Hogar, dulce "hogar"

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Veo el final del camino de tierra, y dejo salir un gran suspiro de pesadez. El final del camino marca la cercanía a mi casa. A mi familia. A mi "padre" para ser más específico.

Aparco la camioneta justo al final del camino, coloco dos conos anaranjados justo detrás y cierro las puertas. Sé que papá odia que me transforme, pero el único momento del día en el que me puedo sentir vivo, es cuando voy camino a casa por el bosque. La adrenalina de correr libremente como un lobo por el bosque es lo mejor de mi vida. O debería decir, lo único verdaderamente bueno de ella.

Me transformo y sostengo la mochila entre mis dientes... y corro. Corro por el bosque, entre las hojas amarillas que anuncian el otoño, con la hierba húmeda entre mis patas, rozando de una forma placentera.

Veo un montón de hojas secas apiladas de forma natural. Reduzco mi velocidad y una pregunta ronda mi mente...

"¿Lo hago?"

"Eres un bebé"

"Soy un lobo"

Amplío mi sonrisa y decido seguir mi instinto. Me desnudo, no sin antes mirar a mi alrededor. Nadie puede verme desnudo y convirtiéndome en lobo.

"Además no deben ver nuestro sexy cuerpo Luks".

"Lo sé amigo, lo sé".

Siento cómo mi olfato mejora mientras sale pelo por todo mi cuerpo. Mis uñas se convierten en garras y la musculatura de mi cuerpo se triplica, mi fuerza aumenta, mi hocico se hace notar y mis colmillos sobresalen dejando notar mi majestuosidad, y no es por presumir. Pierdo la noción de la mayoría de las cosas y dejo a mi lado salvaje tomar el control.

Sé que una vez que vuelva a mi estado humano, no recordare la mayoría de las cosas que hice como lobo, solo pinceladas. Así que no podre arrepentirme de nada si no lo recuerdo.

Comienzo a olfatear y escarbar nada en específico en medio del bosque y de pronto me llega un olor algo... ¿Familiar?

No tengo idea de qué sea. Sé que no es un humano, pues no huele como tal, pero puedo oír el ritmo de sus pisadas: el mismo ritmo de pisadas de un humano. Pero ese olor, desconocido y a la vez tan familiar, no es de un humano.

Me acerco cada vez más al lugar de donde proviene el olor y me escondo detrás de unos arbustos al ver lo que llama mi atención y da lugar a mi curiosidad. Como si de un vals se tratara, bailaba una gran mariposa del tamaño de una mano humana, de color azul eléctrico, encima de un gran y espeso matojo de fuego, danzando al compas de la canción del viento y las hojas del otoño, con manos que se extienden hacia ella, tan gloriosa, como jugando...

"¿manos? ¿Desde cuándo el fuego tiene manos?"

"no lo sé, tu eres el genio"

Me quedo mirando fijamente y veo una ¿niña? No puede ser una niña, ni siquiera huele como un humano. Ella termina su baile y voltea enganchando su mirada a la mía. Al verme, la música que ella bailaba se detiene, el fuego en su cabello se apacigua, pero sin apagarse, la mariposa se mantiene suspendida en el aire esperando el regreso de su compañera, ella deja de respirar, yo dejo de respirar, ella con sus labios rosados, entreabiertos, me mira con unos hechizantes ojos verdes, tan verdes como la foresta del bosque en plena primavera, tan inocentes y vírgenes, sin pestañar ni una vez, como si de un juego se tratase. Yo permanezco inmóvil tratando de comprender como una criatura tan tierna podía tener la forma de un repugnante humano.

"¿Por qué no corres pequeña?"

Cuando percibo que sus músculos empiezan a trabajar para moverse, me escondo detrás de un árbol enorme que estaba junto a mí. Escucho sus pasos de nuevo, pero en ver de correr como yo penseque haría, está caminando hacia mí. Salgo de mi escondite de un salto, con el propósito de darle un buen susto y que corra asustada, y ella da un respingo hacia atrás, pero no se mueve.

Temporada de CazaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora