Elementaria 1: La Última Llama

Capítulo 8: Asignación

Martes

Entramos a los árboles frondosos de la isla y fuimos recibidos por miles de moscas y libélulas rodeando nuestro camino algo lodoso hacia el Templo Central. Miraba a todas partes y podía ver claramente como el viento soplaba de cada rato las hojas verdes hasta llegar al grado de que caían poco a poco al suelo. Enfrente estaba Minerva guiándonos hacia la entrada de Elementaria con la vista al frente mostrando parte de su espalda cubierta por el vestido que traía puesto. Pronto realicé que la chica al que todos le dicen la princesa de Terra ya no nos estaba siguiendo y las únicas personas que nos estaban llevando era Leon y su ejército, Hiroki, y Minerva. Así ocurrió hasta que de repente todos nos detuvimos en medio de la selva tras escuchar uno de los árboles traqueteando como una serpiente.

"¿Qué fue eso?" Dillon preguntó. Soltó mis manos y procedió con retirar con lentitud la katana que cargaba en su espalda.

Leon y Minerva por su parte se atrevieron a acercarse con Hiroki a quien se puso a adoptar una posición auto defensiva mientras miraba por todas partes. "¿Ocurre algo?" preguntó él. No dijo nada hasta que fijo la vista hacia una planta que no paraba de sacudirse como si fuera una maraca y eso causó que él y Leon entraran en estado de alarma.

"A sus posiciones ¡enemigo a la vista!" Leon ordenó a todos los integrantes a gritos, causando que todos se apresuren en sacar sus armas a la vista.

Por otra parte nosotros cuatro nos quedamos parados sin saber qué íbamos hacer tras notar que estábamos atravesados en medio de la zona de ataque. Fijé la vista hacia los rostros serios de cada guerrero y me quedé callado por unos minutos hasta que les pregunté:

"Oigan estamos atravesados en su lugar ¿nos movemos de aquí o-?"
"No hables o nos oirán." Hiroki replicó.
"¿Pero quién viene? ¿Algún Metallum o-?"

De repente alguien se puso rápidamente de a mi lado y me dió un fuerte cabezazo.

"Considera que estamos a punto de atacar a la persona que se está acercando hacia nosotros, así que cierra esa boca sucia o te apuñalo con esto." Era Dillon que se puso a amenazarme de forma agresiva mientras señalaba su espada.

Luego de eso escuché a Leon regañarlo con seriedad:

"Ten respeto Pyrrhus, el foráneo no está aún involucrado en este tipo de cuestiones así que déjalo en paz."
"¿Pues qué no oyes lo que dice Collins? Cada vez dice más babosadas ilógicas enfrente de toda la gente aquí reunida." le respondió alzando la voz cada vez más fuerte.
"Eso lo dices como un tonto con cabeza de chorlito." le ofendí en defensa.

Dillon se puso a verme en la cara molesto y me preguntó: "¿Qué dijiste mocoso?" Yo mantuve la cordura y percibí a todos reaccionar indignados conmigo, sobretodo Philip y Ilesha a quienes me veían horrorizados ante la respuesta que di junto con Celia diciéndome en voz baja 'Detente ahora mismo' para evitar que nuestra rivalidad empeore.

"¿Acaso estás sordo ñoño? Dime ahora mismo que acabas de decir-"
"¡Dillon Pyrrhus te ordeno que guardes silencio ahora mismo!" Leon intervino esta vez vociferando con furia.

Dio la vuelta y estaba ahí parado aún sosteniendo su espada Wakizashi en la mano.

"Te quedas callado o la verás conmigo después de esto." él rugió.
"Si señor." Dillon replicó secamente regresando a su posición de ataque mientras me miraba meticulosamente con las cejas fruncidas y su katana al frente. Después lo escuché susurrar enojado:

"Bocón."

Y se quedó por unos minutos esperando a que alguien saliera enfrente de ellos para atacar, pero de repente el arbusto dejó de moverse. "Esto es raro... quizás haya sido un animal pasando por aquí o-" Minerva empezó a decir hasta que sorpresivamente un Metallum salió saltando de su escondite como un gato y puso sus brazos alrededor de su abdomen. Inmediatamente todos corrieron a rodear el soldado apuntando sus armas mientras que nosotros cuatro corrimos hacia Adrian que se encontraba al lado de Chema, temblando del miedo con una pistola de chispa en la mano.