아홉

2.5K 285 10
                                    

m.yg

Me removí entre las cobijas con cuidado de no despertar a Hyeong, quise abstenerme de mirarla mientras dormía. Pero ni siquiera pude decirme que no a mí mismo cuando ya lo estaba haciendo. ¡Magnífico!, ella dormía como un bebé mientras yo miraba al techo horririzado.

Su cabello caía sobre la almohada improvisada que había hecho con su chaqueta, misma que yo había insistido en usar unas quinientas veces sin obtener resultado. Había dicho: «Vamos a tratar de dormir como lo hacemos siempre».
Ese, había sido el detonante para el insomnio, porque saber que Hyeong dormía como si fuera pobre (que por supuesto no lo era ni en sus sueños) todo el tiempo me hacía pensar que quizá odiaba tener dinero, o en el peor de los casos, detestaba su vida. No sabía cuál de las dos era la razón más jodida.

Y hablando de los Jung, ¿qué había con Jung Hoseok?, ellos no se parecían en nada y aún así no pude dejar de pensar que quizá era un pariente suyo.
No podía dejar de preguntarme cómo era que jamás le había visto en el círculo social de Jungkook, porque incluso yo conocía a Jimin de lejos.
Parecía que me había encerrado sólo en Hara y eso más que molestarme, me ponía triste. Porque me había perdido de experiencias increíbles a lado de Hyeong y mi hermano por estar detrás de una perra básica que se había follado al amor platónico de su hermanita sólo por qué estaba resentida. Yo no necesitaba dormir, necesitaba respuestas.

Una de sus manos descansaba sobre su mejilla, estaba seguro de que tenía un pequeño hilo de saliva cayendo de un costado pero aún así me parecía bastante tierna. Murmuraba palabras incompletas mientras se movía como si estuviera incómoda; traté de no ponerme nervioso pero todo cayó por la borda cuando su mano alcanzó mi torso y sujetó con fuerza de mi suéter.
Sabía que era mala idea dormir así, pero nadie me dio derecho de oponerme, todo el mundo me lanzó a la habitación de Hyeong como si fuera carne fresca para los leones. Ni siquiera porque Jungkook era mi hermano me ayudó.

En menos de dos segundos ya estaba rozando la punta de su nariz con la mía. Aunque se había cepillado los dientes, olía a cigarrillo, vodka y cereza con un ligero toque de menta.
La vena yugular casi me explota de los nervios pero se me pasó cuando comenzó a inflar las mejillas mientras respiraba y me dí cuenta de que sí le escurría un hilo de saliva.
Mis manos se movieron solas para quitarle el cabello del rostro y entonces pude cerrar los ojos para quedarme dormido.

—Apaguen esa mierda, por el amor de dios—la voz adormilada de Hyeong me hizo cosquillas en la barbilla.

Abrí un ojo para tratar de alcanzar el móvil pero ni siquiera pude moverme, me tenía atrapado entre sus brazos, como si fuera un koala. Solté un chillido lleno de nerviosismo cuando se acurrucó contra mí, no quería que sintiera mi erección mañanera, bueno, no en esas condiciones.

—Hyeong—le susurré despacio.

—¿Qué?—habló sobre mi pecho provocándome escalofríos.

—Necesito que te muevas para poder apagar el despertador.

—Ah, Yoongi, ¿qué nunca has dormido con nadie en tu vida o qué?—se acomodó sobre el pequeño colchón de colchas y cobijas en el suelo y me miró mal para tallarse los ojos.

—No, la verdad que no—admití mientras apagaba el celular.

—Bueno, pues la próxima vez sólo trata de empujarme ligeramente, así sabré que tengo que moverme y no abrir los ojos—me sonrió.

La próxima vez, ella ya estaba deduciendo que volveríamos a dormir juntos, lo peor del caso era que me atormentaba el hecho de no saber si tenía que ser con o sin la ropa puesta.
Porque de ser con ella, no me parecía mala idea ninguna de las dos. La verdad era que había dormido como un bebé sin necesidad de tomar té o contar hasta mil.

—Eres demasiado pegajosa cuando duermes—. Solté mi comentario con el único afán de parecer desinteresado y ligeramente molesto, pero ella era maquiavélica cuando se trataba de fastidiar.

—Pues no parece que te haya molestado a ti ni a tu erección—levantó las cejas—, o dime, ¿siempre despiertas así?—dejó los ojos sobre mis pantalones apretados y no pude hacer nada más que esconder mi rostro entre las cobijas y hacerme bolita. Muy valiente.

Lo peor era que tenía razón, podía controlar cualquier situación con cualquier otra chica, pero con Hyeong todo se me salía de las manos. Lo había comprobado la noche anterior cuando la besé.
Traté de buscar algo para reconfortarme , pero ni siquiera pude justificar mi justificación porque lo había hecho todo sin pensar, y eso no era típico de mí. Incluso en ese momento, debajo de las cobijas mientras le escuchaba reírse, no tenía idea de que decir o hacer, ella me había visto en más momentos vergonzosos que Namjoon, y parecía que no le importaba lo tonto que pudiera llegar a verme; me seguía tratando como a un igual.

—Venga, Yoongi—trató de sacarme de ahí tirando de la tela con fuerza—, sólo estoy bromeando. No voy a contárselo a nadie, lo prometo.

—Me profanaste—refunfuñé— ¡Yo ni siquiera he dicho nada porque no llevas sujetador!, ¡tú nunca llevas sujetador!, ¿porqué eres así?—. Lo solté sin pensar, otra cosa que hacía sin pensar.

—¿Porqué?, ¿te molesta tener que verme a los ojos mientras conversamos?

Y me enfadé, por alguna razón no pude ocultar mi molestia con sus provocaciones burdas. Sabía que Hyeong era así, pero me molestaba que me estuviera tratando como si fuera un niño. Porqué ni siquiera tenía una pizca de idea sobre lo que me hacía pensar desde que la conocí. Estaba mal, pero al principio confiaba en mí mismo y aquello sobre mantener el control.
Pero ahora tenía miedo de mi y de lo que pudiera hacerle a Hyeong si me salía del carril y perdía la pauta.

Así que terminé por desenvolverme y dejarla debajo de mí. La pelinegra abrió los ojos aturdida y tragó duro cuando coloqué los brazos a los costados de su cabeza para acercarme más a su rostro.
Olía tan bien aunque estuviera despertando, así que no pude evitar quedarme un momento ahí, apreciando el olor de su cabello y el acertijo en el que se había convertido su expresión. Ni siquiera pudo moverse, parecía tan indefensa y torpe en ese momento que no pude evitar reírme en su cara.

—Continúa burlándote de mí y voy a tener que darte más que un puto cupón por un beso.

—Claro—sonrió maliciosa—; pero deberías de cepillarte los dientes antes de tratar de meterme la lengua en la garganta.

Jung Hyeong podía hacerme sentir como si tuviera 10 años y en otro segundo, podía hacer que me sintiera como todo un hombre.
Parecía demasiado rápido para quererle, pero me resultaba genuino lo que me brotaba del corazón, porque nos volvimos cercanos repentinamente, ella superaba a Namjoon por mucho.
El problema era la incógnita que me causaba pensar si de verdad quería tenerla sólo como mi amiga o debería de mandar a la mierda a Hara y quedarme con Hyeong.
A veces es posible querer a alguien en tan poco tiempo por todas las vivencias acumuladas.

Amo el gif.
Les amo a ustedes.
Amo a BTS en general.

naughty|m.ygDonde viven las historias. Descúbrelo ahora