La ceremonia pasó rapido, nada de otro mundo: el cura dijo lo que tenía que decir y, probablemente, la unica parte emotiva (a mi criterio) fue el momento en el que ambos dijimos nuestros votos.
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Rivales | Licha Magallan
FanfictionA veces el paraíso es apoyar la cabeza en el hombro correcto.