10 maneras de hacer sonrojar a Kirishima por Bakugou Katsuki

Forma N°8

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Último día de la semana todos los estudiantes estaban felices que saltaban de la alegría menos uno con carácter un poco explosivo, el cual se encontraba sumergido en sus pensamientos como era costumbre ya.

Un pelirrojo lo veía un poco preocupado llevaba varios días así casi no hablaban, y no lo esperaba para volver a casa, eso lo estaba poniendo con los pelos de punta, se formaban ideas en su cabeza que cada vez lo preocupaban más.

Se puso a pensar que pasaría si el rubio decidía terminar con él, se asusto de su propio pensamiento, tenía ganas de llorar tal cual niña asustada. Un pensamiento aún peor se vino a su mente y si el rubio estaba saliendo con alguien más el cual no le había dicho nada para no lastimarlo.

Sintió sus mejillas mojarse dandose cuenta de que estaba llorando, llamando la atención de sus compañeros, en especial la de un rubio que preocupado se levanta para ir al lado del pelirrojo. Eiji al ver al rubio acercarse se puso de pie y salió corriendo, dejando a todos confundidos.

Katsuki no entendía su actuar que demonios le pasaba a su novio, salió en su búsqueda, avisando al profesor de lo ocurrido. Busco por todos lados sin encontrarlo, hasta que se le ocurrió ir a la azotea, al llegar vio al pelirrojo hecho bolita en una esquina el cual lloraba sin parar, eso lo asustó que hasta corrió la poca distancia para llegar con él.

Al llegar lo abrazo envolviéndolo en sus brazos diciendo palabras consoladoras, besando su cabeza, cada vez el pelirrojo lloraba más y más, el rubio sin saber que hacer lo separo viéndolo a los ojos, buscando alguna señal de que jodidos le pasaba pero nada, lo beso robándole así el aire para que se consentrara en el beso.

Se separo viendo los ojos abiertos de Eiji, el cual sollozaba de vez en cuando. Volvió a abrazarlo sintiendo como el pelirrojo lo apretaba y balbuceaba cosas incomprensibles, beso su cara, su cuello, su hombro, escuchando una risita de Kiri.

— ¿Qué sucede cariño? — beso su frente haciendo que lo vea a los ojos.

— N...no es n...na...nada — decía soltando más lágrimas.

— Para ser nada estas llorando como una niña — dijo quitando mechones de su cara.

— Pi...pie...piensas de...dejarme — termino de decir limpiando sus ojos con el dorso de la mano y soltando sollozos.

— ¿De dónde mierda sacaste eso idiota? — golpeo su frente con un dedo.

— Basta, duele — dijo ya más calmado — es sólo que estaba pensando en porque de tu comportamiento estos días — dijo hablando calmadamente desviando su mirada.

— Si serás, neta que lo idiota no se te quita nunca — dijo de manera seria — dime, no te ha quedado claro todo este tiempo que te amo, porque si es así no se que estoy haciendo mal, y si aún dudas de mi amor por ti, creo que no he hecho lo suficiente y sera mejor entonces dejar las cosas hasta aquí — dijo de forma seria pero dolida.

Kiri al escucharlo decir todo eso, se puso a pensar que era cierto el rubio siempre lo trataba bien, además de que siempre le demostraba y decía cuando lo amaba, se sintió como un verdadero imbécil, salió de sus pensamientos cuando sintió que Katsuki se alejaba, no lo dejaría ir tan fácil, así que moviendose rápido lo alcanzo, aventandose encima de él tumbándolo.

El rubio se quejo del dolor al sentir un peso extra sobre él, se giro dejando a Kirishima debajo de su cuerpo, lo vio, que rayos pensaba ese pelirrojo, se a cómodo mejor quedando en cuatro sobre él agarrando sus manos para que no se moviera, bajo su cabeza hasta el cuello empezando a besarlo haciendo suspirar al pelirrojo.

— Te...tene...tenemos que h...hab...hablar... ¡Aaaah! — soltó al sentir que lo mordían.

— Estamos hablando — dijo mordiendo la clavícula de Eiji.

— Detente — dijo como pudo haciendo que el otro se detuviera.

