(Narra Karen)
Me levanté asustada y me quedé un rato viendo el techo ¿Todo ha sido un sueño? Revisé rápidamente mi teléfono y efectivamente nada había sido un sueño, tenía la llamada de Lila, y el mensaje de mi mamá que aún esperaba respuesta.
Obviamente me negaba a la propuesta de mi madre, sin embargo para ella no había vuelta atrás ya que tenía los pasajes en mano. Sin pensar tanto ya estaba alterada y molesta, una vez más deciden sobre mí, me sentía como un pajarito en una jaula, no veía ni final ni salida de cada atormentante problema que se me atravesaba. Por una vez quería salir en paz sin tener que verle la cara a alguien de mi familia.
Me levanté de la cama, tomé una ducha, me volví a poner las mismas prendas que tenía y arreglé un poco mi cabello para irme del hotel. Bajé por el ascensor apoyándome de las paredes de el y lentamente durmiendome, de la nada sentí una mano tocando mí hombro, cuando volteé a verlo era un chico un poco alto, cabello castaño muy claro, ojos color miel y con unas diminutas pecas que lo hacían ver bastante tierno, honestamente tenía cara de niña.
?: Hey, ¿estás bien?
Karen: mmm, sí disculpa, solo tengo un poco de sueño.
?: Has dormido bien, te ves cansada.
Me sentía tan estresada que no pude evitar responderle mal.
Karen: Mira amigo, métete en tus asuntos y déjame tranquila.
Por un momento quedó un silencio incómodo y su mirada clavada en mis ojos como si esperara algo más de mí, estaba confundida por el acto hasta que decidió romper el silencio.
Wille: Mí nombre es Wille, tengo 18 años, un gusto conocerte—Sonrió amablemente—.
Karen: Soy Karen, tengo 17—Quedé en silencio nuevamente—.
Había olvidado por completo lo que debía hacer y todo por andar distrayendome en hablar con este desconocido. Recordé que tenía que hablar con Laura, explicarle muchas cosas, contarle lo del vuelo.
Karen: Oye, debo irme, se me hizo tarde. Hasta luego.
Wille: Que te vaya bien, espero volvernos a encontrar., se veía muy hermosa, como si de verdad ella estuviera hecha para mí.
Salí corriendo de allí escuchando la última palabra que dijo, sin pensar tanto en ello fui corriendo hasta la casa de Laura, que por cierto quedaba muy lejos. Al estar apunto de llegar me detuve y ví como salía a recoger algunos correos que le habían mandado, se veía muy hermosa, me encantaba como el viento movía su cabello y lo volvía un desastre, sentía como si realmente ella estuviera hecha para mí.
Me acerqué lentamente por atrás y le tapé los ojos, sentí como ella dio un pequeño saltito del susto y luego se dio cuenta que era yo y al instante sentí sus brazos rodear mi cintura, era tan cálido estar a su lado.
Laura: ¿Dónde estabas? Desapareces un día y te vas a de la nada, estuve preocupada, ni siquiera me escribiste.
Karen: Lo siento, tuve problemas familiares.
Laura: Ven pasa, tienes cara de que no has comido nada.
Pasé a su casa y ella ofreció que mientras cocinaba fuera a bañarme.
Laura: Tengo algunas prendas tuyas que dejaste, puedes usarlas.
Karen: Gracias.
Salí corriendo al baño para bañarme una vez más y colocarme ropa limpia, me sentía feliz, me sentía en calma, pero específicamente era porque la persona de la que estaba enamorada estaba a mi lado, haciéndome la comida ¿Qué mejor que eso?. Era como algún tipo de juego de esposa y esposo, donde todo era felicidad. De todas formas esa felicidades duraría minutos, ya que de todas formas tenía que contarle todo a Laura, no quería alejarme de ella, los sentimientos que causaba en mi eran lindos y únicos, eso demostraba que quería estar con ella.
Después de bañarme me senté a comer con ella en la mesa, hablamos de algunos temas graciosos e irrelevantes, y luego le toqué el tema del cual tenía que contarle.
Comencé desde el principio, contando mis miedos, contando lo que era capaz mi hermana, contando mis problemas familiares, simplemente todo, y finalmente dejé lo del vuelo de mi madre, absolutamente todo le estaba diciendo, no quería que nada entre nosotras quedará en secreto.
Mientras le contaba con detalles cada tema, ella quedaba en silencio con una cara de sorprendida, supongo que estaba sin palabras.
Laura: ¿Por qué no me dijiste todo esto desde el principio?
Karen: No sabía cómo decírtelo.
Laura: Bueno, es entendible, de todas formas, debías habermelo dicho,no huir.
Karen: Lo sé, lo siento.
Laura: No te preocupes, ahora lo sé todo.
Karen: Sí...
De un momento a otro se formó un silencio que nos invadía a más, un silencio extraño e incómodo que con tan solo mirarla sabía que no tenía ni una respuesta sobre el tema.
Laura: No quiero que te vayas de mi lado...
Karen: Tampoco quiero eso, pero sabes que de seguiré contigo, quizás no físicamente, pero estaré contigo de alguna forma, y volveré solo para ver esa carita tuya que tanto me encanta.
Dicho eso, ella me abrazó muy fuerte, algunas lágrimas salían de su rostro y caen en mi camisa, me partía el corazón verla así. No aguanté más y me acerqué a darle un suave y tierno beso en sus labios.
Laura: Prométeme que estaremos juntas hasta el día en que te vayas.
Karen: lo prometo.
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Me enamoré de ella
Novela JuvenilEl amor entre dos chicas son cosas que muchos no pueden entender, solo lo entienden esas personas que se comprometen a estar juntas, es un camino delicado y complicado, pero todos sabemos que cuando se quiere se lucha, y eso hará Karen por tener a l...