Capítulo IX: Yo soy tu dueño

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Hou Xiau, salió haciendo una reverencia de la habitación dejando a Shi, observando a Yan Da aún con el ceño molesto, ella solo atino a hacer una reverencia ante él en forma de respeto.

- Príncipe buenos días, saludo ella agachando la cabeza a la espera de lo que iba a decirle el príncipe.

Sintió como el se acercó a ella colocándose a solo unos centímetros, Yan Da pudo sentir su aroma a cerezos rodeándola y con él su calidez, Shi levantó su rostro deslizando su mano por este.

- Dime, ¿Por qué crees que no debería casarme con la princesa Lang Shang?, es que acaso por lo sucedido anoche quizás piensas que con quien me debería casar es contigo. Le dijo fríamente para luego soltarla de forma abrupta.

Yan Da volvió a bajar la cabeza ocultando el dolor que le causaron esas palabras, no queriendo que él se diera cuenta solo le respondió casi sin voz: - Su alteza, nunca me atrevería a si quiera soñar con eso, entiendo su posición y la mía, se que usted nunca desposaría a alguien tan bajo como yo.

Shi volvió a mirarla no entendiendo porque esas palabras le molestaron, "Que de malo habría en ella, para se dijera así misma de bajo nivel", si la belleza que poseía era incomparable y nunca había sentido deseo tan grande por nadie como el que tuvo desde que la conoció.

Pero ella tenía razón lo mejor era que ella pensará de esa manera, su compromiso estaba decidido y faltaba muy poco tiempo para que este se realizará pero el no podía negar la atracción que sentía por ella, incluso en este momento en el que aún se sentía molesto con ella por su indiscreción quería tomarla en sus brazos para volver a poseerla, pero eso sería un grave error ya se dio cuenta, por eso había ido a buscarla haberla tomado anoche sin tomar precauciones podría quizás haber tenido consecuencias, así que trajo consigo un pócima que fue preparada por una de la aldeanas que prevenía cualquier embarazo no deseado, no quería tener un bebe con nadie por lo que mejor sería que ella la bebiera aparte si su futura esposa se enteraba de que existía un bebe suyo con alguien más se volvería más loca aún de lo que estaba, como pensaba era lo mejor para ella.

Sacándola de uno de sus bolsillos se la mostró al colocarla delante de ella: - Bebe esta pócima, con ella ambos estaremos seguros que lo acontecido anoche no tendrá ninguna consecuencia.

Yan Da observó la pequeña botella que el tenía en sus manos, aceptándolo lo tomo de ellas, destapando la tapa lo llevo a sus labios bebiendo el contenido, el sabor era un poco amargo, justo como las intenciones de que el desliz del príncipe con ella se quedará de esa manera, al terminar de beber el contenido le devolvió el envase vació.

Shi vio sus delicadas manos sosteniendo esa botella, arrepintiéndose por un momento el habérsela dado, suspiro tomando de nuevo la botella guardándola.

- A partir de ahora me servirás solo a mí, aunque se supone que eso ya lo tenías claro pequeña.

- Si su alteza, le respondió ella asintiendo con la cabeza.

- Debes tener hambre, vamos a mis salones para que desayunes algo, le dijo Shi saliendo de la habitación.

Yan Da cogió rápido el velo para colocárselo en el rostro y comenzar a seguirlo, pasaron por varias puertas donde ella sabía que eran lo salones destinados a él, hasta que llegaron a un salón totalmente iluminado por la luz del sol, en el estaba dispuesta una meza con el desayuno servido, Yan Da pudo ver en el medio un gran jarrón con hermosas flores de color rosadas las cuales desprendían un aroma delicado, a los costados de la meza estaban dos doncellas, quienes al ver entrar al príncipe hicieron una reverencia.

- Buenos días tenga su alteza Principe Heredero, dijeron ambas.

Shi avanzo sin responder el saludo y se sentó a la cabeza de la meza, para luego llamar a Yan Da.

Whispers of Dark Night - (Yan/Shi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora