Capítulo VIII: Mi inicio a tu lado

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Yan Da despertó al sentir el movimiento a su lado, aún estaba adormecida y no se había despertado totalmente cuando el príncipe se levantó y comenzó a vestirse.

Ella solo tomó una de las sábanas y se cubrió con ella para levantarse y recoger el camisón que estaba en el suelo para poder colocarselo.

Vio como el joven príncipe había terminado de colocarse los pantalones y en ese momento se estaba por colocarse la camisa, se turbo en el momento que levantó la vista viendo su espalda, donde habían pequeñas marcas de uñas que ella seguramente había dejado hace un par de horas.

No podía creer aún lo que había sucedido con el príncipe, el la tomó de una manera suave al inicio, como no tratando de hacerle ningún daño, pero cuando se dio cuenta que ella estaba disfrutando de su pasión, fue como si se liberará y la poseyó de forma apasionada casi rozando lo salvaje, pero ella lo disfruto plenamente.

Nunca había sentido todo ese placer en su vida, fue como morir y volver a nacer en sus brazos, por fin se sentía plena y completa como si esto fuera algo que siempre le hubiera faltado y que en ese momento lo encontró.

El príncipe se terminó de vestir, alizando sus largos cabellos, para que no se vieran despeinados.

Volteo y la encontró ya vestida con el camisón de dormir y cubierta por la bata de noche, era una preciosa visión de largos cabellos negros y rojos sueltos, las mejillas aún sonrojadas por el reciente sueño y los grandes ojos rubíes mirándolo soñadores, le dieron el impulso de volver a arrojarse a ella y tomarla de nuevo, pero el sabía que eso sería un grave error, no podía apegarse, ya había cometido un gran error al haberla tomado como suya.

No podía permitirse seguir cayendo en esa extraña necesidad que sentía por ella, porque se volvería vulnerable y dependiente y era algo que en su vida no podía permitirse por nadie.

Así que volteando se encaminó a la puerta, pero antes de salir le dijo:
- Ahora duerme es mejor que descanses, por la mañana enviaré a alguien para que te atiendan, supongo que ahora sabes que formas parte de los Salones de la Ilusión y será así hasta que yo decida lo contrario.

Diciendo esto abandono la habitación en medio de la referencia y despedida de ella.
- Si su alteza, respondió ella viendo como salía de la habitación.

Yan Da se recostó lentamente en la cama cubriéndose con las sábanas que hasta hace unos minutos los había cobijado a ambos, sonrió al sentir el aroma del príncipe rodeándola entre las sábanas, lanzado en voz altas sus pensamientos:
- Ahora ya me he convertido en su concubina.

Cerrando los ojos dejándose ir libre por el sueño.

Ying Kong Si, escucho las palabras que acababa de pronunciar la pequeña hechicera, no pudiendo evitar sonreír al tener en mente que esa hermosa criatura era suya y nadie podría tocarla, pero rápidamente saco esa idea de su cabeza para caminar a sus habitaciones, el también necesitaba dormir.

Hou Xiau entró a la habitación de Yan Da, abriendo las cortinas dejando entrar la luz del día, se acercó al lecho dónde Yan Da estaría acostada, encontrándose con ella durmiendo acurrucada entre las sábanas, siempre le parecía que era preciosa, estando toda una vida acostumbrada a las frágiles y pálidas bellezas del palacio del hielo, ella era una muchacha rebosante de vitalidad y eso le gustaba mucho.

Se acercó a levantarla suavemente para que no se asustara, tocando una de sus manos, viendo como ella no se movía insistió en seguirla llamando.

- Señorita Yan Da, despierte ya amaneció, le volvió a decir Hou Xiau.

Al escucharla Yan Da comenzó a despertarse abriendo sus ojos observando a su linda doncella, quien la estaba mirando con una gran y radiante sonrisa, a la cual ella contestó de igual manera, levantandose de la cama dándole los buenos días.

Whispers of Dark Night - (Yan/Shi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora