-Bien, sígueme, es por aquí. Conozco todo el camino.
-Claro- alargo la "a" y ruedo los ojos - has venido tantas veces a robar que ya debes conocerlo como la palma de tu mano, ¿no?- digo sarcásticamente.
Lexa suspira fastidiada mientras sigue caminado. Siento como la maleza del bosque razguña mis tobillos mientras caminamos, pero lo ignoro, ya estoy acostumbrada a esto.
-Sky, el hecho de que tomemos provisiones no nos hace ladronas. Solo es... -toca su frente como si estuviera buscando la palabra correcta. Algún sinónimo de ladrón.- Abastecerse. Eso es. -dice sonriendo como si fuera lo más normal del mundo.
-Sí, ajá, cómo no- respondo al fin, molesta. La matriarca insiste en que, solo los adultos y adultas de la manada vallan a la ciudad, por ello, nuestras provisiones en el bosque son escasas y la manada necesita de más comida pues, crece cada vez más, al punto de que al principio sólo éramos La Gran Ma y nosotras, Lexa y yo, luego otros cambiaformas fueron llegando al lugar donde vivimos.
Al dar refugio a desconocidos de la misma especie, la familia de Gran Ma creció hasta llegar a ser lo que somos, una manada que vive unida y se protege de los seres "humanos", aquellos que destruyen todo a su paso y se hacen llamar "racionales". Por otro lado, los adolecentes debemos contentarnos con las historias que los adultos cuentan, y pues los niños, jugar y aprender a afinar sus instintos.
-Skyler- dice Alexa en un susurro-; desde aquí nos vamos en 4. No podemos arriesgarnos a que nos vean.
-Hjm -suspiro y sonrío de forma pícara-; con que en cuatro, ¿Eh? Sí que eres una zorra...
Escucho una carcajada de su parte y juro haberla escuchado decir "pervertida" entre risas. La veo negar con la cabeza para luego transformarse en animal. Su cuerpo empieza a hacerse pequeño y de ella salen pelos tan rojos como el fuego, tan rojos como su abundante cabellera. Y es que Alexa ha sido la madre que nunca tuvimos, y la amiga que siempre necesité y necesito. Y no es que Gran Ma no nos atienda, pero tiene deberes más importantes que nosotras.
Volviendo a Lex, no sólo es mi hermana mayor, también es mi mejor amiga y mi compañera en travesuras y diversiones, pero, a pesar de ser 4 años y medio mayor que yo, aún a sus 21, no es lo suficientemente madura para algunas cosas. Tiene un aire de adolescente rebelde que ni yo a mis 17 lo tengo. Pero no la culpo. Ella ha visto y vivido cosas que yo no. Conoce el mundo más que yo; o al menos ha convivido directamente con humanos y además tiene una residencia en el pueblo a orillas del bosque y un trabajo allí, pero viene al refugio los fines de semana y durante sus vacaciones- como ahora, que tiene días libres -. Así que sólo me queda oír sus historias, y las cosas que dice protestando por los derechos que los adolecentes deberíamos tener en la aldea.
Decido seguirla del mismo modo y empiezo a transformarme. Mi frondosa cabellera no tarda en desaparecer y reaparecer por todo mi cuerpo, mientras mi estatura disminuye, mis sentidos se agudizan, mis orejas se vuelven a sobre mi cabeza, mis piernas y brazos pasan a ser cuatro patitas peludas y de color rojo oscuro al llegar a sus extremos, degradando el color rojo fuego que cubre ahora la mayor parte de mi piel, siendo más bien, mi pelaje.
Corro tras Lexa, ahora con más agilidad que antes, ya que mis patas forradas de pelo son perfectas contra la hierba y la maleza.
Disminuyo la velocidad al ver que Alexa se detiene detrás de un arbusto. Al verme, toma su forma humana de nuevo y yo hago lo mismo, acomodando un poco mi ropa al terminar de retomarla, pero ambas agachadas para que el arbusto nos cubra.
-Bien Sky, esa es la casa- señala un lugar y miro hacia allí curiosa. No era una casa, era La casa. Una hermosa choza de gran tamaño, de dos niveles, con un toque antiguo pero elegante y sencillo a la vez. Tenía ventanas de vidrio, a través de las cuales se podian ver unos hermosos juegos de cortinas color beige y marron. La choza estaba ubicada justo en una llanura, que curiosamente, estaba justo en medio de nuestro bosque. Estamos desde la parte de atrás así que no se aprecian muy bien los detalles, y la llanura redona era amplia, pero algo sí era seguro: es una casa hermosa según veo. Una mano se sacude rápido frente a mi cara sacándome de mis pensamientos, pestaño un par de veces y luego vuelvo a la realidad-; ¡Skyler! ¿Al menos escuchaste lo que te dije?- reprocha una Alexa muy enojada. Me mira fijo a los ojos esperando una respuesta de mí y le doy una sonrisa inocente, mientras me encojo de hombros. Ella suspira molesta (casi gruñe) y se lleva una mano a la frente para hablarme de nuevo-; escucha, Skyler presta atención porque no te voy a repet...
No la dejo terminar. ¿Por qué se supone que debo ir yo?
-Oye, oye, oye, para tu hibernación ahí- ella se calla de pronto y me mira confundida.-; Yo vine a acompañarte y a ayudar a llevar las provisiones, yo no soy ninguna ladrona para entrar a una casa en la que no vivo y tomar cosas que yo no he comprado- esto lo digo seria a mi hermana y ella abre los ojos como dos platos y luego me mira, algo molesta pero luego se ríe, divertida. Mi expresión seria cambia a una confundida. Ella sin duda es bipolar.-¿De qué te ríes?
-Sky querida, tan inocente y dulce.- ok. En definitiva es muy bipolar- Skyler, no eres una... -hace un gesto de asco, o eso intenta- "ladrona". Pero si te molesta está bien, decidamos quién irá, ¿Piedra, papel o tijeras?
La verdad es que ese juego Alexa me lo había enseñado a mis 14 años, cuando cumplió la edad suficiente para explorar el mundo. Cada vez que tenemos discusiones tontas, jugamos piedra, papel o tijeras y la que gana el juego, esa gana la discusión. Infantil, lo sé, pero al menos no nos odiamos tras una pelea.
Me permito cambiar el semblante a uno más amigable y luego digo que sí asintiendo. Unos cuantos rayos de sol se filtran entre las hojas de los árboles, haciéndome cerrar un ojo, mientras me percataba de que el sol nos decía algo: el atardecer se acercaba. Está casi entrando el otoño, ya las hojas del bosque se ven amarillas, indicando que falta poco para que el bosque se llene de la anaranjada danza de las hojas secas cayendo, adornando el bosque con ese paisaje rojo, naranja y marrón que tanto me gusta, ese majestuoso paisaje que camufla mi pelaje. Eso nos favorecía, pues oscurece más rápido y los de la aldea podemos pasar más tiempo fuera del domo.
Lexa y yo sacudimos los puños a la vez mientras decíamos al unísono: Piedra, papel o...
-¡Ajá! ¡Gané! Tienes que ir- Alexa estalla en carcajadas y yo, molesta, le golpeo el hombro.
-Cállate torpe, ¿No ves que nos pueden oír?- le reprocho y ella, haciendo silencio me mira con cara de pocos amigos y me pasa la bolsa de tela de mala gana, y yo la agarro de peor gana.
-Ya no me mires así, no es mi culpa ser tan buena en esto. -dice, provocandome. La miro mal y le gruño en respuesta. Doblo la bolsa lo más pequeña que puedo. Ella me mira extraña.-; ¿Qué estás...?-le pongo la bolsa doblada entre las manos.
-sosténlo.
Inmediatamente y dejándola con la palabra en la boca, me convierto en un pequeño zorro de nuevo. Luego doy un salto y tomo la bolsa doblada en mi hocico.
-Escucha, debes ir a la despensa y tomar algunos enlatados, solo lo más importante, para que no te pese la bolsa y la puedas traer, ¿Ok?Obviamente ella sabe que no puedo hablar, pues bueno, soy un zorro, pero sí puedo entenderla, así que ella continúa hablando.
-En el hibernadero hay hortalizas y verduras. Toma algunas, para esto ten cuidado. Creo haber visto una ventana que da al hibernadero. Fíjate en que no haya nadie dentro de la sala para entrar ahí. Toma algo que podamos cosechar en la aldea. Y por favor cuídate ¿si?
Con eso, crucé hábilmente entre los arbustos y, tras mirar a ambos lados, corrí hacia la casa, con el sol en mi lomo avisando que aún estaba ahí. Que de ser necesario me ayudaría.
El problema es, mi querido sol, que para ayudarme, necesito que te duermas. Perdóname hoy.
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Temporada de Caza
Fantasy-Todos han oído hablar de licántropos; hombres lobo nos llaman los humanos, pero, ¿mujeres mitad zorro? Y ¡ está ese lunático que se transforma en tucán! -Pues sí, joven Ludka, existen y no son los únicos seres mágicos que parecen ser irreales. ¿P...