"Mi realidad" - Larry Stylinson

Capítulo 17 - Estoy harto.

Narra Louis.

Enamorarse es como saltar de un edificio, tu cerebro te dice que es una locura y no debes hacerlo, más tu corazón te grita que puedes volar. Al final tu corazón termina roto por la enorme caída, se parte en más de mil un pedazos y cada uno de ellos te dice que lo vuelvas a intentar. A pesar de estar heridos, algunos muertos, te gritan y opacan tus pensamientos lógicos. Y terminas siendo feliz, sufriendo, por alguien que no te merece. Pero al final de cuentas, nadie, NADIE, va a venir a sonreír por ti, nadie te puede enseñar a ser feliz, la felicidad llega por si sola cuando sabes que la buscas, pero las personas son tan mierda que te la arrebatan, porque tu dolor es la felicidad de ellos.

Juegan contigo como si fueras un juguete, te ven débil y roto, y ellos siendo tan "grandes y fuertes" se atreven a maltratar lo último que queda de ti, destruyen tu cuerpo, agrietan tu autoestima. Te matan.

Lenta, silenciosa, y dolorosamente.

No permitiré que me asesinen, si voy a morir no será por ellos, si no por mí mismo.

Harry no me quiere, ni mucho menos me ama. Utilizo mis sentimientos para satisfacerse con mi cuerpo. Eso es todo lo que él es. Un mentiroso.

No puedo contar mis lágrimas, sería parecido al que intenta contar los granitos de arena. Interminables. Lo que sí puedo decir, es que he llorado por mucho tiempo.

Después de que "hice el amor" con Harry, me quede en su casa a dormir, regrese en la mañana al orfanatorio con todo el mundo histérico y preguntando por qué no había vuelto. Al día siguiente fui a su trabajo y él no se encontraba, fui a su casa más tarde y no estaba, el fin de semana iba a ir otra vez, pero Elsie vino al orfanatorio para visitar a Niall y me quito la llave de su casa. No quise volver. Seguí buscándolo en su trabajo, pero nunca dejaba un mensaje para mí. Desapareció. Intente hablar con Elsie, pero tampoco la veo. Hable con Niall y me dijo que Elsie no le ha dicho nada al respecto. Después de dos semanas de actuar como idiota, me permití llorar. Acepte que había sido utilizado como un juguete y que la única razón para vivir fue toda una patraña. Una mentira cruel.

Me volví completamente loco después de una semana de llorar, me metí en una pelea con otros internados de aquí y me encerraron en un cuarto completamente blanco con una camisa de fuerza. Cuando traía esta puesta recordé la principal razón por la que estaba ahí, no era por lastimar a alguien más, si no por lastimarme a mí mismo. Me sacaron una semana después. Fui a mi cuarto y he estado encerrado aquí por seis días. No he salido para nada, apenas me levanto para ir al baño.

Ya no veo a Niall. Me cambiaron de habitación porque tenían miedo de que lo lastimara.

Abigail me trae comida y se está a mi lado esperando a que la coma. Por supuesto que no lo hago, entran dos hombres a la habitación y con suerte meten a la fuerza, la mitad de la comida de la bandeja, a mi boca, después se cansan y se van. Tengo mis labios muy resecos y estoy muy delgado. Mis costillas sobresalen y ya no tengo carne en mis brazos, solo alcanzas a ver los huesos, me duele cada vez que intento levantarme por la falta de movimiento físico. Las lágrimas siempre están presentes en mi rostro, tengo grandes bolsas color malva debajo de mis ojos, no puedo dormir dos horas seguidas sin tener pesadillas o soñar, lo malo es que el sueño, está siempre basado en la misma mentira.

Cuando me atrevo a verme al espejo veo mis ojos, muertos. Ya no sirven. Todo se ve borroso siempre, a veces no logro reconocer a Abigail y le grito que se vaya. Que me dejen morir en paz. Sí el destino planeo que yo debía estar solo, entonces viviría y moriría solo. La cosa es que yo no he vivido, y lo que he vivido, como ya dije, es una patraña.

Estoy harto.

Me siento en mi cama. Sollozo. Si alguien oyera mi llanto, podría sentir a través de sus tímpanos, el gran dolor que se escapa de mis labios. Pero ya nada de eso importa, pues nadie puede ayudarme con esto. A las únicas personas que extrañare serán a Niall y Abigail. Fueran las únicas que me demostraron que me querían. Al menos me iré un poco reconfortado, de que no muchos van a sufrir mi partida.