Capítulo 5

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(Narra Laura)

Estaba durmiendo tan cómoda y sentía que abrazaba a una muy esponjosa y suave almohada, al abrir mis ojos que eran atormentados por la luz del sol, pude darme cuenta que abrazaba a Karen y ella solo me miraba con una sonrisa burlona.

Karen: Buenos días princesa

Inmediatamente me separé y me senté en la cama

Laura: Buenos días

Karen: Por lo que veo dormiste bastante bien abrazándome

Laura: La verdad es que eres muy cómoda

Karen se paró de la cama y se acercó bastante a mi hasta el punto de rozar nuestras narices.

Karen: También puedo hacerte sentir cómoda haciéndote otras cosas  —susurró—

Mis mejillas se pusieron completamente rojas y no sabía que responder a eso, solo opté por pararme de la cama.

Laura: ¡Vamos a desayunar!

Salí rápidamente de la habitación ignorando cualquier cosa y me fui a la cocina a esperar a que ella hiciera lo mismo.

Ella salió de la habitación colocando su camisa, me observó y soltó un suspiro.

Karen: ¿Qué quieres desayunar? Vamos a salir, yo invito

Laura: Pero podemos cocinar

Karen: ¿Segura?

Laura: Sí tu quieres

Karen: Mejor vamos a salir, es mejor que desordenar tu casa

Laura: Está bien

Salimos de mi casa y nos montamos en el auto de Karen, prendió el auto y arrancó. Conecté el reproductor con mi teléfono y colocamos música variada mientras charlabamos de todo un poco.

Ella estacionó el auto en frente de un lugar llamado "Yunos" Un sitio muy famoso porque su servicio es excelente y sus desayunos, almuerzos y cenas, son divinos, pero costosos.

Laura: Oye este lugar es costoso

Karen: ¿Y?

Me quedé en silencio y al entrar ella saludó a todo el personal.

Mesero: ¿Ordenarán?

Karen: Sí, lo de siempre, por favor

Mesero: Con gusto. Y ¿va a pedir algo usted, señorita?

Laura: Amm, un croassant de crema y un capuchino. Por favor

Mesero: En seguida

Karen y yo nos quedamos hablando mientras la comida llegaba, y al llegar pude ver toda la deliciosa comida que habíamos ordenado, creo que me estaba babeando, y sin pensar dos veces mordí mi croassant, era muy cierto que la comida era muy buena. Karen comía un desayuno americano con un capuchino.

Al terminar la deliciosa comida, ella se despidió de todas las personas y volvimos al auto, veía el camino y solo marchabamos sin rumbo.

Laura: Sabes, podríamos ir a la plaza de acá cerca, es un hermoso lugar

Karen: Vale

Estacionó el auto en el estacionamiento y nos bajamos en la plaza donde había un campo gigante con caminos y árboles hermosos, caminabamos por esos lugares cuando sentí que me llamaban.

Samantha: Hola Laura!

Laura: Hola

Samantha se dió cuenta que estaba junto a Karen y su cara fue de impresión, además no estaba ella sola, también la acompañaba Emily, que colocó el mismo rostro de impresión.

Emily: Hola Laura.. H-Hola Karen —Se sonroja—

Karen: Hola señoritas

Laura: ¿Qué hacen por acá?

Samantha: Íbamos camino a casa de Natalia, justo te iba a llamar para invitarte

Laura: Oh, ya veo, de igual forma que se diviertan

Emily: ¿Y tú qué haces por acá?

Laura: Pasaba el rato con Karen

Karen andaba en silencio sin decir nada y solo observaba los alrededores mientras sus manos estaban en sus bolsillos.

Emily: Bueno, si quieren pueden venir con nosotras, sobretodo Karen —Se pone aún más roja—

Las mejillas de Emily se colocaban cada vez más rojas sin razón alguna. Ellas nos invitaban pero no sabia que contestar ya que quería pasar el resto del día con Karen.

Karen: Creo que no podremos, prefiero pasar todo el día con Laura a solas, tenemos cosas de que hablar. Y si me disculpan ya debemos irnos.

Samantha: Está bien, que se diviertan

Emily quedó en completo silencio agachando su cabeza, no entendía lo que ocurría, pero cada reacción concordaba con cualquier noticia que tuviera que ver con Karen. Era extraño y sacaba en cierto punto un poco de mis celos.

Al alejarnos Karen y yo seguimos hablando de cualquier tontería. Sentía que el rato a su lado pasaba rápido pero que era valioso, me sacaba sonrisas como ninguna otra persona lo había hecho.

Karen: ¿Quieres helado?

Laura: Siiii

Compramos helados mixtos(vainilla y chocolate) y nos sentamos en una banca a adivinar formas de las nubes.

Laura: Esa tiene forma de cocodrilo

Karen: ¿Cocodrilo? Yo veo un dragón con 3 cabezas comiendo hamburguesas

Laura: Que imaginación tan grande —Río—

Karen: Siempre —Ríe a mi par—

Nuestras miradas volvieron a chocar como aquella vez en el baño y solo nos veíamos entre sí fijamente sin desviar ninguna la mirada, nuestros rostros se acercaban lentamente y una vez más ocurrió, nuestros labios se unieron formando un beso, pero uno profundo con ganas de más. Ella cogió mi rostro y dejé que su lengua entrara en mi boca. Nuestras lenguas chocaban y se sentía el sabor entre vainilla y chocolate, nos separamos por falta de aire y quedamos observandonos sin decir nada.

Ella se separó y siguió comiendo el helado con una sonrisa en su boca. Yo no podía evitar sonreír y ese silencio que se inundaba era tan cálido y se sentía la tranquilidad a su lado.

Al terminar los helados nos paramos de la banca y volvimos al auto, ella me dejó en mi casa y luego se fue. Volvía a sentir la soledad al llegar a mi casa, pero sin embargo esa soledad no era comparada con la felicidad que tenía, y sí, la razón era ella.

(Narra Karen)

Dejé a Laura en su casa para despues devolverme a la mía, mañana tendríamos que volver a clases, así que no queria molestarla por si tenía algún deber que hacer. Al llegar a mi casa pude recostarme en el sofá con una sonrisa de oreja a oreja.

Finalmente me estaba dando cuenta que esa chica me encantaba, no podía dejar de pensar en ella, pero quisiera saber si ella sentía lo mismo por mi. Sin más que pensar me cambié y me coloqué la pijama, y me senté a ver TV. Agarré el teléfono para ver si había algo interesante y solo encontré un mensaje que me hizo sonreír aún más..

Conversación

Laura: Desde la noche en la cena la he pasado de maravilla contigo, y creo que cada momento a tu lado me hace sentir en calma... La verdad me siento confundida, pero gracias por pasar cada rato a mi lado y hacerme sonreír como nadie lo había hecho antes.

Ese mensaje me sacó una sonrisa que solo me quedaba pensando en que responderle, ya marcaban las 8pm, y nos quedamos todo el resto de la noche chateando, hasta quedarnos dormidas.

Me enamoré de ellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora