Temporada de Caza

Protégela ante todo

Hola de nuevo. Hacían muchos meses que no actualizaba. No recordaba algunos detalles de la historia así que tuve que releer. Decidí corregir algunos aspectos de la ortografía y la gramática y añadir o sustraer algunas pequeñas porciones de la historia así que les sugiero releer.

También cambié mi dispositivo lo cual me facilita redactar y editar. Gracias al 2020, al coronavirus y a la cuarentena tengo más tiempo así que decidí retomar la historia.

Espero que disfruten y recuerden que estoy abierta a sus críticas constructivas y/u opiniones.

Con amor, Lee 💫✨

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-¡Corre, se está acercando! No pares- es lo único que logro decir entre jadeos. Ella viene detrás de mí, agarrada de la mano. Veo cómo se alborotan las ramas de los árboles detrás de nosotros, la maldita viene volando.

Siento que ella aprieta mi mano, desesperada, su cabellera del color del fuego se pega a su cara por el sudor, a pesar del frío que hace, ambos sudamos.

-N-no pu... no puedo. T-tu si-sigue sin mí.

Ella logró decir eso respirando mal, antes de desplomarse. Estaba asustado, mire a todos lados, no la veía en ningún lugar.

"Seguro la perdimos"

Claro que no. La subo a ella a mi espalda. Continúo corriendo lo más rápido que puedo, estoy cansado y hambriento, pero no la dejaré aquí, recibió un hechizo temporal, que causó que se desmayara, era solo sueño. Ella no quería hacerle daño, solo dormirla porque sabe que no la dejaré aunque me haga más lento.

Ya estaba agonizante, pero no podía parar, nos alcanzaría. Me detengo un segundo. La bajo. Bien, es hora de las reservas. Cierro los ojos y rápidamente comienza a salir pelo por todo mi cuerpo. Mis instintos se agudizan. Mis uñas pasan a ser garras. Mis colmillos crecen y los siento salir de mi hocico. Mis orejas suben de los costados hacia arriba de mi cabeza, despertando mis sentidos. Mi espalda se arquea notoriamente y mi cola sale rompiendo mi pantalón. Siento como mi estatura también aumenta y sé que ya terminé de transformarme. Gruño a la nada, sabiendo que ella podía verme, escucharme. La cargo de nuevo, ahora en mis brazos, cuidando su cabeza. Olfateo un poco para asegurarme de que sigue viva. Efectivamente lo está.

Sigo corriendo, esta vez salto troncos y piso ramas rotas que pueden ser peligrosas para cualquier humano. Siento mi energía algo renovada, posiciono mis orejas hacia atrás intentando atrapar cualquier sonido, aparte del mío al correr. Pero nada. No se oye nada.

"¿Acaso ya dejó de seguirnos?"

No. Ella me quiere muerto. Miro a la chica en mis brazos. ¿Cuándo dejé de verte como una niña tierna y te empecé a ver como toda una mujer? ¿Cuándo?

Empiezo a reducir mi velocidad poco a poco, hasta que me detengo, confundido. ¿A dónde se fué?

Como por arte de magia, aparece frente a mi con una sonrisa maléfica y terrorífica, de lado.
Acto reflejo suelto con cuidado la mujer en mis brazos y tomo la otra del cuello con toda mi fuerza, y empujo de un paso su cuerpo contra un árbol, con toda la rabia del mundo, sé que ella puede notarlo, mi pecho sube y baja con fuerza.
Ella ríe ante el hecho, ríe mientras pone sus manos alrededor de mi brazo, enorme en comparación con sus manos, pequeñas, delicadas, perfectas... malditas. Sacudo mi cabeza para sacar esos recuerdos. Esas manos que tanto me acariciaron, esas manos que tanto tuve entre las mías, que tanto besé, que tanto amé.

Pero eso es. Sólo pasado.

Al recordar eso aprieto mi mandíbula y le muestro mis colmillos. Ella borra la sonrisa de su rostro y decide hablar.