Familia Wolf

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Voy de camino a casa después de la escuela en la camioneta de papá; la misma rutina de siempre, nada fuera de lo común, árboles altos de ambos lados del camino, el cantar de las aves, la brisa primaveral diciendome que el otoño se aproxima...

Siempre he sido aficionado con esa estación del año. Simplemente me parece perfecta, la forma en la que danzan las hojas anaranjadas al caer de sus respectivos árboles, el paisaje que crea el otoño cuando está en todo su esplendor es una vista majestuosa, imperial, imponente, acendrada. El otoño siempre fué y será mi estación favorita.

Apago el aire acondicionado y bajo los cristales para disfrutar del momento. Papá adora esta camioneta, pero yo sólo la uso porque necesito transporte. La preparatoria más cercana queda a unos 3 minutos del pueblo, pero desde el interior del bosque es más larga la trayectoria y papá insiste en que debo estudiar. Gracias al cielo este es mi último año.

Inhalo profundo el aroma a bosque, ese olor a hojas frescas, pino, hierba húmeda... sencillamente es el mejor olor. Me pierdo en mis pensamientos por un momento y decido únicamente observar el hermoso paisaje mientras llego a casa. Además la vista me ayuda a olvidar mis problemas.

Lidiar con papá, con los exámenes, el baile de otoño y cómo decirle a papá que no iré, y sobre todo, tener que lidiar también con humanos adolecentes y controlar mis impulsos para no causar un desastre.

"Querrás decir otro desastre"

"¿Quieres callarte?"

"No puedo. Soy una voz dentro de ti"

~•~•~•~•~•~

Dejo salir un gran suspiro. Al fin termino de limpiar. La casa no es muy grande pero todo sería más fácil con algo de ayuda. Vivir con tres hombres no es muy sencillo que digamos. Veo a Tripp salir corriendo de su cuarto por el pasillo, dirigiéndose a la cocina. Reduce la velocidad al pasar cerca de mí.

-Mami, ¿puedo salir a jugar con la liebre?

Lo miro con una ceja alzada, y luego sonrío por la ternura en su voz.

-Claro mi vida, pero no te comas a la liebre, ¿eh?

Él da un brinco y grita haciéndome exaltar.

-¡YUPI!-Sale disparado hacia la puerta puerta de la cocina, no sin antes gritar un gracias.

-¡No te ensucies de lodo, acabo de limpiar!- grito por último, no iba a limpiar de nuevo, claro que no.

-¡Si mami!

Niego y me río por lo bajo. Veo cómo se acerca Greg, bajando del ático con una sonrisa... ¿extraña? En el rostro. Eso significa problemas, conociendo a mi esposo.

-cielo, ¿Adivina a quién vas a a-do-rar cuando sepas lo que te diré?

Greg, como siempre presumido...

-no lo sé amor, ¿a ti?- pregunto, obvia.

-¡SÍ! ¡A mí!

Responde con una sonrisa. Debo admitir que mi hombre es bastante apuesto, con todo y la edad, que nos delata con algunas arrugas. Su cabello negro despeinado me recuerda a cuando lo conocí. Tan cruel y lleno de odio. Tan temido y con un alma tan dulce.

-¿Y por que te "adoraría" como dices?

Lo veo sacar una mano de detrás de su espalda con unos folletos. Apenas pude ver el primero, de color rojo sangre. Miro el folleto y lo miro a él extrañada, así que me acerco. Él se lanza de espaldas al sofá y yo me siento en mi sillón, frente a él.

Temporada de CazaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora