Esto ocurrió hace muchos años. Yo aún era un niño, solo tenía 11 años.
Recuerdo que era un noche lluviosa, y fría, estaba terminado de cenar con mi madre - ella y yo éramos los únicos habitantes de la casa - cuando de repente alguien tocó a la puerta.
Para cuando mi madre volvió, un muchacho de ojos café oscuro, que no podía tener más de 15 años, estaba a su lado. Era el hijo de el señor y la señora Park, viejos amigos de la familia. El chico se llamaba ChanYeol, y era de lo más extraño.
Mi madre y yo creíamos que tenía anemia o algo así, por el pálido color de su piel; pero ChanYeol estaba más sano que un semental. Era muy solitario, y jamás se exponía directamente al sol. Por las noches, los gatos, murciélagos y ratas rondaban su habitación. Pero al final nos volvimos muy buenos amigos.
Todo el tiempo estábamos juntos.
También recuerdo que me encantaba su cabello azabache, corto normalmente, el cual aun asi lograba camuflar parte de sus orejas que solían destacar mucho. Y a pesar de que los dos éramos chicos, yo podía pasar horas mirandolo fijamente o escuchando todo lo que el tenía para decir.
A veces, cuando salíamos a caminar por los campos, o incluso en la casa, él solía decirme: "Eras mío, eres mío... y lo serás por siempre" yo siempre le regañaba, diciéndole que no hiciera comentarios así, que no era apropiado.
Cierto día en particular, los dos estábamos sentados bajo la enorme sombre de un árbol, cuando una marcha fúnebre paso a nuestro lado. Debido a mi corta edad me alarmé mucho.
-- Mejor vámonos ChanYeol - chillé.
-- No... aguarda un segundo -- dijo el pelinegro, de momento, entrecerrando los ojos -- ¿no es la esposa del herrero?
-- Supongo que sí, ella enfermo muy grave hace siete días. Mejor vámonos, ¿es qué no recuerdas lo que dijo mi madre?
En nuestro pequeño pueblo, más o menos por la fecha en la que llegó nuestro huésped, comenzó una extraña epidemia. Los que enfermaban caían en una horrible depresión, y su sangre cada vez era menos funcional, se volvía como agua. Y a los siete días morían.
Después de que llegamos a casa nuevamente, me fui a dormir. Estaba a punto de quedar en lo profundo del sueño, hasta que sentí como algo se subía por la parte posterior de mi colchón. Abrí los ojos muerto del miedo, como es común en un niño; pero resultó ser nuestro huésped, lo cual me tranquilizó mucho.
Sin pedir permiso se acomodó junto a mi, bajo las mantas, y puso su mano sobre mi pequeña cintura.
-- ¿Qué estás haciendo en mi cuarto tan tarde ChanYeol? -- le pregunté sin moverme.
-- Solo... quiero hacerte compañía -- respondió encogiéndose de hombros, y acercándome más a él.
Yo no entendía que pasaba, yo sabía que esto estaba mal, dos hombres no pueden estar abrazados en la misma cama, pero no sabía por qué estaba mal, además, no sabía qué hacer, ChanYeol era mucho más grande que yo y eso, pero no me estaba haciendo daño, y su acción no me desagradaba. Hasta que...
-- ¡Hey! - chillé -- ¿Qué es lo que estás haciendo? -susurré en la oscuridad, mientras detenía su mano que estaba bajo mi camisa.
Él solo sonrió, y sin decir nada se dio la vuelta. Para cuando desperté, ChanYeol ya no estaba en mi cuarto, y supuse que ya había bajado a desayunar.
-- Madre... ¿Haz visto a Yeol? -- le pregunté restregándome los ojos, mientras me sentaba a la mesa.
-- No cariño, aún no ha bajado... ve y despiértalo, ¿Está bien?
Asentí, y subí corriendo hasta la habitación del chico.
- Oye, Park , ya despierta, vamos de desayunar - llamé fuertemente, golpeando la puerta de su cuarto, cuando lo llamaba por su apellido era señal de que se apresurara, era una pequeña señal para ahorrarnos palabras.
Como no obtuve respuesta lo intenté una, y otra y otra vez, sin éxito. El miedo se apodero de mi cuando descubrí que su puerta estaba cerrada por dentro.
-- ¡Mamá, ven rápido, ChanYeol no me contesta, y su puerta no abre! -- grité con desesperación.
Ella subió corriendo con su juego de llaves, frenéticamente buscó la llave, y abrió la puerta, solo para descubrir que... la habitación estaba vacía.
Mi madre y yo lo buscamos hasta el cansancio por toda la casa, y los campos cercanos, incluso pedimos ayuda de los pocos vecinos que teníamos, pero la búsqueda no tuvo éxito sino hasta siete horas después de que el chico desapareció.
Por azares del destino, algo me obligó a buscar de nuevo en su habitación, y allí estaba él... durmiendo plácidamente sobre su cama. Rápido les di aviso a los mayores.
El doctor lo revisó y no tenía nada malo. Después de que él comió y descansó lo suficiente, mi madre le preguntó más de un millón de veces: ¿En dónde te metiste Park ChanYeol? pero el chico jamás contestó.
Más tarde ese día, cuando el sol se ocultaba, él y yo fuimos a caminar, hasta el puente de piedra que estaba sobre un pequeño río que atravesaba el pueblo.
Había una hermosa Luna de Enero, llena y anaranjada. ChanYeol tomó mi mano.
-- ¿Me amas KyungSoo? -- me preguntó él.
-- Sí Yeol... sí te amo.
-- Entonces escapa conmigo, esta noche... así podremos estar los dos juntos por siempre -- sus ojos tenían una mirada suplicante y bastante convincente, pero debía ser firme, el sabía perfectamente que yo no podía irme.
-- No puedo hacerlo, tengo que cuidar a mi madre.
-- Entonces... supongo que esta será la última vez que contemplaré la Luna contigo.
Con un rápido movimiento ChanYeol unió sus pálidos labios con los míos, otorgándome así mi primer beso. Aquello no duró mucho, ya que yo era muy inexperto.
Regresamos a casa, y él se metió conmigo en la cama, otra vez. Nos besamos mucho, hasta que me quedé dormido. Y esa noche, fue la última vez que vi a Park ChanYeol.
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🍷De sangre fría y piel desnuda.🍷 [ChanSoo]
Fanfiction¿Realmente se puede confiar en tu primer amor? ¿Realmente el amor es de color rosa? Aqui queda demostrado, que el color del "amor" es el carmesí, y que el amor en sí puede ser la mayor ceguera. *** ⚠Contenido para adultos. ⚠No apto para gente sensi...