Capitulo 18: Sentimientos

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Luna

No sabia que hacer, lo que Franco me había dicho cuando lo llame, eso de que iba a hacer la vida imposible de Noah si no volvía con el, fue una locura.

Tendría que haber aceptado salir con el desde el primer momento, y así no habría destrozado dos sentimientos de Noah.

Podría haberle dicho que estaba confundida y listo, no tener que decirle todo lo contrario a lo que pienso.

Cuando el llego a mi casa para cenar con sus padres, intento besarme y le corrí la cara.

Y cuando estábamos cenando, mantuvo los ojos en mi todo el tiempo mientras yo agachaba la mirada.

Estaba pensando que si el pensara que yo cambie de opinión, se enojaría y perdería el interés, así que la que tenia que arruinar las cosas seria yo.

- Santo cielo...Que te pasó en el rostro? te pisó un camión acaso?- dijo la mama de Kendall horrorizada de lo que veía en su ceja, un moretón morado.-

-Oh esto?- dijo con naturalidad -Ha sido Noah- levantó una ceja mientras todos, incluyéndome miramos a Noah.

- Cómo?- preguntaron todos.

Antes de darle la oportunidad de seguir hablando para hundir a Noah, se me ocurrió algo. Algo de lo que quizá me arrepienta y que probablemente me sienta triste y que el piense que lo defraudé; pero que salvaría a Noah.

- Franco- le dije mientras el me miraba con su sonrisa maléfica - necesito que me ayudes con unas notas que no encuentro en mi habitación, las tenias tu, ayúdame a encontrarlas.-

Me levanté y me siguió, mientras me iba caminando traté de no mirar a Noah para no recibir ninguna mirada de desaprobación.

Una vez fuera de esa sala, pasamos por el living, subimos las escaleras y abrí la puerta de mi habitación dejando que el entrara primero.

Se sentó cómodamente en la cama como si nada hubiera pasado, me cruce de brazos, matándolo con la mirada.

- Que acabas de hacer ahí?- le dije señalando a un costado como si el comedor estuviese a un lado.

Me mira confundido -Yo ya te avisé. -

-Qué es lo que  quieres?- le dije, y lo recordé, el quería que yo regrese con él.

- Además de engañarme eres idiota, Qué no te lo dije ya?-

Estaba muy confundida, este no era el Franco que yo conocía desde hace diez años, el había cambiado en muy poco tiempo.

- Que yo te engañe?- bufé -Ya dices cualquier cosa.

Me miro por unos segundos hasta que levanto las cejas, se mordió el labio, levanto los hombros y sacudió la cabeza como si tratara de decirme… y???

- Volveré- le susurré con un suspiro.

- Que?- me dijo como si no hubiese escuchado.

- Que si, volveré contigo- dije bastante enojada.

Me abrazó fuerte -Oh! mi pequeña Luna-

- Pero ahora cumple, ve allá y diles alguna excusa sobre por que estas así, no lo metas a Noah-

Mientras salíamos de la habitación el decía.

- Lo sé, lo sé- y luego me beso, y al termino de eso apareció Noah.

El resto de la conversación, era el no entendiendo nada, y yo diciéndole que no sentía nada por el, lo cual me dolió mucho.

Para que el deje de sufrir, lo que tenia que hacer era que piense que yo nunca lo quise, el se enojaría al principio, pero eso le dará razones para no querer acercarse a mi.

Decirle todas esas cosas en verdad me dolió, pero no veía otra opción, fue lo primero que se me ocurrió.

Me sentía como una completa idiota y malvada que lastimó sus sentimientos.

Hasta que Franco termino la conversación y eso me ayudó.

Antes que terminara la cena Noah se fue, y no había que se un genio para darse cuenta que estaba muy enojado.

Todos se empezaron a ir y Franco me beso diciéndome algo como ‘‘adiós corazón’’

Me di una ducha, me cambie con mi pijama, me seque el pelo, me desmaquillé y antes de ir a acostarme salí al balcón, siempre hacia eso cuando quería pensar sobre algo mirando la hermosa Luna.

Después de unos minutos de estar sentada en una silla que coloque en el balcón, recibí un mensaje de Noah, una sola palabra.

Decepción.

En el momento que lo leí, tire mi celular al piso y comencé a llorar, todo lo que quería hacer era tomar el teléfono y llamarlo, decirle que lo quería y que venga a mi casa, para correr en sus brazos y llorar en ellos pidiéndole perdón.

Pero no podía hacerlo, todo lo que podía hacer era llorar mientras nadir me oía.

Tentacion InfernalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora