10 maneras de hacer sonrojar a Kirishima por Bakugou Katsuki

Forma N°5

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Había un bullicio en clases el profesor había salido unos minutos antes sin decir nada, la clase aprovechó esto algunos platicaban y otros peleaban, Katsuki estaba siendo molestado por dos de sus amigos quienes lo jaloneaban para que les explicara un tema de la clase próxima, el rubio ya arto de decirles de manera pacífica que lo suelten se levanta dejando a los otros dos desconcertados.

Volvea a ver a los jovenes mostrando una sonrisa un poco para que decir un poco, muy aterradora, los chicos se callan soltándolo y retocediendo se habían pasado lo sabían así que lentamente se alejaron de él viendo que no les quita la mirada  se acerca mientras tronaba sus dedos preparandose para lo que haría.

Los jovenes al no saber a donde huir porque si salían del salón sin permiso estarían en serios problemas, pero de eso a morir en manos de la bestia, preferían el castigo.

— ¿Qué sucede chicos por que se alejan sólo quiero estar con mis dos amiguitos? — decía de manera calmada con una sonrisa burlona acercándose lentamente ya cercas de ellos se prepara para lo que haría pero el profesor llega en ese momento.

— ¿Sucede algo jovenes? — sonríe de manera burlona al saber que pasaría si él no llegaba, escucha bufar al rubio mientras los otros dos le agradecen de haberlos salvado.

— No, no paso nada — dijo el rubio frustrado llendose a su lugar ya se las pagarían aquellos pedazos de mierda, no saldrían vivos.

El profesor los mando a sentar, ya que todos guardaron silencio cuando vieron a los tres jovenes hacer su escena, Kiri en su lugar leía un cómic como siempre ya estaba acostumbrado a esos dos y al arranque de enojo de su pareja, así que prefería leer y no meterce en eso, sino quien sabe como le iría a él.

— Experiencias de la vida — susurro para el mismo viendo ya al rubio a su lado.

— Esos idiotas me la pagarán luego — renegaba el chico.

— No deberías hacerles caso sabes que lo hacen a proposito y siempre caes —dijo en un susurro para que sólo él lo escuche.

— Tks, lo se muy bien pero es que son muy molestos me sacan de quicio — dijo suspirando y masajeando la sien.

Antes de que Eiji dijese algo, el maestro les dejo un trabajo el cual consistía en escribir un poema de cualquier tipo para cualquier persona, además que los que quisieran leerlo frente a clase lo podían hacer o siemplemente sólo los leería él.

Kiri volteo a ver a su rubio quien se puso en su pose pensativa, suspiro pensando en que poner, no se le ocurría nada, escucho una risa a su lado viendo como el rubio tenía una cálida sonrisa y le brillaban sus ojitos color rubi.

Viendo como empezaba a escribir sin que nada lo perturbará, así que él se puso hacer lo mismo, esto si que era difícil se dijo para él. Al ocurrirsele algo empezó a trazar letras sobre la hoja frente a el, escuchando bufar de vez en cuando al chico de alado.

Al paso de los minutos y faltando unos diez para que acabe la clase el profesor les dice que si alguien quiere leer su poema a todos, nadie se mueve y eso lo toma como un no, se estaba sentando cuando escucha como alguien se levanta y camina al frente.

Sonríe al ver que se trata del rubio, recibe sólo una sonrisa orgullosa de parte de él. Sólo se acomoda en su asiento esperando que Katsuki comience, ve como mira a alguien en el fondo al cual le hace señas para que lo escuche, aclara un poco su garganta mandando a callar a todos y empieza a leer.

— Como me encanta su rostro, trazos perfectos en su sonrisa, y su mirada, capaz de inocular el pensamiento de cualquier hombre.
Era un chico en llamas, su corazón ardía, quemaba fuerte, explosión de sentimientos.
Rojo como la sangre, blanco como la nieve; Se escucha murmullar por los chicos, el chico de cabello rojo.
Sus lunares, formaban galaxias, y su cuerpo enloquecía al demente. Su cabello combinaba a la par con sus ojos, su sonrisa con su mirada, y quizá sus labios con los míos. Juego de rostros, muecas, sus favoritas, ¿Había algo más perfecto que esto? Sus sentimientos.
Podría ser bestia, un santo, pero el era humano, era la encarnación del cielo y el infierno, era la perdición y el paraíso, el era un universo infinito.
Inalcanzable, gritaban ellos, rendidos ante su majestad; Es perfecto, lo adoraban como a un dios, el chico de cabello rojo, los tenía locos.
El chico de cabello rojo sería capaz de enloquecer a un demente... ¿Afirmo o cuestiono? Definitivamente ya estoy loco. Loco por él, por su cabello rojo, por su majestad, por su mirada pícara, por su sonrisa resplandeciente, y por su perfecto rostro.
Una obra de arte, la perfección, el chico de cabello rojo era amor, pasión y dolor.
Era, es y será, el hombre más hermoso que mis ojos puedan contemplar, la voz más bonita que mis oídos quieren escuchar, y lo sentimientos más puros que mi perdido corazón quiera palpitar.
Chico de cabello rojo, ¿Te dejarás amar por un loco perdido de amor?
Ten compasión, eres mi adoración — termino de relatar.

Dejando a más de uno con los ojos abiertos por tan hermosas palabras y el cálido sentimiento que expresaba, Katsuki sin quitar su vista de ese pelirrojo le sonrió, vio como este tenía los ojos abiertos no creyendo haber escuchado nunca unas palabras tan hermosas porque sabía que era dirigido a él.

Sonrió ensanchando la comisuras de sus labios, mostrando sus dientes en una sonrisa de pura felicidad, sintió su cara tornarse de un color rojo se había avergonzado, sintió la mirada de sus compañeros sobre él, todos lo sabían y él se sentía morir de vergüenza, se tapo su rostro escuchando pasos hacía donde él se encontraba levanto su mirada viendo a los ojos a su novio.

— Si que te vez lindo — dijo tomando asiento mientras sonreía, y el pelirrojo penso que ya podría morir en paz.

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"Forma N°5 — Dedicando un poema en clase"

Poema sacado de google escrito por: Linda Luna.