m.yg
—Eres realmente lindo cuando te preocupas por tu aspecto—me pellizcó la mejilla—, no puedo creer que seas mayor que yo.
—Si no vas a ayudarme a elegir una corbata, lárgate—me miré por enésima vez en el espejo.
—Yoongi—mi hermano me sujetó del hombro—, intenta relajarte un poco. Ha pasado sólo un mes desde que están juntos otra vez. No creo que sea necesario darle un anillo tan pronto.
—No lo entiendes—me senté en el borde del colchón—. Tú nunca has tenido que separarte de Youngsoo, tampoco le has visto ir con alguien más de la mano. No quiero darle un anillo sólo porque me siento comprometido. Quiero que cuando lo vea, sienta que estoy ahí. Incluso si ella llega a casa y mi espacio en la cama está vacío porque he viajado. Es algo que prometerá por nosotros, dirá que estamos juntos y permaneceremos así el resto de nuestras vidas.
—Usa la roja—sonrió orgulloso—. Pero te diré algo importante, no vayas tratando de hacerlo todo perfecto, cuando yo se lo pedí a Youngsoo, resbalé con el goteo de la escultura de hielo que compré. La caja con la argolla salió de mi bolsillo abriéndose y rodando hasta sus pies. Fue realmente vergonzoso. Pero me dijo que sí—se encogió de hombros—, ella te ama. Sólo sé tu mismo.
—Lo tengo—asentí—, ¿cómo me veo?—le pregunté poniéndome de pie.
—Como todo un Min.
—Te llamaré luego—me despedí en una sonrisa y anduve hasta el auto con la idea de sentarme frente a Hyeong, tomar su mano, bailar y luego arrodillarme.
Ni siquiera me importaba la lluvia.
Lo cierto es que me acobardé en cuanto estuve en el estacionamiento del complejo. Por alguna razón, me preocupaba que ella fuera a decir que no. Yo en serio quería casarme, aunque iba a sabiendas de que Hyeong era mi lugar seguro, quería formalizar.—¿No vas a bajarte nunca?—golpeó la ventanilla con poca fuerza.
—Ah, sí, sí—tomé aire y metí la mano en mi bolsillo para asegurarme de que la argolla estaba en su lugar.
En cuanto abrí la puerta sentí que mi corazón se volvió loco. Nosotros no habíamos tenido nada más allá de besos intensos y algo de manoseo en el sofá de su apartamento. Nunca llegábamos al final porque ni siquiera lo intentábamos. Ambos estábamos tímidos respecto a ello.
Pero en ese momento, me pareció que podía olvidarme incluso del anillo. Hyeong llevaba el cabello detrás de los hombros en ondas discretas. Y las cintillas que sujetaban su escote eran tan tenues que parecía que iban a romperse.La seda roja le cubría un poco más arriba de la rodilla y sus zapatillas blancas jugaban con la mínima cordura que llevaba en ese momento.
—Te ves...—la sujeté de la cintura—tan hermosa—empujé mis labios sobre los suyos.
—Pasé una hora completa haciendo mi cabello, esperaba que dijeras eso—me besó en la mejilla—. Me gusta tu corbata.
—¿Y qué tanto te gusto yo?—jugué con la tela de su vestido.
—Mucho más que la corbata es definitivo—sonrió modosa.
El móvil de ambos sonó antes de poder decir otra cosa. Y cuando vi el nombre de Jungkook en la pantalla y escuché a Hyeong decir "estaré ahí pronto". Supe que las cosas iban mal.
No podría pedirle matrimonio esa noche, y ahora tendría que buscar otro momento para decírselo. Además de ser decepcionante, era preocupante.Conduje hasta el hospital escuchando las disculpas sinceras de mi novia. Me sentía orgulloso de ella por muchas cosas, pero la forma en la que vivía su profesión me volvía loco en todo buen sentido.
Bajó rápidamente del auto dejándome un corto beso en los labios y yo corrí a buscar a Jungkook a la sala de espera. Y justo cuando estuve sobre la entrada, resbalé con la lluvia y una de las ambulancias me mojó toda la ropa. Entré goteando mientras mi hermano se disculpaba solo con la mirada.—¿Qué sucedió?—me quité el saco.
—Es apendicitis, cuando llegué a casa Youngsoo estaba tratando de bajarle la fiebre. Él tenía los mismos síntomas que tú, así que lo traje aquí. Lamento haber arruinado tu cita.
—Está bien—suspiré—, de todas formas me acobardé.
—Iré a traerte una de las mudas de Jungkook—Youngsoo se levantó para salir de ahí. Sabía que además de necesitar un cambio de ropa, necesitaba un consejo de mi hermano.
—¿Llevas ropa en el auto?—me senté a su lado.
—Cuando tienes hijos necesitas estar preparado para cualquier cosa. Jiyoung es bastante descuidado y lo derrama todo.
—Por supuesto que sí, él es igual a ti—me reí con menos presión. Todo lo que importaba era que las cosas salieran bien. Habría tiempo para hacer lo que quería en algún otro momento.
—Lo sé. Es por eso que también es muy guapo—se regodeó—. Yoon—carraspeó la garganta—, escucha. Está bien tener miedo, todo lo nuevo asusta. Estoy seguro de que ni siquiera en otra vida, Hyeong te diría que no, la forma en la que ella te mira ni siquiera puede explicarse. Te ama.
Aunque las palabras de Jungkook sonaban con tanta razón. Continué sintiendo miedo. Me mantuve pensativo durante toda la hora en la que esperamos, no solo se habían arruinado mis planes. Ahora llevaba una pijama de superhéroes y mi cabello estaba hecho un desastre.
—Todo está bien—Hyeong salió al fin—, sólo debe quedarse en observación un par de días. Justo ahora deben estarlo subiendo, pueden ir a verlo.
—Gracias—Youngsoo la abrazó con fuerza—, muchas gracias.
Jungkook fue detrás de su esposa mientras Hyeong me miraba confundida.
—¿Qué le pasó a tu ropa?—se sentó junto a mí.
—Una ambulancia saltó sobre algunos charcos en el estacionamiento. Y Jungkook llevaba solo este repuesto en el auto. Me veo algo ridículo...
—Me encanta—se recargó para descansar la cabeza en el asiento—, luces muy tierno.
Quise ocultar el rubor de mis mejillas mirando en otra dirección. Eso era lo que me hacía sentir seguro de mi decisión. A ella en realidad no le importaba lo que llevaba puesto ni siquiera.
—¿Doctora Jung?...se olvidó de esto—el chico extendió la mano sobre la Palma de Hyeong.
—Gracias Park—le sonrió—, me habría vuelto loca sin el.
Fue muy difícil entender el contexto. Sólo era un botón brillante colgando de una cadena, como si fuera un dije. Aún después de todo, no me había percatado lo que era exactamente.
—¿Porqué llevas un botón en el cuello?
—Es tuyo. Lo dejaste en mi habitación cuando te escondiste de Hara en el armario. Y antes de ir a Londres, lo encontré en el suelo. Era todo lo que tenía de ti, y no quería perderlo. Así que lo colgué en mi cuello, me daba algo de ánimo y luego comencé a llevarlo como un amuleto de la suerte.
Esa chica definitivamente no necesitaba un anillo. Sin embargo, yo quería ponerlo en su dedo más que nunca.
—Cásate conmigo—tragué duro—, sé que no necesitamos un papel. Pero yo, quiero que cuando sientas miedo, mires la argolla en tu dedo y no sólo el botón. Porque eso significará, que estaré a tu lado por el resto de mi vida.
—¿Hablas en serio?—sus ojos se inundaron de emoción—, sí, sí.
—Nunca en mi vida he hablado tan en serio—le extendí la caja y pretendí arrodillarme pero la espalda me estaba matando—, lo lamento, pero resbalé hace un rato—bufé sosteniéndome de la pared.
—Eres un niño—se burló llena de buena intención ayudándome a ponerme de pie—, si no llevaras el pijama de Jungkook, te lo arrancaría—sus labios subieron en un roce discreto hasta mi oído.
Hyeong era el complemento perfecto, siempre me ayudaba a vencer el miedo y usualmente, decía todo lo que yo quería decir impulsándome a ser yo mismo. Jamás volvería a tratar de andar sin ella.
—Bien, vamos a casa. Tengo muchas otras cosas que si puedes arrancar—la tomé de la mano.
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naughty|m.yg
Fanfiction«Jung Hara pasó a segundo plano cuando conocí a Jung Hyeong» -Historia original, sin copias ni adaptaciones. -Yoongi no es el típico chico malo. -Lenguaje sexual y explícito en algún capítulo o dos... -Editando.