— Muy bien dime de que demonios quieres hablar, porque creo que he sido muy claro — dijo serio el rubio.

— Lo lamento, creo que todo fue un malentendido, no quiero que nada cambie o termine entre nosotros, te amo con todo mi corazón — dijo empezando a llorar, mientras repetía que lo sentía.

— ¡Aaaah! — suspiro el rubio — de acuerdo te creo, pero no quiero que vuelvas a dudar de mi de acuerdo, porque si es así de que sirve que sigamos juntos — dijo un poco resentido.

— Tienes razón no lo haré más, cualquier cosa... — dijo siendo interrumpido.

— Me lo preguntas a mi, esta bien — dijo sonriendo, viendo como Kiri también sonreía.

— Ya que nos hemos saltado las clases, será mejor que nos vayamos — dijo levantándose.

— ¡Eh!, pero aún quedan clases, no podemos irnos — dijo Eiji, siendo llevado por el rubio.

— No preguntes y sigueme — dijo empezando a correr escaleras abajo.

— ¡Waaaaaa!, ¡Cuidadooo! — gritaba Eiji asustado.

Bakugou sólo se reía asustando más al chico, corrieron hasta salir de la Academia, el rubio se dirigió a la estación donde tomaría un tren que los llevaba fuera de la ciudad.

Eijirou no sabía que tramaba pero esperaba que nada malo, Katsuki llamo a su madre avisando que se tomaría el fin de semana y lo pasaría con Eijirou, así mismo le pidió que avisara a su suegra de su salida.

Al detenerse el tren bajaron de el para que posteriormente Bakugou volviera a correr jalando a Kirishima, quien aún estaba desconcertado porque no entendía nada de lo que estaba pasando, al detenerse Bakugou lo besa llamando así su atención, miro al frente encontrándose con un hermoso atardecer en un hermoso mar.

Se sorprendió para luego sentirse abrumado, no había avisado a su madre la cual se preocuparía, así que asustado se lo hizo saber al rubio quien sólo dijo que no se preocupara que su mamá ya sabía sobre ese pequeño viaje. Más calmado Kiri, empezó a preguntar sobre todo lo que estaba pasando.

Bakugou le explicó su idea de fugarse y darse un fin de semana en el mar disfrutar el tiempo a su lado, Katsuki sólo reía viendo al chico emocionado, ruborizado tan rojo como su cabello, y sobre todo feliz, pues sabía que aunque no lo demostraba Kiri siempre había querido ir, se acerco para abrazarlo quien al darse cuenta no hizo nada para evitarlo.

Tomaron asiento en unas rocas viendo las olas chocar frente a ellos en las rocas más grandes, Kiri volteo a ver a Katsuki, quien al darse cuenta le presto atención, vio como las mejillas del pelirrojo cambiaban de color de un tono rosa pastel a uno rojo manzana, sonrió pues había logrado su cometido, y eso era sólo el principio.

Tomo al pelirrojo de la cintura haciendo que se se sentara sobre él con cada pierna a lado de su cintura, lo tomo de la espalda acercándolo de poco a poco dejando sus cuerpos pegados, Kiri paso sus brazos sobre el cuello del rubio jugando así con su cabello, cuanto amaba a ese hombre, Katsuki empezó a besarlo lentamente por todo el cuello y pecho ya descubierto (como paso ni yo lo se).

Las caricias entre ambos continuaron varios minutos más, donde el rubio aprovechando que el otro estaba concentrado en sus besos, tomo ventaja metiendo sus manos por debajo de su playera tocando cada centímetro de piel, el rubio subió su mano tocando los pezones, escuchando los gemidos que lanzaba el pelirrojo.

Continuó con su tarea desabrochando el pantalón de Kiri y metiendo su mano tocando así el miembro semi despierto del chico. Estaban tan concentrados que cuando se dieron cuenta vieron a personas acercarse a donde ellos estaban, así que con el calor del momento el rubio propuso ir a la habitación que previamente había rentado.

Se rieron por como fueron interrumpidos, dejando a ambos completamente rojos por la vergüenza, tomados de la mano se dirigieron al hotel, para continuar lo que quedo pendiente, esa era la mejor cita de todas aunque un poco rara.

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"Forma N°8 — Cita improvisada"