Rivales | Licha Magallan

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- Hija, ¿ya estás? Dale que nos vamos - avisó mi papá.

- Ya voy pa.

Hoy era el partido por la Supercopa y yo, obviamente, no me lo perdería. Por eso, había venido acompañando a mi papá y al plantel de River.
Amaba compartir estas cosas, sobre todo con mi papá, siempre había sido muy pegada a el y lo seguía para todos lados.
Cuando era más chica, era algo similar a una garrapata. Y no, no exagero: donde estaba el, estaba yo. Con el tiempo, mientras crecía, se sumaban obligaciones, por lo que a veces no podía estar. Sin embargo, cada vez que tenía la posibilidad, lo acompañaba, más aún si se trataba de un partido de estas caracteristicas.

Salí de la habitación, encontrandome con mi papá y mi hermano, quienes al parecer me esperaban.
Los tres, salimos del hotel y nos subimos al micro, donde ya estaban todos listos para ir al Estadio.

Me senté con mi hermano, mientras mi papá se ubicaba en su lugar de siempre con Biscay.

Sentí que patearon mi asiento y me giré, encontrandome con el Chino, sonriente.

- ¿Qué te pasa? No molestes - le dije.

- Veni para acá Mumi, quiero hablar con vos.

- Ni ahí, veni vos - apenas le dije eso, el se paró y le pidió a Nahuel que le cambiará el lugar.

- ¿Que queres? - cuestioné, cuando se sentó.

- Nada, te extrañé - soltó y me abrazó.

Me reí ante su comentario, aunque me causó ternura. Lucas era mi mejor amigo y teniendo en cuenta que solemos vernos todos los días, está última semana donde casi ni nos vimos, fue bastante para nosotros.

- Aw más chu - comenté.

- ¿Vos no me extrañaste?

- No.

- Bue, ¿ahora que tenes novio te haces la interesante? - me soltó, haciendose el ofendido

- Mentira mi amor, te amo - lo abracé.

- ¡¿Emilia tiene novio?! ¡¿Sabias algo de esto Muñe?! - gritó Rodrigo desde el fondo. Reí ante su comentario. Ya había hablado con mi papá de esto y le había contado todo. Obviamente, me comí tremenda charla, pero nada que ya no sepa y que no me haya dicho antes. Tipico de el.

- ¡Encima no sabes quien es yorugua: Magallan! - comentó el Pity.

- ¿El bostero? - preguntó Mora. Gonzalo asintió - ¡No podes Emilia! - yo solamente me reía. Sabía que estaban jodiendo y que, de hecho, se llevaban bien emtre ellos.

- Tremendo bombón Licha - dijo Lucas.

- Apa chinito, no tenía ese lado tuyo - rió el Pity.

- Soy una caja de sorpresas - sonrió mi mejor amigo.

- ¡Llegamos! - gritó alguien, desde la puerta del micro.

Antes de que bajara, Nahuel me agarró del brazo y posteriormente lo pasó por mis hombros.

- Ojito vos, eh - me dijo.

Me reí y hablé:

- Tranqui, siempre vas a ser mi favorito, hermano - reí - Te amo.

Fuimos hasta el vestuario, donde me quedé hasta que los chicos empiecen a cambiarse, cuando mi papá me hacia salir para que no viera nada de más.

Salí y para pasar el tiempo, empecé a recorrer el estadio.

- Hola hermosa - escuché que susurraron en mi oido, mientras me abrazaban por la cintura. No hacia falta decir quien era, ¿no?

Me giré y quedamos frente a frente. Lo abracé fuerte y posteriormente lo besé. Me encantaba este hombre. Mucho.